Ejemplos con representación

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y él, imperceptible molécula en la inmensidad del espacio, ínfimo espectador de la estupenda representación de la Naturaleza, podía abarcar con sus ojos el globo azul ceñido de nubes.
Ella, la infeliz muchacha de la calle , la , habituada a ver a los suyos plegados y temerosos bajo el peso de un odio tradicional, visitaría estas ciudades, se mezclaría en los desfiles de riqueza, tendría francas las puertas que había contemplado siempre cerradas, y entraría por ellas apoyándose en el brazo de un hombre que le había parecido siempre la representación de todas las grandezas terrenales.
Había ido poco antes a Bayreuth para una representación de las óperas de Wagner, y ahora, en la capital de Baviera, asistía al teatro de la Residencia, donde se verificaba el festival de Mozart.
Como quiera que el Estudiantón había, afortunadamente, comenzado por oír explicar a Belarmino la sinonimia de camello y dromedario, no le cabía duda que cada una de las voces usadas por el zapatero encerraba una representación fija, que las voces se sucedían las unas a las otras con ilación gramatical y lógica, y, en definitiva, que esta ilación formal contenía un fondo de pensamiento original.
Iréis, Apolonio, como padre, y Novillo, en representación de mi autoridad.
La vicaría o representación no se limitaba solamente a los asuntos de la política de campanario.
Yo no entraré en la escabrosísima cuestión ética de si puede o no tenerse por cosa inmoral la representación artística de vicios y torpezas hediondas, cuando esto se hace, no con el fin de enaltecerlos, sino con el de clavarlos en la picota.
Harto tiene Zola con otros pecados más graves aún, por referirse a tendencias sistemáticas y extrañas al arte, cuya integridad corrompen, falseando la representación de la vida humana, que el autor dice proponerse como único objetivo.
Y nadie se entiende allí, porque todos gritan y se revuelven y manotean, armándose un tumulto tan espantoso, que me río yo de los que se promueven cada día en el templo de nuestra Representación nacional.
Era, en substancia, la representación escrita del espíritu yerto de la época en que se daba a luz, pero hasta el punto de dudarse si procedía de tal padre, o, al contrario, si era él quien había formado ese espíritu, quien alimentaba y nutría el alma de esa nueva raza, verdadera plaga del siglo que corre, raza sin convicciones, sin fe, sin entusiasmo, que llaman a todo cuanto le garantiza una tranquila digestión, y a cuanto redunda en aumento de su caudal, que entiende por su hogar doméstico, y por , un conjunto de ciudadanos para vender y comprar, tranquilamente, fardos de algodón, harinas de Castilla o papel del Estado, raza que transige con todo, menos con que se suba un cuarto la libra de pan.
Pero nada veía, si no era la espantosa representación de su cadáver, magullado por las peñas del río y dando tumbos con la corriente.
¡Qué efecto había de causar ante las Cortes, apoyada por un ignorante ridículo, que cree que es lo mismo sumar columnas de guarismos qué hablar ante la representación del país! Responda por nosotros la sesión de ayer.
Y hoy, la más genuina representación del gusto norteamericano, en punto a letras, está en los lienzos grises de un diarismo que no hace pensar en el que un día suministró los materiales de.
Para acompañar la representación simbólica del bien, brotan, ya un lirio, ya una rosa.
Pero comprobaba el análisis también un lisonjero renacimiento de animación y de esperanza en la psicología de la juventud de que suele hablarnos una literatura que es quizá nuncio de transformaciones más hondas, renacimiento que personifican los héroes nuevos de Lemaître, de Wizewa, de Rod, y cuya más cumplida representación lo sería tal vez el con que cierta novelista inglesa contemporánea ha resumido en un solo carácter todas las penas y todas las inquietudes ideales de varias generaciones, para solucionarlas en un supremo desenlace de serenidad y amor.
No era posible que en Cuba se ignorara quién fue Martí, cuál fue su obra y cuál su representación entre nosotros.
Esta máscara nos causó gran daño, pues aún quedan hoy muchos que la admiran como la más castiza representación del españolismo.
Ya estaba allí la representación de las dos vegas: la de la izquierda del río, la de las cuatro acequias, la que encierra la huerta de Ruzafa con sus caminos de frondoso follaje que van a extinguirse en los límites del lago de la Albufera, y la vega de la derecha del Turia, la poética, la de las fresas de Benimaclet, las chufas de Alboraya y los jardines siempre exuberantes de flores.
Aquella imagen o representación comía y bebía, o mejor dicho, cenaba: era nada menos que la.
El amor a la divina representación de Cristo se hubiera combinado con el miedo y con una compasión tremenda que tal vez la hubieran hecho caer en convulsiones, o producido en ella ataques de nervios y hasta delirio.
Entre una y otra representación tocaban las músicas alegres polcas, y la granujería de siempre, agarrada de un modo repugnante, improvisaba academias de baile en las aceras, chocando muchas veces contra las mesas donde las buenas mozas de vestido almidonado, pañuelo de seda y cara bravia vendían garbanzos tostados, orejones y ciruelas pasas.
El estudio del Edipo en que Peredo hizo alarde de su saber en materia de arte dramático, el juicio de Altamirano con motivo de la representación del Baltasar de la Avellaneda, artículo brillante y galano que me pareció insuperable.
La prosa española, a cuya formación contribuyeron afluentes tan ricos, fué poco a poco mostrándose con un carácter peculiar y propio, pero, detenida en mitad de su progreso por causas extrañas, tuvo que dedicarse a asuntos esencialmente casuísticos o ascéticos, o a la representación exacta de lo material y de costumbres rebajadas y groseras.
Había desaparecido toda sensación de la materialidad de la custodia, no quedaba más que lo esencial, la representación, el símbolo puro, y esto era lo que Mauricia apretaba furiosamente contra sí.
Los que obran bajo la acción de impulsos cerebrales, irresistibles y mecánicos, como los instintos que atañen a la conservación, van muy bien en su carrera mientras no ven el fin más que en la representación falsa que de él les da su deseo, pero cuando la realidad de aquel fin se les pone delante, ofreciéndoseles como acción sometida a las leyes generales, no hay velocidad que no tenga su rechazo.
La mirada sola de la virgen y fundadora parecía extraerle la representación ideal que de sus propias acciones y sentimientos tenía aquella infeliz en su espíritu, como la tenemos todos, representación que se aclara o se oscurece, según los casos, y que en aquel resplandecía como un foco de luz.
Orgullo y alegría inundaron el alma de la atrevida mujer al mirar en su propia mano la representación visible de Dios ¡Cómo brillaban los rayos de oro que circundan el viril, y qué misteriosa y plácida majestad la de la hostia purísima, guardada tras el cristal, blanca, divina y con todo el aquel de persona, sin ser más que una sustancia de delicado pan!.
La doble personalidad de esta señora tenía un signo externo en su cuerpo, una representación fatal, obra de la cirugía, que en este punto fue una ciencia justiciera y acusadora.
Él era la primera persona del país, la más importante, la de origen más ilustre: su familia, desde tiempo inmemorial, figuraba al frente de la nobleza comarcana, en esto hizo hincapié el Arcipreste de Loiro para convencerle de que le correspondía la representación del distrito.

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