Ejemplos con oscuridad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Apolonio no paraba atención en los descalabros económicos mientras su actividad pública, como gallero, le sirviera para ensanchar la nombradía, prefería la ruina y la inopia a la oscuridad.
Tres horas si fuera día claro, pero con tanta oscuridad.
¿Qué fué? ¿Por qué has apagado la lámpara si en la oscuridad los ojos están llenos de luces?.
Siento el volar de unas alas en esta oscuridad.
No se distingue en esta oscuridad ¿Eres tú, Fuso Negro? Si bajaste por este arenal de lobos, acaso sabrás en qué playa echaron las olas el cuerpo de un ahogado.
En esta oscuridad, y siendo además D.
Como el que recela penetrar en la madriguera de una bestia feroz, Nicolás permaneció en la puerta, y desde ella lanzó en medio de la oscuridad estas palabras: Mujer, ¿está usted aquí? No veo nada.
Esta se cayó al suelo, y en el suelo vio Fortunata la claridad lívida que los fósforos despiden en la oscuridad.
Fortunata decía a todo que sí, y aparentando ocuparse de aquello, pensaba en lo suyo, meciéndose en la dulce oscuridad y la tibia atmósfera de la sala.
Después le causaba pavor la visión figurada de los pies de Mauricia En la oscuridad, que surcaban rayas luminosas, veía las botas elegantes y pequeñas de la difunta Los pies se movían, el cuerpo se levantaba, daba algunos pasos, iba hacia ella y le decía: Fortunata, querida amiga de mi alma, ¿no me conoces? ¡Re! Si no me he muerto, chica, si estoy en el mundo, créetelo porque yo te lo digo.
Después creyó ver ojos, que en aquella profunda oscuridad la miraban.
La alcoba estaba en completa oscuridad.
La tarde caía, pronto iba a ser de noche, y como Feijoo tenía horror a la oscuridad, su amiga encendió luz, que puso en la mesa de camilla, y cerró después las maderas.
De pronto le miró en la oscuridad del vehículo, diciéndole: ¿Y tú, quién eres? ¿A dónde me llevas? ¿Por quién me has tomado? ¿No sabes que soy honrada?.
En el resto de aquel aciago día, dicho se está que la pobre señora de Rubín se entregó a las mayores extravagancias, pues tal nombre merecen sin duda actos como no querer comer, estar llorando a moco y baba tres horas seguidas, encender la luz cuando aún era día claro, apagarla después que fue noche por gusto de la oscuridad, y decir mil disparates en alta voz, lo mismo que si delirara.
Fuera que los ojos del clérigo se acostumbraran a la oscuridad, fuera que entrase en el cuarto más luz, ello es que Nicolás empezó a distinguir a su hermana política, sentada sobre el baúl, con un pañuelo en la mano.
La expresión de sus sentimientos acerca del tremendo anatema perdiose en la oscuridad de aquella caverna.
¡Pero qué oscuridad! No veo gota.
¿Qué demonios pasaba en aquel cerebro? Entró por la puerta pequeña que comunica el patio con el largo pasillo interior del edificio, y una vez allí pasó sin obstáculo al vestíbulo, tentando la pared porque la oscuridad era completa.
Fortunata no pudo comprender el motivo de esto, y creyó que la oscuridad del velo le desfiguraba la realidad de la cara de su pareja.
¡Un hogar honrado y tranquilo! ¡Si era lo que ella había deseado toda su vida! ¡Si jamás tuvo afición al lujo ni a la vida de aparato y perdición! ¡Si su gusto fue siempre la oscuridad y la paz, y su maldito destino la llevaba a la publicidad y a la inquietud! ¡Si ella había soñado siempre con verse rodeada de un corro chiquito de personas queridas, y vivir como Dios manda, queriendo bien a los suyos y bien querida de ellos, pasando la vida sin afanes! ¡Si fue lanzada a la vida mala por despecho y contra su voluntad, y no le gustaba, no señor, no le gustaba! Después de pensar mucho en esto hizo examen de conciencia, y se preguntó qué había obtenido de la religión en aquella casa.
Diríase que eran las ideas, que cansadas de la oscuridad del cerebro se asomaban por los balcones de la nariz y de las orejas a ver lo que pasaba en el mundo.
Después salió otra vez al pasillo, donde continuó la perorata, paseándose de un extremo a otro, y gesticulando a favor de la oscuridad.
Mi general le dije, yo veo una faja negra, que así de pronto, en la oscuridad de la noche, parece un zócalo Mire usted bien, ¿no será una fila de hombres?.
Te acordarás de aquel cuerpo sin igual, de aquel busto estatuario, de esos que se dan en el pueblo y mueren en la oscuridad cuando la civilización no los busca y los.
En esto reina cierta oscuridad, que no se disipará mientras no venga uno de estos averiguadores fanáticos que son capaces de contarle a Noé los pelos que tenía en la cabeza y el número de que hizo cuando cogió la primera de que la historia tiene noticia.
La primera etapa de su viaje fue Burgos, a donde llegaron a las tres de la mañana, felices y locuaces, riéndose de todo, del frío y de la oscuridad.
No consentía la oscuridad distinguir más que sus imponentes proporciones, escondiéndose las líneas y detalles en la negrura del ambiente.
El capellán cobró ánimos, pues la oscuridad alienta mucho a decir cosas difíciles.
Como ambos interlocutores se habían acostumbrado a la oscuridad, no sólo vio Julián que el marqués meneaba la cabeza, sino que torcía el gesto.

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