Ejemplos con nolis

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No quiero hablar de las infinitas visitas ceremoniosas que antes de la hora de comer entraron y salieron en aquella casa, entre las cuales no eran de despreciar todos los empleados de su oficina, con sus señoras y sus niños, y sus capas, y sus paraguas, y sus chanclos, y sus perritos, déjome en blanco los necios cumplimientos que se dijeron al señor de los días, no hablo del inmenso círculo con que guarnecía la sala el concurso de tantas personas heterogéneas, que hablaron de que el tiempo iba a mudar, y de que en invierno suele hacer más frío que en verano. Vengamos al caso: dieron las cuatro y nos hallamos solos los convidados. Desgraciadamente para mí, el señor de X., que debía divertirnos tanto, gran conocedor de esta clase de convites, había tenido la habilidad de ponerse malo aquella mañana, el famoso T. se hallaba oportunamente comprometido para otro convite, y la señorita que tan bien había de cantar y tocar estaba ronca, en tal disposición que se asombraba ella misma de que se la entendiese una sola palabra, y tenía un panadizo en un dedo. ¡Cuántas esperanzas desvanecidas! -Supuesto que estamos los que hemos de comer -exclamó don Braulio-, vamos a la mesa, querida mía. -Espera un momento -le contestó su esposa casi al oído-, con tanta visita yo he faltado algunos momentos de allá dentro y... -Bien, pero mira que son las cuatro. -Al instante comeremos. Las cinco eran cuando nos sentábamos a la mesa. -Señores -dijo el anfitrión al vernos titubear en nuestras respectivas colocaciones-, exijo la mayor franqueza, en mi casa no se usan cumplimientos. ¡Ah, Fígaro!, quiero que estés con toda comodidad, eres poeta, y además estos señores, que saben nuestras íntimas relaciones, no se ofenderán si te prefiero, quítate el frac, no sea que le manches. -¿Qué tengo de manchar? -le respondí, mordiéndome los labios. -No importa, te daré una chaqueta mía, siento que no haya para todos. -No hay necesidad. ¡Oh!, sí, sí, ¡mi chaqueta! Toma, mírala, un poco ancha te vendrá. -Pero, Braulio... -No hay remedio, no te andes con etiquetas. Y en esto me quita él mismo el frac, velis nolis , y quedo sepultado en una cumplida chaqueta rayada, por la cual sólo asomaba los pies y la cabeza, y cuyas mangas no me permitirían comer probablemente. Dile las gracias: al fin el hombre creía hacerme un obsequio!
Precisamente su resistencia a este empleo era lo que más proyectaba la ira de la tía Carpa, que proyectaba sacar un buen pescador de su hijo, a quien, velis nolis, había ya matriculado y, por ende, sujetado a las ordenanzas de la Comandancia de Marina.
Sonrióse gozosa y expansiva con nosotros, saludóme cariñosa, y, ''velis nolis'', me hizo probar la leche que ella misma acababa de ordeñar.
Digo, pues, que si mañana ha de ventilar mi pluma pecadora los graves asuntos que se hallan ya bajo su jurisdicción, con la imparcialidad y el aplomo que tienes derecho a exigir de mí, porque, al cabo, soy de tu calle, necesito descargar previamente la razón de ciertas incongruencias que la martirizan de algunos días a esta parte, oscuridades en que se me vela y confunde a veces la armazón revolucionaria de donde parten precisamente todas las grandes peripecias que estamos contemplando y las que nos quedan por contemplar en la región de la política, asunto, añado, que, mientras te lo voy exponiendo para que, si puedes, lo aclares, me sirve de introito, con el cual me pongo al día en mis tareas, especie de ojeada retrospectiva con que, de paso, te doy otra prueba de mis lógicas tendencias, que, ''velis nolis'', siempre me obligan a empezar por el principio.
Luego reconoce el eminente Ripamilán que es cierto lo que dice el mundo entero: que, contra las leyes divinas y humanas, el Magistral es comerciante, es el dueño, el verdadero dueño de La Cruz Roja, el bazar de artículos de iglesia, al que por fas o por nefas todos los curas de todas las parroquias del obispado han de venir velis nolis a comprar lo que necesitan y lo que no necesitan.
-Lo que yo digo es que nuestro amo hace muy bien en no dar su hija a don Álvaro Yáñez, y en que velis nolis venga a ser condesa de Lemus y señora de media Galicia.
Se trataba de no sé qué diablo de fuerza recientemente descubierta que, mediante conductores de no se sabe ahora qué género, convertía el globo en una gran red que encerraba en sus mallas mortíferas a todos los hombres, velis nolis.
Era un camarín divino, como diría Echegaray o cualquier imitador suyo, aquel en cuyos umbrales se vio Pipá velis nolis.
cuchichean? ¿Qué elocuente orador no cede la palabra velis nolis a unos labios tan espeditos como.
Esto diciendo, Plácida velis nolis estampó el beso de Judas con su hedionda boca en aquel rostro de serafín.
Pues nos iremos: quédate, pero volveremos por ti, y ''velis nolis'', aunque haya que romper alguna cabeza, tú volverás a Madrid conmigo —dijo Allo—, y nos acostamos.
Juan'' manifiesta al juzgar su obra, cuando ha tenido treinta y tres años para estudiarla? ¿Cuando, ''velis nolis'', le han hecho presenciar ochenta veces su representación, durante la cual, a no haber sido de piedra como su estatua del Comendador, tiene forzosamente que haberla visto y héchose cargo de cómo pasa lo que en ella sucede?.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba