Ejemplos con quieras

Hermano, por lo que más quieras en el mundo, no me hables de ella.

Has que quieras, estás en tu casa, eres como el jefe de la familia.

Pues ¡mejor, hijo, mejor! ¡Yo quiero mucho a Linilla! Gabriela será muy elegante, muy bonita, muy rica, ¡cuánto tú quieras! pero donde está Angelina.

¿Quién responde, quién, de que Gabriela, es decir, tu esposa , no piense algunas veces en Ernesto? El otro día le viste escribir una letra ¡y sentiste celos, celos horribles! ¿Me pides consejo? Haz lo que quieras, pero antes consulta con tu conciencia.

¡Ya lo ves, Linilla! ¡Y así dudas de mi cariño! Dime: ¿haces bien en eso? ¿Verdad que no? Mira: la señorita Gabriela vale mucho, es muy buena, y a cada rato me habla de tí, y se queja de que tú no la quieras.

Pero, ¿verdad, Rodolfo mío, que me amas, que me adoras, que sólo vives para mí? ¿No es cierto que me apeno sin motivo y que no tengo razón para estar celosa? Y aun cuando tú quieras a Gabriela o a cualquiera otra, ¡qué me importa! ¡Te amo, y con eso me basta! No soy egoísta, no te quiero porque tú me quieras, te amo, y en amarte cifro toda mi dicha.

Lo que tú quieras, yo sé que me duele el alma, que no ceso de llorar, y que tengo que ocultar mis lágrimas.

¡Dí lo que quieras! Yo cumplo con no ocultarte nada, nada de cuanto pienso y siento.

Bueno, harás lo que quieras pero no dejes de ir a la casa de don Crisanto, no dejes de ver a don Román.

Tus plantas han florecido antes que las mías, pero eso no es porque tú me quieras tanto como yo te quiero a tí.

Después de comer a menos que tú quieras salir más tarde.

¡Cómo tú quieras, Rorró!contestó sonriendo.

De los demás el que tú quieras.

Si te conformas con eso, hoy, mañana, cuando quieras, cuando cambie tu suerte, o en cualquier tiempo, que yo a todo me avengo y no busco riquezas ni lujos, y sólo vivo para amarte, dame tu nombre, seré tu esposa, y viviremos felices.

Una cosa voy a pedirte: que el día que ya no me quieras me hables francamente, y me digas la verdad, ¡toda la verdad! Tú dirás que estos temores míos son infundados, que son locuras mías.

¡Quia! Por tonta que te quieras volver, no harás tal ¿Crees que esas brevas caen todos los días? Que se te quite de la cabeza Casadita, puedes hacer lo que quieras, guardando el aparato de la.

Y un día por poco no lo suelto Pillinadas del diablo, pero no podía conmigo ni con mi fe, y tanto hice que lo metí en un puño, y ahora, que se atreva, ¿a que no se atreve? Llora, hija, llora todo lo que quieras, que Dios te iluminará y te dará su gracia.

A mí no me puede perdonar, a mí no, porque he sido muy arrastrada, pero mucho, y cuanto pecado hay, chica, lo he cometido yo Y si no, di uno, nómbrame el que quieras, y de seguro que lo tengo metido aquí.

Si no lo eres, si aunque quieras parecerlo no lo puedes conseguir.

Bueno, patatitas, todo lo que tú quieras.

Subiéronle, y que quieras que no, le despojaron de los pingajos que vestía y trajeron un gran barreño de agua.

Y entonces, que quieras que no, me ensalzaron a tiniente de navío, y estaba mismamente a las órdenes del general Contreras, que me trataba de tú.

Que me quieras y me hagas muchos mimos.

Tráeme lo que quieras con tal que vengas pronto.

Almorzarás lo que quieras, pero pongo en tu conocimiento, para tu gobierno, que he traído unas calandrias riquísimas.

Jacinta, al fin, metió la mano en su seno, sacó lo que el muchacho deseaba, y le miró segura de que se desenojaría cuando viera una cosa tan rica y tan bonita Nada, cogió entonces la cabeza del muchacho, la atrajo a sí, y que quieras que no le metió en la boca Pero la boca era insensible, y los labios no se movían.

Baldomero solía enfadarse y le decía: Hija de mi alma, cuando quieras hacer penitencia no vengas a mi casa.

¡Curiosona, fisgona, feúcha! ¿Tú quieres saber? Pues te lo voy a contar, para que me quieras más.

Puedes contarme todo lo que quieras.