Ejemplos con pensando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El señor Colignon se retiró pensando: No tiene remedio el pobre hombre.
Y así vegetaba ahora, a la vera de doña Basilisa, siempre unidos, transmitiéndose templadas corrientes de mutuo afecto conyugal, pensando en salvar el alma, y no descuidando ayudar a salvar otras.
Pues para hacerse uno santoreplicó el dentista, con aire avieso, pensando que la objeción que ahora se le había ocurrido era irrefutableno es menester inventar un idioma distinto e ininteligible.
Esta visitaiba pensando al bajar las escaleras del palacio episcopalme ha servido para apreciar mejor a Facundo.
Inclinó la cabeza, pensando: La Señora me lo salvará, y nos casaremos.
Proseguía pensando: La pulmonía ha atrapado a Anselmo cuando iba a Inhiesta en persecución de don Pedrito y Angustias.
Leíanse los fascinadores párrafos cien y cien veces, arrebatando el periódico a Julieta doña Juana, a doña Juana don Simón, y a don Simón Julieta, y así una hora y dos horas, y toda la mañana y toda la tarde, sin cruzarse una palabra entre los tres individuos de la familia, pero riéndose todos, como idiotas, a cada instante, tal vez pensando en el efecto que estarían causando en el público las noticias, y ¿a qué negarlo?, en el elegante periodista.
Lo que estoy pensando tres años hace, desde que conocí que en esta recua siempre había de tocarme ir a la cola, lo que hubiera hecho entonces a tener el remedio entre las manos, como le tengo hoy: sacar a más de cuatro fachendosos a la vergüenza pública, y largarme en seguida con la música a otra parte.
La del alcalde, pensando que era el de su huerta, que venía a vengarla, comenzó a gritar:.
Si se arruinabaproseguía pensando Belarmino, su deber era entrar como oficial con el nuevo zapatero y trabajar porque a la hija no le faltase lo preciso.
La buena mujer abría los ojos con expresión de espanto, suspiraba pensando en el peligro arrostrado por su marido y lanzaba miradas inquietas a la cerrada puerta de la barraca, como si por ella fuese a filtrarse la Guardia civil.
Pero esta calma no le impedía ir pensando en lo aventurado que era recorrer la huerta a tales horas teniendo enemigos.
Y ahora, repentinamente, después de la dulce flojedad de diez años de triunfo, con la rienda a la espalda y el amo a los pies, venía el cruel tirón, la vuelta a otros tiempos, el encontrar amargo el pan y el vino más áspero pensando en el maldito semestre, y todo por culpa de un forastero, de un piojoso que ni siquiera había nacido en la huerta, descolgándose entre ellos para embrollar su negocio y hacerles más difícil la vida.
Y sin embargo, Roseta aquella noche cenó y se acostó pensando en el nieto del tío.
La mujer todavía suspiraba pensando en la multa, y establecía sin duda comparaciones entre la cantidad fabulosa que iban a arrancarle y el desahogo con que toda la familia movía sus mandíbulas.
Y Batiste seguía pensando en su campo, sentado ante la mesilla enana, rodeado de toda su familia menuda, que a la luz del candil miraba con avaricia una cazuela humeante de bacalao con patatas.
Pero el miedo de que aprovechasen su ausencia en el huerto de naranjos pudo más que sus temores, y pensando que dicha finca estaba lejos de la barraca embargada, púsose en camino.
¡Nadie se aprovecharía de su trabajo! Y así estuvo hasta cerca del amanecer, cortando, aplastando con locos pataleos, jurando a gritos, rugiendo blasfemias, hasta que al fin el cansancio aplacó su furia, y se arrojó en un surco llorando como un niño, pensando que la tierra sería en adelante su cama eterna y su único oficio mendigar en los caminos.
Chirriaban carretas en los caminos, bandas de muchachos correteaban por los campos o daban cabriolas en las eras, pensando en las tortas de trigo nuevo, en la vida de abundancia y satisfacción que empezaba en las barracas al llenarse el granero, y hasta los viejos rocines mostraban los ojos alegres, marchando con mayor desembarazo, como fortalecidos por el olor de los montes de paja que, lentamente, como un río de oro, iban a deslizarse por sus pesebres en el curso del año.
Desde ese día me persiguió a todas horas el recuerdo de Gabriela, me pasaba yo el día pensando en ella, y las horas eran instantes cuando estaba yo a su lado.
A veces, por la noche, cuando todos duermen, me paso las horas en el balcón, pensando en mi Linilla.
Mientras yo sueño a todas horas contigo, mientras vivo pensando en tí, tú te complaces en dudar de mis palabras, y temes que, prendado de Gabriela y empujado por una ambición vulgar, desdeñe tu amor olvide que me amas y que vives para mí, y corra en busca de un enlace que me proporcione bienestar y riquezas.
Me encanto mirándole y pensando en tí.
¡Qué ansia! ¡Qué impaciencia! Toda la noche estuve pensando en la llegada del mozo, hasta que al fín me quedé dormida.
Estaba el cielo muy limpio y despejado, ni una nube en esa región, y yo me decía: ¡quién fuera pajarito para volar hacia allá, y volar, y volar en busca de Rorró, de mi Rorró! Sentada allí, entre el follaje, estuve pensando en tí, pero con muchas ganas de llorar.
Primero: que si un día me olvidas, procures guardar en lo más hondo de tu corazón, allí donde no haya nada de otra mujer, un poquito de cariño para mí, un poquito nada más para que cuando padezcas y llores puedas decir pensando en mí: ¡Angelina, consuélame!.
Linilla sonreía alegremente, pensando en la próxima llegada de su protector, pero no podía disimular su tristeza.
A toda hora pensando en el sobrinito, en el sobrinito mimado.
Carmen no ha dormido en toda la noche, pensando en tí, muy contenta de haberte visto.
Como no le han visto nunca, la madre y la hija están que no viven, pensando en cómo será o cómo no será este Sr.

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