Ejemplos con mirá

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El patrón pensaba que le podía ganar por puntos, no te abrás mucho y no te cansés de entrada, mirá que aquél te va a boxear todo el tiempo.
Mirá la metáfora, ¡qué lo parió! No es que el vino sea verde, si no que tiene el gusto verde.
Y me dijo: Mirá lo que se puede con la hipnosis.
Y mirá si hubiéramos hecho un monocasco, no podíamos haberlo reconstruido después del golpe que se dio Franco.
Jacob tenía pensando eliminar a la bebé ya que le parecía injusto que esta viviera y Bella hubiese muerto, pero cuando llega con Rosalie, quien esta cargando a la niña y mirá a la recién nacida Renesmee Cullen a los ojos, se imprima de ella.
Mirá -me dijo con serena firmeza- ahora me toca a mí.
Yo le dije: Mirá, no está mal, pero no creo que funcione.
El padre lo pensó un rato y le contestó: Mirá, Pedrito, lo dejo.
Mirá cómo un cabayero que lo sabe too encuentra que mi idea es güena Pero si es que os fartan riñones pa sacarle el dinero a un rico, poemos hacer la partía pa perseguir a los indios.
Mirá bien, Ambrosio, si es éste el lugar que Grisóstomo dijo, ya que queréis que tan puntualmente se cumpla lo que dejó mandado en su testamento.
¡Mirá, en hora maza dijo a este punto el ama, si me decía a mí bien mi corazón del pie que cojeaba mi señor! Suba vuestra merced en buen hora, que, sin que venga esa Hurgada, le sabremos aquí curar.
-Vecinita, ¡qué malo es estar solos! El día que usté quiera mirá a este servior, llamamos ar cura que está aquí cerca, y entonces economizamos una pieza.
-Mirá -dijo con decisión Zamora-, te acordás de Blanca, ¿no?.
Mirá, güeno es darles un trago a los hombres.
-Pero si es que no has debío venir, si es que lo que te han dicho no es verdá, si es que el Ecijano, desde que tú te juiste, no ha güerto a cruzar con Rosalía ni una mirá, ni una sola.
Mirá, señora, si vna pobre vieja, como yo, si se fallará dichosa en dar la vida a quien tales gracias tiene.
- Mirá, señora, qué fablar trae Pármeno, cómo se viene santiguando de oyr lo que has hecho con tu gran diligencia.
Mirá, señor, si esto basta para la primera vista.
Pues la que todo esto falló fecho, mirá si merece de vn triste hombre como yo ser seruida.
Pero para Baldomero, cualquiera servía de blanco, pobres y ricos, no perdía ocasión de pegarle a cada cual el mote que, según él, le podía convenir, y cuando, sentado en medio de los demás peones, exclamaba: «¡Ché! ¡Susto!, ¡mirá quién viene!», y que, sin enojarse, conviniendo así, tácitamente, que su fealdad nativa merecía ser castigada con las bromas de Baldomero, Pedro, dándose vuelta para ver, contestaba con sencillez: «Nariz de porongo», todos sabían que en el palenque se apeaba el viejo Cipriano, dotado por la naturaleza, ayudada por el sol y copiosas libaciones, de voluminoso apéndice nasal.
- ¡Mirá si tornará! Tiénete dada vna manilla de oro en prendas de tu trabajo ¿e no hauía de venir?.
-Mirá -me dijo-.
Así que nada había de todo esto: ¡mirá si habían de vivir a ochocientos y a.
Pero mirá, lo.
Mirá bien,.
¡Mirá qué tales sois vosotros, que.
—Mirá, los sabios son pocos, no hay cuatro en una ciudad, ¡qué digo cuatro!, ni dos en.
Dos pértigas, paseando, vieron pasar la barrica, y cimbrándose de risa, las dos juntas exclamaron: ¡Mirá, che, qué barbaridad!.
- ¿Moços, estó yo aquí? ¿Moços, oygo yo esto? Moços, mirá si estoy despierto.
Bendígaos Dios, ¡cómo lo reys e holgays, putillos, loquillos, trauiessos! ¡En esto auía de parar el nublado de las questioncillas, que aués tenido! ¡Mirá no derribés la mesa!.

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