Ejemplos con rehusaban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Su madre era telépata y se vio forzada a consumir la droga prescrita por Psi Corps para mantener a raya los poderes de los telépatas que se rehusaban a ingresar bajo el control de la organización.
Acababa de fracasar en su intento de tomar la puerta del Po, sus tropas eran malbaratadas en su mayor parte en combates callejeros, y los magistrados de la ciudad rehusaban declararse en su favor.
Oñez de Loyola al imponerse del mísero estado de la colonia en Chile solicitó refuerzos inmediatos al Perú que fueron acogidos en algún grado por García Hurtado de Mendoza, pero al querer enrolar a soldados en el Perú estos se rehusaban a prestar servicio diciendo:.
Además, no tenían inconveniente en luchar entre ellos si se daba el caso, algo que los suizos rehusaban.
Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias.
Información proveniente de la garganta de Kodori era escasa y sin confirmar, ya que los funcionarios rehusaban hacer cualquier comentario.
Durante la Primera Guerra Mundial, los alemanes con frecuencia rehusaban atacar al Ilya Muromets en vuelo debido a su poder de fuego defensivo.
Y ante aquella grave invocación tan enérgica, los camareros, reunidos a su pesar e impresionados, no se atrevían a poner las manos en aquel ser incomprensible que se escudaba con el nombre de Dios, a quien creyeran ellos ofender si le tocaban, ni más ni menos que si se tratara de una profanación, cuya responsabilidad rehusaban atraerse, aun a riesgo de quebrantar la disciplina palaciega, y de incurrir en el desagrado del rey.
Desapareció la estrella tras de los árboles y la noche se hacía cada vez más oscura: había perdido los zapatos, y los pies rehusaban llevarme más lejos, cuando oí el ladrido de un perro: ¡qué música tan deliciosa fue aquella para mí! Algunos pasos más lejos encontré la choza y defendiéndome del perro con un palo que había tomado en el monte y me servía de bastón, empujé el junco que servía de puerta y despertando a la tullida pedí licencia para acostarme en un rincón.
Porque el mar al frente y todo alrededor está ya ocupado por naves enemigas, de manera que aun los que rehusaban se ven en la necesidad de mostrar valor y entrar en combate, por haberse cortado todo camino a la retirada.

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