Ejemplos con quiméricos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se elaboraron toda suerte de planes quiméricos: quitar al Regente, atribuir la regencia a Felipe V, que convocaría los Estados generales La ejecución era tan defectuosa como la concepción: los conjurados hicieron transcribir unos documentos comprometedores que querían enviar a Alberoni por medio de un oscuro copista que asustado se los entregó, rápidamente, a la policía.
Los capiteles, bastante deteriorados, lucen figuras de animales reales o quiméricos.
Los motivos que se toman del reino animal para simple ornato suelen ser estilizados como se ha dicho de las plantas, y también quiméricos o fantásticos.
Del primer piso, y cubriendo el rótulo ajado de la casa, , , colgaban largas cortinas formadas de mantas que parecían mosaicos, orladas con complicados borlajes y apretadas filas de madroños, fajas obscuras, matizadas a trechos con gorros rojos y azules prendidos con alfileres, pañuelos de seda con piezas de docena, ondulados como nacarado oleaje, y percales estampados, mostrando pájaros fantásticos y ramajes quiméricos con rabiosos colorines que conmovían placenteramente a las bellezas de la huerta.
Pues bien: en las mujeres, esta especie de nostalgia hereditaria crea y fomenta los más quiméricos sinsabores, sin que ellas mismas se lo figuren, y yo apostaría cualquier cosa a que la síntesis de su pena es la siguiente: Echar de menos los gloriosos tiempos de la Conquista, en que el amor podía servir de corona al heroísmo, y envidiar simultáneamente la ventura de las Princesas árabes que conspiraban con los Caudillos cristianos en el Albaicín contra la corte de la Alhambra, y la felicidad de las ricas-hembras de Castilla que recorrían a caballo las vegas de Santafé y de la Zubia tras la hacanea de Isabel la Católica, escoltadas y servidas por la flor de la caballería cristiana y amenazadas de cautiverio por la flor de la caballería mora.
Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta, o no, de que el mundo sepa que yo la sirvo, sólo sé decir, respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea, su patria, el Toboso, un lugar de la Mancha, su calidad, por lo menos, ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía, su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso y entiendo, que sólo la discreta consideración puede encarecerlas, y no compararlas.
Pero los sensibles huecos que traían el desequilibrio a su cerebro haciéndole formar un concepto falso de los hombres y de las cosas, él los llenaba con esperanzas y quiméricos ensueños.
Cobarde, porque intentó no verle, pretextándole a las demás hermanas sus quehaceres en la iglesia, y volvió al segundo día, requerida por Clotilde, impulsada también por el mañoso pensamiento de un valor que hiciérala afrontar los quiméricos espantos, como cuando velaba muertos y deshacía la visión del Enemigo en los rincones obscuros - dueña ella de la fe de Dios que la hiciese inexpugnable.
-La naturaleza es un destello del poder divino, y como tal, encierra en su seno misterios que confunden la ignorancia del hombre, cuyo orgullo lo lleva a buscar soluciones en quiméricos desvaríos.
Apoyados, pues, en el rey de Portugal, seguros de su inocencia, seguros todavía más de su esfuerzo y pundonor, y ansiosos los unos de venganza y los otros entregados a quiméricos planes, bien podían tener en balanzas la suerte de la España y hacer vacilar a los monarcas de Castilla y Aragón antes de comenzar la lucha.
El ocio intelectual, que exalta la imaginación, que quiere dar cuerpo a fantasmas soñados y forja amantes quiméricos que no realizan los maridos.
Reforzada nuestra trinca con la conspicua personalidad de Ido del Sagrario y la de un estudiantillo muy despierto llamado Gayoso, recorríamos hasta lo infinito los espacios quiméricos.
pasa por los quiméricos miradores de encaje.
Si es el teatro la escuela de las costumbres, si en él han de imitarse los vicios y virtudes para enseñanza nuestra, ¿a qué fin llenarle de espectros y fantasmas y entes quiméricos que nadie ha visto, ni puede concebir? Píntese al hombre en todos los estados y situaciones de la vida, háganse patentes los ocultos movimientos de su corazón, el origen y el progreso de sus errores y sus vicios, el término a que le conducen los extravíos de su razón o el desenfreno de sus pasiones, y entonces la fábula, siendo verosímil, será maravillosa, instructiva y bella.
Después, muy despacio, sin romper la armonía, levantose y comenzó los quiméricos pasos de «La Danza de la Esfinge».
Maigre no decía dos palabras sin citar a «su maestro» Verlaine, Grille se jactaba de sus quiméricos triunfos parlamentarios, y Collini cantaba las bellezas de Nápoles y Capri, saboreando mentalmente un plato de macarrones.
oponiendo su bastardo sentido práctico a los quiméricos ensueños del caballero, hubo quien lo encontró cordial, fiel, crédulo, iluso, en grado que lo hiciera un símbolo ejemplar de pueblos.
Los caballeros de La Noche, de la Media Tostada y del Salto Mortal viven una vida desastrosa entre paradojas y algún soneto que otro, no muchos, porque la bohemia estropea el estómago y dispersa las rimas como una bandada de pájaros quiméricos.
Hombres quiméricos, arrojados por criminal ocaso a la cumbre del poder, torpes, sonámbulos ¿que no sentís la gestación del fuego? La montaña os lanzará al abismo cuando explote rugiente: ¡PASO!.
Así, con estos disgustos que le producía la escala social en que estaba colocada, con sus sueños quiméricos para el porvenir y el alejamiento de la intimidad con Dagiore, cada vez más pronunciado, trascurrieron los días, monótonos e iguales, hasta llegar la época próxima al desembarazo.
Ya eran prácticos, ya quiméricos, ora me parecían de fácil realización, ora imposibles de realizar, me sentía grande y fuerte, pequeño y débil, dormitaba y me despertaba, quería salir de allí y no salía.
se mezclan en los mágicos, quiméricos acordes,.

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