Ejemplos con reíamos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Hablábamos y reíamos, pero yo en el fondo iba absorto en mi felicidad, gozando de la hermosura del día, del silencio interrumpido por el ruído del mar, de los perfumes de la tierra en otoño.
Los tres nos reíamos de mi escudero, que ruboroso se defendía torpemente con monosílabos.
Sus acompañantes reíamos a veces, o dábamos nuestro asentimiento por el regocijo que nos causaba.
Reía el señor cura y reíamos todos.
En Junio, sí, bien me acuerdo, todo era , y bastante que nos reíamos de la , aunque siempre la teníamos por virtuosa.
Nos reíamos mucho con él, y nos le comíamos a besos.
Pero después de la capitulación de Ulm, nos creíamos los primeros soldados del mundo, y al hablar de los austriacos, de los prusianos y de los rusos, nos reíamos de ellos, juzgándolos hasta indignos de nuestras balas.
Marijuán y yo nos reíamos, pero pronto nos fue forzoso disimular nuestra hilaridad, porque habiendo preguntado el joven aragonés con mucha sorna que cuál fue la ventaja sacada de tal lucha, Santorcaz se amoscó, y amenazando castigarnos si no nos entusiasmábamos como él, nos dijo:.
Nos reíamos discretamente y sin saña de la buena fe de D.
Oído esto, casi todos los bisoños que poco antes reíamos a carcajada tendida, saludándonos con bravatas y dicharachos, conforme a la guerrera exaltación de que estábammos poseídos, callamos, mirándonos unos a otros, para cerciorarse cada cual de que no era él solo quien tenía miedo.
Sus acompañantes reíamos a veces, o dábamos nuestro asentimiento por el regocijo que nos causaba.
Estando hablando estas cosas, aquel sabio enojado y triste, Cerdón, el negociante, tomó sus dineros, que había sacado para pagarle su adivinanza y huyó entre la gente, finalmente, Diófanes, tornado en sí, sintió la culpa de su necedad, mayormente que vio que todos los que estábamos alrededor nos reíamos de él, pues que conocía el hado de los otros y no el de su hacienda.
Fatigas he sentido y hambres he pasado, un día más, un día menos, sin probar un bocado, no es para asustar a un minero, ¿no es cierto ño Benítez? En la Deseada también sentimos hambre, pero nos reíamos.
Nos reíamos con esto, pero cuando volvía yo a mi casa, me acordaba de las figuras retocadas por mí y me dormía con miedo de ellas y con ellas soñaba.
Efémera y yo nos reíamos de la llaneza ramplona con que en España se desarrollan y se redondean estas revoluciones pacíficas que llaman pronunciamientos.
que a dos caras: con la una nos reíamos cuando con la otra regañamos, con la una boca.
Después que comíamos y reíamos y charlábamos, Agustina se dedicaba a los quehaceres de su casa para terminarlos antes de bajar a las tres al rosario, que todas las tardes de los días festivos se reza en la ermita, y Diego y yo bajábamos a la huerta por la escalerilla de la solana a pasear hasta la hora del rosario, cogiendo aquí una flor, allá un ramo de guindas, más allá una ciruela, en el otro lado un melocotón.
Todos reíamos, pero entre el coro de carcajadas, se oía irresistible, encantadora, la de Lesbia, cuyo rostro encendido, de mujer hermosa, estaba como resplandeciente de placer.
Cuando le preguntábamos por qué cuando todos reíamos como insensatos o como chicuelos, él arrugaba el ceño y miraba fijamente el cielo raso, nos respondía sonriendo con cierta amargura.
Contentos con el hallazgo nos reíamos a carcajadas, resonando nuestros ecos por la espesura.
Como los dos éramos muchachos, lo que nos veíamos, nos reíamos.
Nos reíamos los unos de los otros, a pesar de quedar sin recursos en el desierto, porque pensábamos que el fuego encendido para nuestra muerte nos salvaba arriando a los indios lejos de nosotros.
Pero nos reíamos.
Nos reíamos, pero desmesuradamente, largando todo el embuchao, queriendo sujetar y volviendo, como a una enfermedad, a nuestras carcajadas inconcluibles.

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