Ejemplos con mandó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al entrar en la alcoba, mandó clavar las ventanas.
Perdió el pleito, murió del disgusto, y mandó que lo enterrasen aquí para que le pisaran los insolentes laneros después de muerto, ya que lo habían vencido en vida.
Vean ustedes: el mundo siempre ha sido mundo, corrupción la hubo siempre, por algo mandó Dios el Diluvio.
Ya el doctor mandó que se disponga, y a las cinco recibirá el Viático.
Cubrióse la mesa de tajadas de melón, peras y manzanas, avellanas y nueces, pero esto pasó sin gran éxito, atreviéndose el tío sólo con algunos pedazos de fruta que le mandó Juanito.
Mandó un recado para que no le esperase usted.
Doña Lupe mandó recado a Ballester, que fue a verle después de anochecido.
El médico de guardia conocía a Maxi, y después de curarle la contusión de la cabeza, que no tenía importancia, le mandó a su casa al cuidado de los guardias de Orden Público.
Después mandó a Patricia a su casa con un recado, llamando a Nicolás, que aquel día había llegado de Toledo.
Corriéndose al velador inmediato, donde estaba cenando el ciego, mandó al mozo que le pusiese allí su chocolate.
Quedose solo en el comedor mi hombre, y después de quince minutos de espera, Dorotea le mandó pasar.
Don Evaristo llegó en coche a eso de las cuatro muy animado, y le mandó que le hiciera un chocolatito para las cinco.
Por fin, acudió la católica al Gobernador, y el Gobernador mandó que saliese Mauricia del poder de Poncio Pilatos, o sea de D.
En la parte del corredor que había de recorrer el Viático, mandó que se pusieran las niñas que lucían pañuelo de talle, y como no tuvieran velas, ordenó que se les diesen.
También mandó Guillermina despejar la habitación y que se apagaran las luces.
¿Antojitos ya? murmuró la tía sonriendo, y mandó a Papitos por la naranja.
Y una tarde que el matrimonio había ido a paseo, la gran capitalista, no pudiendo enfrenar por más tiempo su curiosidad, mandó a Papitos a un recado, por quedarse sola, y con determinación admirable hizo un registro en la cómoda y baúl de Fortunata.
Púsose Fortunata a arreglar la casa y mandó a Patricia a la compra, cuando he aquí que entra doña Lupe toda descompuesta: ¿No sabes lo que pasa? Pues una friolera.
Volviendo a la cocina, mandó a la criada que se acostase, pero la señora Patria no tenía sueño.
Y siguieron picoteando de este modo hasta que entró Maximiliano, y doña Lupe mandó sacar la sopa.
En otro tiempo hubo allí un cubil, y en el cubil un cerdo que se criaba con los desperdicios, pero el Ayuntamiento mandó quitar el animal de San Antón, y el cubil estaba vacío.
El sábado aquel mandó, como digo, dar cera y brochado al piso de la sala, encargando a Fortunata y a otra compañera que se lo habían de dejar.
Mas Barbarita prohibió todo lo que fuera barullo, y viendo entrar a Federico Ruiz, a Eulalia Muñoz y a uno de los , Ricardo Santa Cruz mandó destapar media docena de botellas de.
¡Qué hombre!, ¡qué bocaza! Mandó que me dieran seis mil Luego vi a doña María Victoria, ¡qué excelente señora! Hízome sentar a su lado, tratábame como su igual, tuve que darle mil noticias del asilo, explicarle todo Quería saber lo que comen los pequeños, qué ropa les pongo En fin, que nos hicimos amigas Empeñada en que fuera yo allá todos los días A la semana siguiente me mandó montones de ropa, piezas de tela y suscribió a sus niños por una cantidad mensual.
Porque te dije que le encargaras medio solomillo, y ¿sabes lo que me mandó?, un pedazo enorme de contrafalda o babilla y un trozo de espaldilla, lleno de piltrafas y tendones Vaya un modo de portarse con los parroquianos.
Barbarita le mandó en seguida su médico, y no satisfecha con esto, ordenó a Juanito que fuese a visitarle, lo que el Delfín hizo de muy buen grado.
Por fin Dios le mandó en carne mortal, cuando los esposos empezaron a quejarse de la Providencia y a decir que les había engañado.
Veis este señor es el que se cartea con mi papá todos los días, en inglés, y son tan amigos, que siempre le está diciendo que vaya allá, y hace poco le mandó, dentro de una caja de clavos, un jamón ahumado que olía como a chamusquina, y un pastelón así, mirad, del tamaño del brasero de doña Calixta, que tenía dentro muchas pasas chiquirrininas, y picaba como la guindilla, pero rico, hijas, rico.
Díjome que no te mandó plantar en la calle porque le dijeron que eras sobrino mío.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba