Ejemplos con proyectil

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este proyectil es de un color azul o púrpura y paraliza al enemigo por un breve instante.
Se encargó para conmemorar un milagro en el que la casa del donante, en Foligno, fue alcanzada por un rayo o, de acuerdo con otra versión, por un proyectil durante el sitio de Foligno, aunque no resultó dañada.
La profecía se cumple el Krath, una sociedad secreta del Lado Oscuro, ataca a la República y hiere a Ulic con un proyectil potenciado previamente con alquimia, y le inyectan una poción del Lado Oscuro, para asegurarse de su caída.
Shiki Yami Barai, un ataque de proyectil el cual viaja por el suelo, parecido al proyectil inicial de Kyo.
¡Pum! Y sonreía satisfecho al ver marcarse el agujero del proyectil en el mismo lugar a que había apuntado.
El arma moderna que sólo emite un proyectil en cada disparo les parecía insuficiente, y sobre el cartucho añadían un puñado de pólvora y otro de balas, atacándolo todo fuertemente.
Jaime lo había visto aparecer en el horizonte como una lágrima de luminoso azul, luego agrandarse y agrandarse, hasta llenar todo el espacio, pasando junto a él con rotación de rueda y velocidad de proyectil a un mismo tiempo, y ahora se empequeñecía otra vez, huyendo por el extremo opuesto.
Un proyectil enemigo acababa de chocar con el borde de los techos que cubrían la cocina y los ranchos de la tripulación.
Un proyectil había estallado sobre su batería, matando a muchos de sus compañeros.
Como Desnoyers ocupaba la habitación inmediata a la que había recibido el proyectil, el hotelero quiso enseñársela antes de que se acostase.
Cada disparo arrojaba la cápsula vacía, introduciendo al punto un nuevo proyectil en la recámara humeante.
Habían levantado los ojos un momento al pasar el proyectil enemigo, continuando luego su trabajo.
Vió una serpiente alada vomitando chispas y humo, una especie de monstruo wagneriano que al aplastarse contra el suelo abría sus entrañas, esparciendo miles de culebrillas ígneas que lo cubrían todo con sus mortales retorcimientos El proyectil debía haber estallado muy cerca, tal vez en la misma plazoleta ocupada por la batería.
Sintió venir al invisible proyectil a pesar del estrépito de los cañones inmediatos.
Más impresionante resultaba el gemido del proyectil sonando a gran altura, pero desplazando el aire con tal violencia, que sus ondas llegaban hasta la ventana.
Un nuevo proyectil había caído sobre el edificio.
Introdujeron el primer proyectil en la recámara, mientras el apuntador se esforzaba por distinguir aquel pequeño bastón negro perdido en las ondulaciones del agua.
Uno tenía siempre un proyectil en los brazos, pronto a dárselo al compañero, que lo introducía con rapidez en la recámara humeante.
Un segundo proyectil abrió otra brecha en la popa ¡Mientras no sea en las máquinas! , pensaba el capitán.
Cada vez que veía levantarse una columna acuática a impulsos de un proyectil, repetía el mismo consejo:.
El proyectil, oculto en las aguas, pasó a unos seis metros de la popa, perdiéndose en la inmensidad.
El que estaba más próximo al vidrio se desdobló de pronto con la violencia de un muelle que se escapa, de un proyectil que hace explosión.
Ferragut salió despedido como un proyectil, cayendo en los espumosos remolinos, y al caer tuvo la percepción de que rodaban igualmente, llovidos en el mar, hombres y toneles.
El roce de los grandes peces que huían medrosos, con una violencia de proyectil, le hacía reír.
Vosotros vais por la inmensidad agarrados a un proyectil que marcha vertiginosamente, y engañados por vuestra pequeñez, creéis vivir inmóviles en una catedral muerta ¡Y estas velocidades no son nada comparadas con otras! El Sol, a cuyo alrededor giramos, cae y cae en el vacío, llevando pegados por la atracción a sus flancos a la Tierra y los otros planetas.
El proyectil, pasando por entre los telares, rebotó sobre un poste, cayendo casi a los pies del tío.
Por detrás de la barrera iban los chulos de la plaza, con sus blusas rojas, abrumados bajo el peso de las capas de brega, repugnantes andrajos manchados de sangre, y por los tendidos, haciendo prodigios de equilibrio, filtrándose por entre el compacto gentío, avanzaban los vendedores de gaseosas con el cajón al hombro, pregonando la limonada y la cerveza, y los con un capazo a la espalda, llenando de altramuces y cacahuetes los pañuelos que les arrojaban desde las nayas y devolviéndolos a tan prodigiosa altura con la fuerza de un proyectil.
Sus acciones eran decisivas, rectilíneas, iba a ellas disparada como proyectil que sale del cañón.
Ahora está contando que ha visto un proyectil de los que tiran los carcas, y el fusil Berdan No dice agujeros, sino.

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