Ejemplos con quiebro

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero a diferencia de todas su anteriores intérpretes, Gracia aporta su indiscutible personalidad, su voz cristalina, su eco elegante, su fragilidad inconfundible y su quiebro único.
El Gordito fue el perfeccionador y tal vez el inventor de esta suerte, que tiene la variante del quiebro en silla o banderillas en silla.
El mejor corte, siempre es el que al paso del toro el torero permanece más tiempo parado tras haber realizado el quiebro, y la salida siempre airosa, sin apenas correr o andando.
El quiebro se puede realizar a pie quieto, esperando la embestida del toro y quebrarle, o también a la carrera, saliendo al encuentro con el toro, y en el cruce realizar el quiebro.
Situada a de la ciudadela, pues ésta cerraba frente al templo realizando un brusco quiebro, su alta torre de cal y canto estaba destinada primordialmente a proteger la muralla de posibles ataques.
Es muy interesante la relación de la planta noble con la zona del jardín y de la piscina con un espacio lineal abierto y cubierto, que hace de transición desde el comedor, con el posterior quiebro, que da lugar a un espacio cubierto que delimita al norte la parcela y controla y da privacidad a la zona de la piscina.
En el quiebro el banderillero espera a pie firme la embestida recta del toro.
De voz nacarada, mediterránea, con el hondo hipío de Andalucía, el ¡ay!, el sollozo que estremece a copleros y cautiva a escépticos, la hondura, el sentimiento, el cristal de Bohemia, el quiebro perfecto, la claridad del mar.
Se sitúa el torero a buena distancia del toro, elgrándole y esperándole a pie firme y al humillar la fiera para dar el derrote, se sale el banderillero del embroque por medio de un quiebro de cuerpo y por medio de un paso atrás del lado que le convenga.
Se iguala al toro en los tercios, situándose el diestro en los medios, en línea recta y saliendo hacia el cornúpeto, cuadrando en la cabeza y alargando los brazos para igualar y consumar la suerte, saliendo de la cara con un quiebro del cuepo.
El edificio es de planta básicamente rectangular, aunque para absorber la irregularidad de la manzana se proyecta una rotonda en la esquina Sur-Oeste y un quiebro en la calle Capitán Segarra, aprovechado para situar estratégicamente uno de los accesos.
Seguía su trayectoria hacia el convento de la Trinidad, sobre el que aún permanece en pie la base de un fuerte torreón, continuado por la muralla, que hace un quiebro hacia el sur para encontrarse con el desaparecido arco de la Trinidad después de discurrir por el portillo de Santa Marina.
¿Fue la escapada de la un quiebro convenido entre las dos para dejarme solo con Donata? Si no fue ardid preparado, lo pareció, y me apresuré a sacar de la instantánea soledad todo el partido que me ofrecía.
En ti veo una cosa, y es que, a mi parecer, en este quiebro repentino que das ahora, vas para San Francisco de Asís.
Pedro era que el pillo de Calpena, confabulado quizás con Fonsagrada, le había traído al castrense para que estuviese al , entreteniendo a Mentor con su capote, mientras Telémaco hacía un quiebro, y tomaba bonitamente el olivo.
Pues cuando se volvía para no verle, el maldito, haciendo un quiebro con su ágil muleta, se le ponía otra vez delante, mostrándole la pierna.
¡Ay Dios mío!, entró Jacinta, y Villalonga tuvo que dar un quiebro violentísimo.
Allí dispuso el General un rápido quiebro hacia el Norte, pasaron nuevamente por los Ojos, vadearon el río con el agua al pecho de los caballos, y sufriendo ásperos rigores de la humedad y el frío, llegaron a Villarrubia de los Ojos, lugar grande, cuyos moradores trabajan, tuercen y manipulan la enea para fondos de sillas y otros utensilios, lugar además bien abastecido de quesos, hogazas, corderos y otras materias nutritivas, y de añadidura el más liberal y expansivo de toda la Mancha.
y en el quiebro que hice creyendo que se me venía encima una torre, pienso que me he roto por la cintura, del dolor que siento, ¡ay!.
Siguiéndole, pues así me lo ordenaba la cortesía, en el repentino quiebro que dio a la conversación, hube de mostrarme muy gozoso de que mi hermana volviese a Madrid, de que se juntara prontito con las otras monjas franciscanas y milagreras, no sé si descalzas, calzadas o por calzar.
«Nos ha dado un buen quiebro -dijo al melancólico, sin ánimo de consolarle por aquel contratiempo, un individuo que desde la tarde anterior le acompañaba y al nombre de Gallo respondía-.
Mas apenas lo ha pensado, cuando el grupo se deshace, y se arma en la sala un vocerío tremendo, y sobre si muerto o si vivo, sobre si el salto o si el quiebro, en un instante suenan diez bofetones, tres botellazos y cincuenta blasfemias.
Con genial inspiración, Domiciana hizo un quiebro repentino, caudillo que ordena un movimiento de sorpresa.
¿Fue la escapada de la Dolorosa un quiebro convenido entre las dos para dejarme solo con Donata? Si no fue ardid preparado, lo pareció, y me apresuré a sacar de la instantánea soledad todo el partido que me ofrecía.

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