Ejemplos con realismo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La imagen resultó tener un realismo, belleza e imponencia muy acusados.
Es considerado un gran modelo artístico, representativo no solamente de la obra de Courbet sino de un movimiento artístico de pleno derecho, el Realismo.
Se trata más bien de realismo científico.
Géricault procura obtener en sus retratos un realismo científico.
Llama la atención por su falta de realismo.
Lafourcade puede crear historias de sátira política, critica literaria, neocriollismo, ciencia ficción, fabula, realismo mágico y realismo psicológico.
Champfleury era amigo del pintor realista Gustave Courbet, un teórico del realismo y escritor sobre el arte popular francés.
En dicha capilla puede admirarse el impresionante realismo de la estatua de la tumba con la representación escultórica del cadáver de Ambrogio Grifi, quien encargase los frescos antedichos.
La novela salvadoreña evoluciona con lentitud desde el costumbrismo hasta el realismo social.
Dentro del concepto de novela de realismo costumbrista, con ambientación campesina y tinte social, se distingue Jaraguá, la única novela de Napoleón Rodríguez Ruiz, considerada como un verdadero clásico nacional.
Este impresionante autorretrato es uno de los últimos, y como en el resto, se presenta con realismo: las ojeras, las arrugas, la nariz grande, el gorro de pintor, el pelo despeinado.
Es un cuadro de género en el que se retrata a un viejo músico con brutal realismo.
Viste ropas sobrias, oscuras, y se encuentra rodeado de instrumentos propios de su oficio, que son representados con detalle y realismo, como es típico de la pintura flamenca, constituyendo prácticamente ellos solos un bodegón.
Oración del Huerto: Talla de vestir del siglo XVII de gran belleza y realismo patentes en el hermoso rostro de Jesús y del ángel y en sus expresiones.
Se aprecia la influencia de Giorgione en el rostro soñador, y la de Leonardo en el realismo de las manos, en las que se aprecian los tendones y las venas azules.
Inicialmente, estos personajes estaban representados con un cierto realismo, pero a medida que pasó el tiempo ganaron en abstracción dentro de la evolución de la obra pictórica de Clavé.
En la época su estilo fue juzgado como demasiado realista y en efecto el realismo de la pintura de Friant es muy cercano a la fotografía y a las nuevas tecnologías que le apasionaban.
Su obra combina elementos de erotismo y crítica social que produce un estilo llamado a menudo realismo pictórico.
Yo tengo en mis aficiones más de idealista que de realista, pero ¿cómo he de negar al realismo el derecho de vivir y desarrollarse? Es más: en cierto sentido amplio y generalísimo, soy realista, y todo idealista debe serlo, puesto que lo que él persigue no es otra cosa que la , la verdad ideal, en una palabra, que es la única verdad que se encuentra en este bajo mundo.
es quizá el libro menos realista de Pereda, y no ya porque pinte costumbres campesinas, fáciles y risueñas, que esto bien cabe en el realismo, ni menos porque en este libro, y todavía más en , el tan decantado pesimismo de las se haya ido convirtiendo en simpática benevolencia, harto natural en quien, viviendo tantos años en la quieta soledad de su Tusculano, se ha ido prendando cada vez más de las escenas rurales, y viéndolas bajo un aspecto más poético y halagüeño.
Si realismo quiere decir guerra al convencionalismo, a la falsa retórica y al arte docente y sermoneador, y todo esto en nombre y provecho de la verdad humana, bien venido sea.
Disputan algunos si hay o no verdadera diferencia entre los términos realismo y naturalismo.
Por sabido se calla que este realismo no es la misma cosa que en las escuelas de filosofía se llama así, y que es precisamente el sistema más idealista de todos.
Pero tal solución, en fuerza de ser sencilla y de ser generalísima, es nula, porque borra todas las diferencias históricas, merced a las cuales viven cabalmente y medran, siendo igualmente necesarios para el progreso del arte el llamado idealismo y el llamado naturalismo o realismo.
De aquí que muchos, con reprensible ligereza, hayan creído salir del paso negando que tal cuestión exista, y que realismo e idealismo sean escuelas verdaderamente antitéticas, puesto que todo productor de obras vivideras toma del natural sus elementos.
Si a algún crítico ocurriese calificar de realista esta mi novela, como fue calificada su hermana mayor , pídole por caridad que no me afilie al realismo transpirenaico, sino al nuestro, único que me contenta y en el cual quiero vivir y morir, no por mis méritos, si por mi voluntad firme.
Merced a este reconocimiento de los fueros de la verdad, el realismo puede entrar, alta la frente, en el campo de la literatura.
La primera sobre el realismo en el Arte, la segunda sobre su amigo, el poeta Alfredo Torroella, en que arrancó lágrimas, la tercera sobre los dramas de don José Echegaray, y la cuarta, sobre el insigne violinista Díaz Albertini.
Aresti recordaba la página de la Muerte en el libro de San Ignacio, una página de brutal realismo, que hacía temblar a los hombres y llorar de horror a las mujeres.

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