Ejemplos con pesadilla

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mientras sus ojos permanecían sumidos en este mundo lóbrego surcado por los rojos cometas de la pesadilla, su oído vibraba débilmente en ciertos momentos con palabras que parecían sonar lejos, muy lejos, y sin embargo eran pronunciadas junto a su cama.
¡Siempre Pablo Valls resurgiendo en su pesadilla!.
Aquel regato, los desmanes de aquel regato, el partido que podía sacarse de aquel regato encauzado convenientemente, eran la pesadilla y el tema sempiterno de todos los municipios de la villa y de sus más reposadas deliberaciones.
Se pasó una mano por la frente, como si despertase de una pesadilla y quisiera repeler sus recuerdos con este ademán.
Allí estaban los papas arrojados de Roma por un pueblo que, en su pesadilla mediévica, soñaba con restaurar, a la voz de Rienzi, la antigua República de los Cónsules.
Era sin duda la pesadilla de sus antiguas persecuciones volviendo a surgir.
Paquito salió el primero: tenía el aire de un chico que ha sentido en una pesadilla un peso enorme, que no ve, ni palpa, ni comprende, pero que le oprime y le anonada y le deja el pecho jadeante.
Había soñado, era sin duda una pesadilla de la fiebre, ahora volvía a verse en la cama con la pobre Teresa, que, vestida aún, roncaba fatigosamente a su lado.
gemía el herido con voz infantil, aterrado por la pesadilla.
Batiste hizo esfuerzos por librarse de esta pesadilla.
Con la violencia de las explosiones saltaban hechos añicos los globos de vidrio del alumbrado de gas, el azufre colábase por todas las gargantas, llevando al fondo de los estómagos su sabor insufrible, pero todo entraba en la diversión, y al final, cuando estallaba el trueno gordo, haciendo temblar el suelo de la feria, la gente menuda prorrumpía en estruendosa aclamación, despertando de la pesadilla belicosa que la había enardecido durante media hora.
Entonces me ocurría que todo aquello era una pesadilla espantosa, de la cual despertaría consolado y feliz.
Una sensación fresca le despertó de aquella pesadilla, que le hacía caminar como un sonámbulo aterrado.
—¡Ah! Cualquier idea de muerte o de aniquilamiento parecería ya una pesadilla o un cuento de Hoffman.
La vida es una pesadilla Más la quiero muerta.
Eres la pesadilla de todas las familias y cuando te ven entrar, no lo dudes, aunque te pongan buena cara, ¡te echan de dientes adentro cada maldición!.
Que no la veas más, que ni siquiera la saludes si te la encuentras por la calle ¡Oh, qué mujer!, es mi pesadilla.
Los lengüetazos la despertaban sobresaltada, y con la tristísima impresión de que todo aquello era mentira, lanzaba un ¡ay!, y su marido le decía desde la otra cama: ¿Qué es eso, nenita? ¿pesadilla?.
En esto, despertó Sancho, y, sintiendo aquel bulto casi encima de sí, pensó que tenía la pesadilla, y comenzó a dar puñadas a una y otra parte, y entre otras alcanzó con no sé cuántas a Maritornes, la cual, sentida del dolor, echando a rodar la honestidad, dio el retorno a Sancho con tantas que, a su despecho, le quitó el sueño, el cual, viéndose tratar de aquella manera y sin saber de quién, alzándose como pudo, se abrazó con Maritornes, y comenzaron entre los dos la más reñida y graciosa escaramuza del mundo.

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