Ejemplos con oían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La amenazada chica comenzó a mirar, asustada, en todas direcciones, y aunque no se veía el perro, como los ladridos se oían cada vez más cerca, dió a correr desesperadamente, buscando la entrada de la villa por un atajo.
Le oían con respeto, pero necesitaban aislarse de él para digerir a su modo las enseñanzas.
La oían distraídos, hundiendo su mano en la sotana.
La música de la Academia había cesado de tocar un pasodoble en la misma puerta Llana, y se oían las voces de mando de los oficiales y el choque unísono de las culatas al quedar inmóviles las compañías de cadetes.
Los viernes, al salir de la escuela, oían invariablemente todos ellos el mismo discurso:.
Mientras detallaba sus recuerdos, el maestro y su mujer le oían atentamente, y algunos muchachos, abusando del inesperado asueto, iban alejándose de la barraca atraídos por las ovejas, que huían de ellos como del demonio.
En todas partes se oían los gritos de los vendedores: ¡Cuarenta nueces! ¡Al buen tostado! ¡A tomar la niii eve! ¡De limón y de leche! En los espacios libres de paseantes jugaban al toro los granujas.
Tan complaciente era, que para entretener al sobrino no vacilaba en despojarse de su dignidad profesional, y las criadas oían sonar en el salón una guitarra y la voz de don Rafael cantando las cancioncillas de sus buenos tiempos de estudiante.
Ciertas mañanas, llegaba muy contento a la hora de comer, sus hermanas le oían cantar paseando por las habitaciones, y ¡caso raro! él, tan despreocupado en materias de adorno, enfadóse dos veces porque le planchaban mal las camisas, y pidió seriamente a la mamá que le comprase una corbata, pues la que llevaba era un asco, de deshilachada y mugrienta.
Sus carcajadas se oían desde la calle cuando repetía la adivinanza, sin que el otro la pudiera acertar.
En el mismo instante salió una mujeraza de la puerta más próxima, y agarrando a una de las niñas embadurnadas, le levantó las enaguas y empezó a darle tal solfa en salva la parte, que los castañetazos se oían desde el primer patio.
Los que desde el corredor le oían, reíanse a todo trapo, y Nicanora arengaba al público diciendo: pronto se le pasará, cuanto más fuerte, menos le dura.
¡Cristo! Los chillidos del se oían desde la Plaza Mayor.
Acudimos Padilla y yo, y con gran trabajo pudimos desarmar al filósofo y encerrarle en su cuarto, donde quedó dando cabezadas contra las paredes y pegando unos gritos que se oían desde la calle.
Sus botas, por ser domingo, estaban aquel día embetunadas y eran tan chillonas que se oían desde una legua.
En cambio los gritos del cura se oían claramente desde el pasillo.
Los amigos que le oían quejarse, comparando la exigüidad de la paga con la muchedumbre de bocas que constituían su familia, le consolaban cada cual a su manera, pero él decía invariablemente: y sobre todo, me lo pueden creer, lo que más me contrista es no estar.
La vivacidad, la gracia y el fervor con que Guillermina decía estas cosas, impresionaron a las cuatro mujeres que las oían.
Total, que el piano tuvo que salir pitando, y sus arpegios y trinos se oían después perdidos y revueltos, como si alguien estuviera barriendo sus notas por la calle de Toledo abajo.
Los gritos de Patrocinio Moreno se oían desde la escalera.
Defendía el joven Rubín los principios fundamentales de toda sociedad con un ardor y una serena convicción que eran el asombro de cuantos le oían.
Los chillidos de Aurora se oían desde la calle.
El niño callaba y se oían sus lengüetazos.
La tía le acababa de echar los tiempos, y aún se oían abajo los resoplidos de la fiera Consolé a la pobre chica con cuatro palabrillas y me senté a su lado en el escalón.

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