Ejemplos con proyecto

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El proyecto era el siguiente: Se le pediría a Belarmino que viniese a una casa cualquiera y explicase en breves palabras su sistema filosófico.
Oyéndolo, al Estudiantón se le ocurrió un ingenioso proyecto, que comunicó al punto a los belarminianos y antibelarminianos.
¿Cómo yo había de oponerme a ningún proyecto de interés general? Que caiga la ermita, si está de Dios que ha de caer, pero que caiga con el respeto debido a los que se oponen a ello.
Comuniqué mi proyecto a mi tío, quien lo aprobó y me ayudó a dar los pasos necesarios para arreglar mi aceptación en la citada Orden.
Tenía un proyecto, del que habló rápidamente a la familia durante la comida.
Mientras tanto, Jacobo, sin salir de su aposento del Gran Hôtel, daba vueltas a su proyecto.
Era necesario, sin embargo, allegar recursos para preparar el ejército, y las bolsas exprimidas, las codicias alarmadas y los egoísmos latentes dificultaban mucho la ejecución del proyecto.
La junta directiva era, pues, la clave del arco, el clou del proyecto, y el respetable Butrón terminó su perorata suplicando a los presentes se dignasen estudiarlo maduramente, presentando sus candidaturas con arreglo a este croquis que tenía él apuntado en un papelito:.
El respetable Butrón acogía aquellos homenajes con majestuosa sonrisa, y temiendo ver entrar de un momento a otro a Currita, recomendó de nuevo a los íntimos la mayor discreción, con respecto a esta, era necesario ocultarle el plan de la junta y entusiasmarla con la idea del baile, haciéndole creer que con ello ponía el partido en sus manos el éxito del proyecto.
Butrón comenzó a exponer el proyecto, como si fuese desconocido de todos los presentes, haciendo caso omiso de la junta y presentando con grande habilidad la fiesta deseada, como el eje sobre que había de girar la ejecución del proyecto, la restauración del trono, la felicidad de España y la paz del mundo y el equilibrio europeo.
En tercer lugar, carecen de periódicos y demás medios de publicidad, de modo que tu proyecto tardaría cuarenta o cincuenta años en llegar a conocimiento de todos los hombres.
Limitose a responder por fórmula que lo pensaría, pero una voz de su alma le declaraba que aquella gran mujer y madre tenía tratos con el Espíritu Santo, y que su proyecto era un verdadero caso de infalibilidad.
Pues me sirvió para hacer un regalo a uno de los delineantes que trabajan en el proyecto ¿Ven ustedes a este marqués de Casa-Muñoz, que me está oyendo y me ha ofrecido dos vigas de doble T? Bueno: ¿cuánto apuestan a que le saco algo más? ¿Pues qué, creen ustedes que el señor marqués tiene sus grandes yeserías de Vallecas para ver estos apuros míos y no acudir a ellos?.
Las tres señoras estuvieron un momento solas, hablando de aquel proyecto de Guillermina, que seguía cose que te cose, ayudada por Jacinta.
Entre tanto, y supiera o no don Antonio lo que traía entre manos, ello es que Juan Pablo se había comprado una chistera nueva, y tenía el proyecto de trocar su capa, algo deshilachada de ribetes y mugrienta de forros, por otra nueva.
Su proyecto llegó a dominarle de tal modo, que no sabía pensar en otra cosa, y de la mañana a la noche estaba dando vueltas al tema.
La perspicaz mujer vio el porvenir, oyó hablar del gran proyecto de Bravo Murillo, como de una cosa que ella había sentido en su alma.
Barbarita I había concebido el loco proyecto de casar a Moreno con esta sobrina suya, que era muy mona, y comunicado el pensamiento a Jacinta, esta lo encontró de lo más insensato que se le podría ocurrir a nadie.
El proyecto le pareció al señorito de perlas.
Mientras se raía con la navaja de barba los contados pelos rubios que brotaban en sus carrillos, Julián maduraba un proyecto: afeitado y limpio que fuese, emprendería el camino de Cebre un pie tras otro, en el caballo de San Francisco, allí le pediría al cura una jícara de chocolate, y esperaría en la rectoral hasta las doce, hora en que pasa la diligencia de Orense a Santiago, malo sería que en interior o cupé no hubiese un asiento vacante.
¿Pensar en lo que el proyecto tenía de extraño, de inconveniente? Ni se le ocurrió un minuto.
La conversación ofrecía pocos lances, pues siempre versaba sobre el mismo proyecto.
Si no te gustase el proyecto, deséchalo sin reparo, aunque tu negativa me entristezca, que en él no hay ni sombra de imposición por parte mía.
Parecía estar examinando un proyecto de empalme de dos vías férreas.

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