Ejemplos con mozuela

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ella, calzando babuchas y con el puñalito en la cabellera mal peinada, hacía la cocina animosamente, con la ayuda de una mozuela del país, que aprovechaba el menor descuido para engullirse los bocados destinados al querido enfermo.
¡Un mozo tan guapo como su Jaime! Pero la mozuela alborotó con sus trajes y ademanes las tranquilas costumbres de la ciudad, las buenas familias se indignaron, y doña Purificación trató con ella, valiéndose de intermediarios, para darle dinero y que abandonase la isla.
En la oscuridad, una mozuela duerme con un niño en los brazos, la luz la desendormisca, e instintivamente chasca la lengua y vuelve a balancear rítmicamente la silla, cunando al niño.
Ávida de referir sus cuitas, la infeliz mozuela me contó que, a poco de casarse, vio en su marido el más perverso animal de la Creación.
Vierais en Pepa una mozuela linda y desfachatada, bailarina más terrestre que aérea, tiple ligera, ligerísima.
En la heteróclita casa vi a la mozuela que me llevara las cartitas, y mujerona que se escurría por los pasillos sin otro rumor que el de toses y carraspera.
¡Oh, memoria, qué dulces recuerdos trajiste! ¡Oh, fantasía, cómo los poetizaste! Mozuela que allá en el pobre lugarejo le esperabas en el pajar, sabrosa luna de miel pasada con Frasquita, cocinerilla vencida en la trastienda, en una sofocante siesta de verano, dichosas y felices aventuras, ¡cómo y con qué fuerza surgisteis en la imaginación del estanquero, poblándola de halagadoras reminiscencias que le inspiraron deseos de nuevos triunfos!.
La endiablada mozuela, ciñéndose a las instrucciones de don Juan, se hacía desear mucho, tardaba en acudir a las citas, luego venía armada de malicia, fingiendo estremecimientos, vacilaciones y sonrojos que la hacían más apetitosa, y si se dejaba tocar por el exmiliciano remozado, en seguida se le escapaba de entre las manos, como si le tuviese condenado a eterna dedada de miel, sin esperanza de mayores goces.
Comprendió que la infeliz a quien estaba engañando no era casada trapisondista que mereciese desprecio por faltar a su deber, ni viuda buscona armada por la experiencia contra la seducción, ni siquiera mozuela desenvuelta y sabedora de cómo se finge la pérdida de la honestidad: era una pobre mujer realmente apasionada, que sin carecer de perspicacia y malicia, las tenía como adormecidas y embotadas por el pícaro amor.
Porque yo te habría dirigido, yo te habría dado fortaleza, consuelo Pero no, se te antoja campar por tus respetos, y hacer y acontecer, como una mozuela sin juicio Eso es un disparate: ahí tienes, ahí tienes el motivo de todas tus desgracias al no contar para nada con las personas que deben guiarte.
Pero lo que extrañamos es ver a una mozuela de diez y siete años pensando sólo en casarse.
-No, señora, nosotros no tenemos ninguna hija -contestó con mucho enfado María de la Paz-: es una mozuela, una loca que admitimos aquí por compasión, esperando que se corrigiera, pero.
Si no, ¿qué va a ser de la honra de nuestra casa? Hay que poner inmediatamente a la puerta de la calle a esa mozuela, sin consultar a don Elías.
Bien quisieran las jovencitas hacer más preguntas, e informarse de otros pormenores acerca de la vida y parentela de Cecilia, pero, por una parte, su padre les había dicho que la dejaran en paz, y, por otra, su madre, ya incapaz de dominar su desazón, les indicó por un gesto muy significativo que era tiempo saliese de allí mozuela tan procaz.
De seguro que no se desatinaría por una mozuela cuyo padre verdadero sabe Dios quién es.
Dieciocho o veinte años atrás, esto es, cuatro o cinco después de casado, va con dos hijos de su legítima mujer, tropezó con una mozuela de singular belleza.
Decía, señor Alcalde, repuso don Cándido cual si saliera de un sueño, que una mozuela trae loco a mi hijo Leonardo, le seduce y encanta con sus mañas y no le deja concluir sus estudios de abogado.
Los exámenes son en abril, y el mozo, por seguir tras la mozuela, no abre un libro de derecho, no asiste a las clases.
En la discusión que tuvimos, se lamentó, casi con lágrimas en los ojos, de que estabas hecho un perdido, jugador, mujeriego, que no estudiabas ni podrías recibirte en abril como él y tu madre esperaban, para que tomaras la administración de los bienes el año entrante, es decir, después de casarte con la bella y virtuosa señorita de Alquízar, como estabas comprometido, todo por esa mozuela casquivana, cuyas relaciones amorosas desdoran sin duda a un joven que ha de ser Conde antes de mucho.
No se hizo de rogar la mozuela, antes se entró, desde luego por el zaguán, y se presentó con mucho desembarazo a la puerta de la sala, donde ya la esperaba el grupo de las tres jovencitas.
Otros: Lástima es que esta mozuela sea jitana, en verdad, en verdad que merecia ser hija de un gran señor.
Dice, pues, la historia, que el paje era muy discreto y agudo, y, con deseo de servir a sus señores, partió de muy buena gana al lugar de Sancho, y, antes de entrar en él, vio en un arroyo estar lavando cantidad de mujeres, a quien preguntó si le sabrían decir si en aquel lugar vivía una mujer llamada Teresa Panza, mujer de un cierto Sancho Panza, escudero de un caballero llamado don Quijote de la Mancha, a cuya pregunta se levantó en pie una mozuela que estaba lavando, y dijo:.
Y, al acercarse la noche, bajo un cobertizo humilde, en un barrio de miserables, descubrí al fin otro ser salvado de la hecatombe: una mozuela, balbuciente de terror, que casi no podía articular palabra.
-Apuesto a que es circunciso -agregaba una mozuela marisabidilla.
De su voz ¡voz traidora!, no se había vuelto a acordar en mucho tiempo, a no ser para cantar en tabernas y paseos nocturnos, para solaz de los compañeros del hampa, o seducción de alguna mozuela, que además habría de pedir otra paga.
¡Rosa! -añadió, volviéndose hacia la mozuela que había servido los manjares-.
En aquel momento se oyó un grito, de angustia, y la mozuela que servía a Carmen apareció en el comedor con el semblante pálido y los ojos fuera de las órbitas.
Soy una mozuela sin experiencia y sin arte.
El pintor se acercó a la mozuela, invitándola a bailar.
En estas excursiones acompañábalo invariablemente su hijastra Rosalía, una mozuela de doce años que por lo blanco de la piel, rubios cabellos y ojos claros de un azul desteñido, la morena y tiznada chiquillería de la mina apellidada la “gringa”.

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