Ejemplos con moscardones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al poner el pie en el primer peldaño de la escalera, la música zumbadora de la sangre le cantaba en los oídos, como un coro de cien moscardones.
Millares de moscardones pegajosos se movían en torno de Desnoyers sin que alcanzase a verlos.
Saltaban en torno de ellos las moléculas del acero ígneo, como moscardones de mortal picadura.
Una mujer de mediana edad, apenas vestida, yacía entre pedazos de estera y jirones de mantas, sin alientos ni aun para llorar su desdicha, dos niñas como de ocho y diez años, la una sentadita en un taburete desvencijado, la otra de rodillas arrimada a la pared, se metían los puños en la boca, luego se restregaban con ellos los ojos, exhalando un plañidero quejido sin fin, como ruido de moscardones.
Salió de estampía, y en el cotarro siguieron zumbando los incansables moscardones, cesantes los unos y sin esperanzas, colocados otros y con el alma en un hilo por el temor de ser arrojados de sus comederos, pretendientes los demás, tenacísimos y fastidiosos, cualquiera que fuese la situación saliente y la entrante.
Nelet había encendido la lámpara del comedor, y los moscardones y mariposas del vecino jardín, atraídos por la luz, aleteaban nerviosamente, chocando con la pantalla de porcelana.
Ved la calle, la casa, los peces de colores nadando y revolviéndose con incesantes curvas en sus estanques, ved las jaulas de grillos colgadas en racimos a un lado y otro de la puerta, fijad la atención en la ventana de la escuela y oíd el rumor de moscardones que por ella sale.
y el chirrido tedioso de cien mil moscardones.
Una mujer de mediana edad, apenas vestida, yacía entre pedazos de estera y jirones de mantas, sin alientos ni aun para llorar su desdicha, dos niñas como de ocho y diez años, la una sentadita en un taburete desvencijado, la otra de rodillas arrimada a la pared, se metían los puños en la boca, luego se restregaban con ellos los ojos, exhalando un plañidero quejido sin fin, como ruido de moscardones.
A medio día los fragmentos antiguos, caldeados y como estremecidos por el sol, halagados por los efluvios de amor esparcidos en el ambiente, revivían una vida singular, y las ninfas sonreían a los nervudos faunos, y los amorcillos tenían en sus pedestales actitud de impaciencia, ansiosos de volar, de beber la cálida atmósfera y la esencia de las rosas, violentamente profanadas por abejas y moscardones.
Lleva el ondeado cabello suelto al desgaire y ceñida la cabeza de una ancha faja recamada de alas de moscardones, que brillan como esmeraldas, amatistas y rubíes, igual adorno le cruza el blanquísimo pecho, y sujeta a la flexible y breve cintura una ligera túnica blanca, penden del cuello y rodean brazos y piernas, graciosas cadenillas y sartas de jaboncillos partidos, negros y lustrosos como el azabache, y de otras simientes de colores que, entre los libres hijos del desierto, se aprecian más que las preciosas joyas de oro y diamantes entre los esclavos de la moda civilizada.
Lleva el tributo de objetos mujeriles: gargantillas de varias simientes y de colmillos de animales, huimbiacas y pendientes de huesecillos de pejes, y fajas con recamos de tornasoladas alas y cabezas de moscardones.
Te daré también, a más de los adornos dichos, muchas y lindas sartas de jaboncillos partidos, simientes de copal y dientes de micos, dos cintos de paja con labores de alas de moscardones, dos vestidos hechos a mano, dos de la segunda corteza de llanchama.
Los moscardones les asedian tenazmente, entre zumbidos que repercuten con vibraciones de enjambres de avispas, pero ellos parecen no darse cuenta, sumidos por completo en la beatitud del momento.
Los moscardones zumban.
Moscardones de alas de cristal revoloteaban en torno de las manchas escarlatas de los granados.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba