Ejemplos con piadoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ella era la aurora que asoma sus dedos de rosa por la inmensa rendija entre el cielo y el mar, la hora tibia del mediodía que adormece las aguas bajo un manto de oros inquietos, la bifurcada lengua de espuma que lame las dos caras de la proa rumorosa, el viento cargado de aromas que hincha la vela como un suspiro de virgen, el beso piadoso que hace adormecerse al ahogado, sin cólera y sin resistencia, antes de bajar al abismo.
Y una tarde, cuando Cinta iba del salón al dormitorio de su tía para traerle un libro piadoso, tropezó en el pasillo con Ulises.
Los dos viajeros hablaban indudablemente de esta ruina, y el cochero, piadoso, olvidó su enfado para venir en su ayuda.
El piadoso y malhablado no designaba a la mujer por entero, circunscribiéndose a nombrar la parte más interesante de su sexo, pero la maldición era la misma.
¡Las mujeres! No había tema mejor para su elocuencia de ebrio piadoso.
Más a pesar de tantos sufrimientos é injusticias no ha querido devolver a sus semejantes todo el dolor que de ellos recibiera, sino por piadoso y demasiado grande para vengarse, trató de corregirles y educarles, dando a luz su obra inmortal, el DON QUIJOTE.
Acuérdate de la lira de VIRGILIO, que cantó nuestras glorias y moduló las quejas del amor desgraciado, sus dulcísimos y melancólicos versos conmueven el alma: él alabó la piedad, encarnada en el hijo de ANCHISES: sus combates no son menos bellos que los que se efectuaron a los pies de los muros troyanos, ENEAS es más grande y piadoso que el iracundo AQUILES: en fin, en mi sentir, VIRGILIO es muy superior al poeta de Chío.
Esa impresión, mucho tiempo después de muerto él, la recibí directamente por unos renglones suyos, y en la obra de menos importancia de todas aquellas que ha publicado el señor Gonzalo de Quesada, piadoso recolector de sus escritos, en una que se titula y que es un volumen que contiene los trabajos que insertara Martí en cuatro o cinco números, muy pocos, de una revista que publicó, dedicada a los niños, y de la que él era el director y el redactor casi único.
Pero aquí bajaron todos, y Sol misma, que se volvió pronto al carruaje, para acompañar a Ana, y animarla a tomar del breve almuerzo que los demás, sentados en torno de una mesa rústica, gustaban con vehemente apetito, sazonado por chistes que el piadoso Juan encabezaba y atraía, porque los oyese Ana desde su asiento en el coche, traído a este propósito cerca de la mesa.
Es el primero en todo, y además, callado y piadoso como un santo.
Y abriendo violentamente la puerta una gran bocanada de aire ensordeció sus oídos con el vals de , apagando por completo el dulce silbo del cielo, el piadoso clamor de la misericordia:.
La imaginación siempre exaltada de los madrileños aderezó el hecho con interpretaciones y comentarios, y unos vieron en él un manejo político, otros una rivalidad femenina, algunos una señal de reconciliación entre el mundo devoto y el profano, y varios, los que se decían más enterados y eran más hábiles en aquello de ajustarle las cuentas al prójimo, vieron, por el contrario, una emboscada peligrosa que la más inflexible de las beatas tendía a la más tolerante de las pecadoras, un reto del calendario piadoso a la mitología pagana, un combate singular entre la marquesa de Villasis, que arrojaba el guante, y la condesa de Albornoz, que se apresuraría sin duda a recogerlo.
Las cosas de Diógenes iban llegando a un extremo, que si hubiera en Madrid autoridades, si hubiera en España un Gobierno, se castigaría lo menos, lo menos con cadena perpetua ¡Oh! ¡Lo del día anterior merecía por primera providencia que le cortasen la mano derecha! ¡Burlarse de ese modo de todas las señoras de Madrid, congregadas para un asunto piadoso! Poner en evidencia, en ridículo, en berlina, a tres a dos personas respetables, porque el tal Pulidete era un , un cursi, un cualquier cosa, que se lo tenía todo muy bien merecido Mentira parecíale que Pepe Butrón, un hombre de tanto talento, se hubiese semejante, y sin duda fue el Pulidete quien le dio el mal consejo.
Dicen todos los villaverdinos que el piadoso clérigo señaló una fuerte suma para que su albacea mandara decir mil misas.
Oficiaba su gran pontífice don Procopio, y entre los cofrades ví, con sorpresa, al piadoso y manso don Basilio.
Piadoso obsequio, dulce recuerdo de aquel Viernes de Dolores venturoso y feliz en que mi alma tenía la pureza de las azucenas, en que los cielos y la tierra me sonreían, cuando en el templo alfombrado de amapolas, entre el humo de los incensarios, a los acordes solemnes del órgano, delante de un altar, resplandeciente, me acerqué trémulo, anonadado, a recibir el Pan Eucarístico.
Y Estupiñá, con su levita nueva de paño fino, ¿qué representaba? El comercio antiguo, sin duda, las tradiciones de la calle de Postas, el contrabando, quizás , por ser hombre tan sinceramente piadoso.
Por esta parte bien podía estar tranquilo el bueno de Rubín, porque ni una sola vez, en los momentos de mayor fervor piadoso, le pasó a la pecadora por el magín la idea de volverse santa a machamartillo.
Pero en lo que no hubo variación fue en aquel piadoso atavismo de hacerles rezar el rosario todas las noches.
En la lenta convalecencia y total soledad de Nucha, falta le hacía que alguien se consagrase a tan piadoso oficio.
—¡No habia, pues, derramado ni una sola lágrima durante la agonía de aquel sér tan querido, ni al besar su frio rostro, despues que hubo muerto, ni al ver cómo se lo llevaban para siempre, ni al abandonar la casa en que habia nacido, ni al hallarse albergado por caridad en la ajena!—Algunas personas elogiaron su valor: otras criticaron su insensibilidad: las madres de familia lo compadecieron profundamente, adivinando por instinto la cruel tragedia que habia quedado encerrada en el corazon del huérfano, por falta de un sér tierno y piadoso que llorase a su lado.
ser mi relacion verídica, y no haber embarazo para mi transporte: pero que, atendiendo al piadoso fin que me trajo, y que estos pueblos estaban escasos de operarios apostólicos, por no haber venido los curas doctrineros, me mantuviese en dicho pueblo para dar el pasto espiritual a los indios, y finalizados que fuesen, seguiría mi viage.
Al culpado que cayere debajo de tu juridición considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia.
Pero veis cómo el piadoso cielo socorre en las mayores necesidades, pues llega don Gaiferos, y, sin mirar si se rasgará o no el rico faldellín, ase della, y mal su grado la hace bajar al suelo, y luego, de un brinco, la pone sobre las ancas de su caballo, a horcajadas como hombre, y la manda que se tenga fuertemente y le eche los brazos por las espaldas, de modo que los cruce en el pecho, porque no se caiga, a causa que no estaba la señora Melisendra acostumbrada a semejantes caballerías.
A fee que no fue tan piadoso Eneas como Virgilio le pinta, ni tan prudente Ulises como le describe Homero.
Y, cuando esto no suceda, sino que el cielo piadoso le guarde y conserve sano y vivo, podrá ser que se quede en la mesma pobreza que antes estaba, y que sea menester que suceda uno y otro rencuentro, una y otra batalla, y que de todas salga vencedor, para medrar en algo, pero estos milagros vense raras veces.
Si el piadoso cielo gusta y quiere que ya tengas algún descanso, leal, firme y hermosa señora mía, en ninguna parte creo yo que le tendrás más seguro que en estos brazos que ahora te reciben, y otro tiempo te recibieron, cuando la fortuna quiso que pudiese llamarte mía.
Y así lo ha de hacer y hace el que quiere alcanzar nombre de prudente y sufrido, imitando a Ulises, en cuya persona y trabajos nos pinta Homero un retrato vivo de prudencia y de sufrimiento, como también nos mostró Virgilio, en persona de Eneas, el valor de un hijo piadoso y la sagacidad de un valiente y entendido capitán, no pintándolo ni descubriéndolo como ellos fueron, sino como habían de ser, para quedar ejemplo a los venideros hombres de sus virtudes.
Mas, con todo esto, sube en tu jumento, Sancho el bueno, y vente tras mí, que Dios, que es proveedor de todas las cosas, no nos ha de faltar, y más andando tan en su servicio como andamos, pues no falta a los mosquitos del aire, ni a los gusanillos de la tierra, ni a los renacuajos del agua, y es tan piadoso que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y llueve sobre los injustos y justos.
Cuál hay que pasa todas las horas de la noche sentado al pie de alguna encina o peñasco, y allí, sin plegar los llorosos ojos, embebecido y transportado en sus pensamientos, le halló el sol a la mañana, y cuál hay que, sin dar vado ni tregua a sus suspiros, en mitad del ardor de la más enfadosa siesta del verano, tendido sobre la ardiente arena, envía sus quejas al piadoso cielo.

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