Ejemplos con lloraron

Un lamentable accidente de tránsito, provocado por la alta velocidad en que se dirigía el futbolista en su vehículo, sumado al consumo de alcohol provocaron que el futbolista sufriera una muerte instantánea dejando un en la horfandad a un niño y a su esposa embarazada, muchos hinchas, incluso de otros equipos lloraron su muerte, y el traslado de sus restos al cementerio fue apoteósico, como homenaje la general sur del Estadio Monumental de Barcelona lleva su nombre.

Unos días más tarde, cuando la infausta noticia llegaba hasta Mérida, amigos y enemigos de Juan Rodríguez Suárez, lloraron su muerte por el buen recuerdo que guardaban de él los que habían servido a su lado.

Scarlett respiró aliviada porque estaba harta de la guerra, pero Melanie y los demás lloraron amargamente por la derrota de la causa rebelde del Sur, aunque todos comenzaron a esperar con ansía el regreso de Ashley del campo de prisioneros.

Los pobladores que se beneficiaron de su generosidad, lloraron su muerte.

Ibn al-Qalanisi dice que todos los ojos lloraron y todos los corazones se lamentaron por él, el tiempo no volvió a producir gente como él tras su marcha, y tras su pérdida el gobierno perdió su reputación.

La lloraron de tal modo que le hicieron decir a Hostos, el Apóstol Antillano, su ferviente admirador, estas palabras memorables: casi se puede haber soportado la vida, con tal de morir entre corazones tan amigos.

Sus hermanitos lloraron mostrando los puños impotentes a un automóvil en el que gritaba y se agitaba la maestrita sin poder librarse de sus raptores.

Al decir esto, la marmórea cara de doña María no se inmutó, pero Asunción y Presentación lloraron a moco y baba.

Asunción y Presentación lloraron con más fuerza al oírse nombrar por su madre.

Vióse Rodolfo a sí mismo en el espejo del rostro de su hijo, lloraron sus cuatro abuelos de gusto, no quedó rincon en toda la casa que no fuese visitado del júbilo, del contento y de la alegría, y aunque la noche volaba con sus lijeras y negras alas, le parecia a Rodolfo que iba y caminaba no con alas, sino con muletas: tan grande era el deseo de verse a solas con su querida esposa.

¡Oh desdichado Montesinos! ¡Oh mal ferido Durandarte! ¡Oh sin ventura Belerma! ¡Oh lloroso Guadiana, y vosotras sin dicha ijas de Ruidera, que mostráis en vuestras aguas las que lloraron vuestros hermosos ojos!.

Y los tres lloraron mucho en recuerdo suyo, y la pava dijo: ¡Era muy dulce, y modesta, y gentil! Y el corzo exclamó: ¡Verdad es! ¡Pero a última hora descuidaba sus deberes para con Alah, y olvidaba darle las gracias por sus beneficios! Entonces dijo el pavo real: ¡Oh hija de mi tío, y tú, corzo piadoso, oremos! Y los tres besaron la tierra entre las manos de Alah, y exclamaron:.

Los malvados lloraron aquella muerte con lágrimas fingidas, para alejar sospechas en la aldea donde nadie les quería.