Ejemplos con periquillo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y la obra de Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento , tiene todos los matices de picardía, autenticidad e identidad del pueblo mexicano.
Es una obra satírica que trata de un personaje pintoresco de origen folclórico, Pedro Sarmiento, alias el Periquillo Sarniento, sus venturas y desventuras, su vida y su muerte, todo lo que transcurre en finales de la colonia en México.
El Periquillo Sarniento en fin, es una novela que muestra el folclor y las tradiciones mexicanas, las picardías de este pintoresco personaje, pero por detrás el apogeo colonial mexicano.
El periquillo Sarmiento, novela del escritor mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi,.
¡Ay, Periquillo del alma!gritó la anémica, que con su fino oído no perdía palabra.
-Esta es la cama en que murió Periquillo del Roch, asistente del Sr.
Cuando murió Periquillo, te pusimos aquí, y ayer dijo Satué que te tomaría por asistente.
Francisco Satué llegose a mí y me hizo saber que había resuelto tomarme por asistente en reemplazo de Periquillo Delroch, y yo, agradecido a su bondad, me tomé la libertad de decirle:.
¡Qué diferencia de tiempos! Y ahora, hasta Periquillo Redondo, el que tiene el bazar de corbatas al aire libre en la esquina de la casa de Correos había hecho su viajecito a París Juanito se manifestó enteramente conforme con su papá, y recibida la bendición nupcial, verificado el almuerzo en familia sin aparato alguno a causa del luto, sin ninguna cosa notable como no fuera un conato de brindis de Estupiñá, cuya boca tapó Barbarita a la primera palabra, dadas las despedidas, con sus lágrimas y besuqueos correspondientes, marido y mujer se fueron a la estación.
No te canses Periquillo, que no la has de ver en todos los días de tu vida.
A mi paraguas le sucedió lo que a Periquillo Sarmiento, «que salió a pasear y se lo llevó el viento».
El amo de la casa fingió un gran golpe de tos para que no se oyesen estas palabras, se rió mucho, sin tener por qué, y, ¡por supuesto!, dejó que entrase Periquillo con un gran cesto lleno de cintas, de flores, de botellas y de confites.
-No te canses, Periquillo, que si esperas a que tu mujer venga a abrir, tarea te doy hasta el día del juicio por la noche, que la mujer como el vino engañan al más fino.

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