Ejemplos con ofendían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La Crónica de Ralph Niger explica que sus enormes gastos así como su opulenta vestimenta ofendían las sensibilidades de los europeos occidentales, ostentación que no consideraban adecuados para un Patriarca, concluyendo que si Oriente era tan rico como para permitir esos gastos, no había necesidad de ayuda alguna por parte de ellos.
Transformaba a sus enemigos o a los que la ofendían en animales mediante el uso de pociones mágicas y era conocida por sus conocimientos de herborística y medicina.
De hecho, sus maestros a menudo se ofendían por el apoyo que demostraba a las teorías presentadas por Copérnico dentro de la astrología.
Más que estas amenazas, ofendían a los españoles las demostraciones de hostilidad negativa.
Avanzó Teresa, venciendo su terror y repugnancia, la suciedad, la pestilencia ofendían la vista tanto como el olfato.
Yo había oído hablar a Salvador con cariño y admiración que me ofendían, de aquella singular hermana suya que no era tal hermana, ni aun pariente y que muy bien podía ser otra cosa.
El tirano, en tanto, hizo conducir a Feras a Pelópidas, permitiendo al principio que le hablaran los que quisieran, creyendo que los trabajos le harían apacible y humillarían su ánimo, pero como Pelópidas exhortase a los Tésalos que lamentaban su suerte a que no desconfiasen, pues entonces era más cierto que el tirano tendría su merecido, y a éste mismo lo enviase a decir era cosa muy extraña que continuamente estuviese dando tormentos y la muerte a miserables ciudadanos que en nada le ofendían, y que a él le dejase, cuando debía conocer que había de ser el primero a castigarle, si tenía medio de huir, maravillado de semejante entereza e impavidez: “¿Por qué- exclamó- se empeña Pelópidas en apresurar su muerte?” Y habiéndolo éste entendido, respondió: “Para que tú perezcas más pronto y más en la ira de los Dioses”.
Él acudía al juez si le ofendían, y si no había modo, ventilaba la cuestión a palos.
Por lo que hace a mí, nunca creeré que una virtud decidida y bien cimentada en la razón pueda por ningún caso de fortuna degenerar en el vicio opuesto, con todo, no considero imposible que los mejores propósitos, y los caracteres más formados a la virtud, hagan mudanza en sus costumbres por desgracias y calamidades injustamente padecidas, y fue lo que me parece le sucedió a Sertorio, que, cuando se vio abandonado de la fortuna, irritado por los mismos acontecimientos se hizo cruel contra los que le ofendían.
Prestó Livio para estos objetos al Senado la autoridad de su magistratura, y propuso leyes que no tenían nada ni de loables ni de útiles, con sola la mira de exceder a Gayo en favor y condescendencia para con la muchedumbre, contendiendo y compitiendo con él como los actores de una comedia, con lo cual el Senado no dejó duda de que no le ofendían los proyectos de Gayo, sino que lo que quería era o quitarle de en medio o humillarle.
Quería muy poco a su abuelo, cuya alegría y cuyo cinismo lo ofendían, y tenía una sombría idea respecto de su padre.
Avanzó Teresa, venciendo su terror y repugnancia, la suciedad, la pestilencia ofendían la vista tanto como el olfato.
No consentía rivales ni enemigos de su amo, y al ver los extremos de aquel perruco de lanas, se había lanzado a defender a su dueño o a librarle de caricias que a él, al Tigre, le ofendían.
Ella siguió haciendo nudos y más nudos, y no respondió a mis alabanzas sino echándome otras tan hiperbólicas que me ofendían.
sospechas ni recelos, que le ofendían a él tanto como al que se los inspiraba.
Así sus versos eran una lluvia de estrellas sobre los vulgos que aullaban y le ofendían al verle pasar borracho por su lado.
Con esta precaución ofendían mi cordura, y, sin embargo, la acepté de.
para oírla, pero a mí me ofendían los aplausos de sus admiradores,.
Y más tenía que confesarse, que en rigor, en rigor, no le ofendían mucho, más quería un cachete, si a mano viene, que una chillería, el ruido lo último de todo.
que escuchaban, no sólo no se ofendían de semejante grosería, sino que antes bien gustaban.

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