Ejemplos con migueletes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pradera de San Isidro: es un paraje natural frente a la Reserva Ornitológica de Los Charcones desde donde se puede contemplar la típica llanura manchega que conforman los terrenos migueletes.
XIX, su término, como el de Alfarnatejo, va a ser paso hacia la costa y refugio de bandoleros en sus carrocerías, mientras que eran perseguidos por la Guardia Civil, apodada como lo migueletes.
En la parroquia de la Purísima Concepción está enterrado José María Hinojosa Covacho, llamado El Tempranillo, un famoso bandolero que cuando fue capturado recibió el indulto de Fernando VII a cambio de que se uniera a los migueletes, en la búsqueda y captura de los bandidos como él.
La Imprenta lleva este nombre por la antigua imprenta del Hipódromo, en la calle Maure esquina con la calle Migueletes.
Había dos norias a caballo, una estaba en la calle Báez y Matienzo y la otra en la calle Migueletes, de allí se sacaba agua para el riego.
Su historia se remonta al reparto de las chacras al otro lado del arroyo de los Migueletes.
Pero bastaba que se levantase en alto el mimbre alguacilesco o que se movieran las boinas rojas de la pareja de migueletes guipuzcoanos, para que al momento se iniciase un retroceso, quedando inmóvil el gentío.
Lo que llamaba la atención de los concurrentes a la romería era un joven que, fuertemente atado codo con codo, conducían cuatro migueletes, sin duda a la cárcel de Avellaneda.
Alejo Castex, de Migueletes, y D.
Bautista quiso detenerse para hablar a Miguel el cestero, que estaba asomado al balcón de casa del señor cura, pero los migueletes lo dieron un culatazo en la espalda y siguieron con él Cadagua arriba.
¡A fe que hemos estado torpes! Pero ¿a quién se le hubiera ocurrido buscar al capitán de ladrones entre los migueletes que iban a prenderlo?.
los migueletes, y señalando a Manuel, dijo:.
¡Ahí están los migueletes, y ellos verán lo que hay que hacer con tu persona!.
- ¡Van once migueletes en seis días! -exclamó un sargento-.
El interés y emoción del público eran extraordinarios, y no menos la solemnidad con que los migueletes se despedían de sus familias y amigos para marchar a tan importante empresa.
Quince días después de la escena que acabamos de referir, y a eso de las nueve de la mañana, muchísima gente ociosa presenciaba, en la calle de San Juan de Dios y parte de la de San Felipe de aquella misma capital, la reunión de dos compañías de migueletes que debían salir a las nueve y media en busca de Parrón, cuyo paradero, así como sus señas personales y las de todos sus compañeros de fechorías, había al fin averiguado el Conde del Montijo.
Si conforme soy yo quien se lo encuentra y se entera de lo que pasaba, hubieran sido los migueletes habría dado vuestras señas y las de nuestra guarida, como me las ha dado a mí, y estaríamos ya todos en la cárcel! ¡Ved las consecuencias de robar sin matar! Conque basta ya de sermón y enterrad ese cadáver.

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