Ejemplos con literarias

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todas estas actividades literarias vinieron a refrescar la literatura costarricense, dando paso a lo que algunos llaman Periodo de Vanguardia Literaria.
El hombre que tuvo una vida plena de satisfacciones, que tuvo la oportunidad justa para demostrar sus cualidades literarias al iniciar su carrera, que amó a su familia y la consejó como padre ejemplar, a esa gran familia que lo colmó de felicidad y que también le dio tristezas, ese gran hombre paraguayo,.
En su juventud fue nutriendo su memoria de experiencias literarias importantes que sirvieron de base a sus creaciones: grandes obras científicas e importantes novelas, como así también los clásicos españoles y las fantasías de Julio Verne, entre otros libros.
Colaboró con los periódicos La Información, Listín Diario, El Siglo y con numerosas revistas literarias venezolanas, peruanas, mexicanas y dominicanas.
Protagonista es un término utilizado para referirse a una o varias figuras literarias cuyas intenciones cumplen una función primaria dentro de la historia.
Ahora bien, la Facultad tuvo originalmente como uno de sus principales propósitos, formar maestros capacitados en las disciplinas Literarias, Filosóficas e Históricas con el fin de proveer adecuadamente las cátedras que requerían los centros educativos de nuestro Estado, además de la formación de sus propios cuadros, acogiendo así a las humanidades como un estudio metódico y sistemático, indispensable para el desarrollo y engrandecimiento no sólo de la propia Facultad sino de la Universidad y el Estado.
Sociedades literarias, organizaciones orientadas a estudiantes y amantes de las lenguas que fomentan la Literatura, a veces como una actividad extracurricular.
El gusto de la gramática sustituido al sentimiento más elevado de las bellezas literarias.
Ha adaptado obras literarias para este medio y es autor de algunas obras originales de teatro-radiofónico.
Merrill fue colaborador de algunas revistas literarias:.
Juan Carlos Vellido también ha publicado dos obras literarias: Escorzos y El hombre que vivía en una pecera, ambas publicadas por Editorial Martínez-Roca.
Inició su cine en los años cuarenta con tres películas pequeñas, sin que supusieran grandes éxitos, pero que los críticos destacan, de aquí pasó a una fase en la que realizó algunos melodramas de gran éxito y adaptó gran cantidad de obras literarias de clásicos autores españoles como Galdós, Lope de Vega, Fernández Flores, Jardiel Poncela y otros, también cultivó el cine histórico y religioso.
Canto, zarzuelas, conciertos, veladas musicales, literarias, se desarrollan desde el siglo pasado.
En el mismo año, comparte jornadas literarias en Guatemala, con el poeta Jorge Carrol.
Esta serie erótica es una antología de historias libertinas adaptadas de obras literarias desde el siglo XVIII a nuestros días.
Es cierto que Pereda no rehuye jamás la expresión valiente y pintoresca, por áspera y disonante que en un salón parezca, ni se asusta de la miseria material, ni teme penetrar en la taberna y palpar los andrajos y las llagas, pero basta abrir cualquiera de sus libros para convencerse de que corre por su alma una vena inagotable de pasión fresca, espontánea y humana, y que sabe y siente como pocos todo género de delicadezas morales y literarias, y que acierta a encontrar tesoros de poesía hasta en lo que parece más miserable y abyecto.
Para personificar una plaga social, buscó un tipo insignificante, un , egoísta, vulgar, sin ninguna cualidad dominante buena ni mala, que no es sabio ni tonto, ni hermoso ni feo, ni rico ni pobre, ni muy viejo ni muy joven, sin aficiones políticas ni literarias, un ser por excelencia prosaico, envuelto en las más ruines y mezquinas contradicciones de la vida.
Entre las inspiraciones constantes de Flaubertde quien se acostumbra a derivar directamente la más democratizada de las escuelas literarias, ninguna más intensa que el odio de la mediocridad envalentonada por la nivelación y de la tiranía irresponsable del número.
Tiene cada época sus luchas literarias, que a veces son batallas en toda la líneacomo la empeñada entre clasicismo y romanticismoy otras se concretan a un terreno parcial.
Tras los cesares grandes, fatales para España, venían los chicos: el fanático Felipe III, que daba el golpe de misericordia expulsando a los moriscos, Felipe IV, un degenerado con aficiones literarias, que escribía versos y cortejaba monjas, y el miserable Carlos II.
Mientras en la Europa bárbara de los francos, los anglonormandos y los germanos el pueblo vivía en chozas y los reyes y barones anidaban en castillos de rocas ennegrecidos por las hogueras, comidos por parásitos, vestidos de estameña y alimentados como los hombres prehistóricos, los árabes españoles levantaban sus fantásticos alcázares, y, como los refinados de la antigua Roma, reuníanse en los baños para conversar sobre cuestiones científicas o literarias.
Más lejos, a uno y otro lado de una gran panoplia llena de orín y descabalada, había dos hermosos grabados de Luis Felipe y la reina Amalia, con sendas dedicatorias, y entre otra porción de notabilidades regias, políticas y literarias, diseminadas por todas partes, un retrato en litografía de Martínez de la Rosa, en los tiempos en que le llamaban , con este campechano letrero: A.
Engomado, teñido, peinado y reluciente a fuerza de cosméticos, y bailando sobre las puntas de los pies, por no permitirle andar de otra manera el calzado estrechísimo, que le torturaba, sin disimularlos del todo, dos morrocotudos juanetes, entró con grande prisa en la terraza el tío Frasquito, tío universal de toda la Grandeza de España, y de aquellos sus adyacentes de nobles de segundo orden, ricachos de todos cuños, notabilidades políticas y literarias, capigorrones de oficio, aventureros atrevidos y personajes anónimos que forman el de la corte, el abigarrado del gran mundo madrileño.
Digo mal: también me queda este amor al campo y este culto a la Naturaleza de que dan testimonio mis pobres obras literarias, amor que profeso asímismo a cuantos viven en íntimo contacto con la Madre Tierra,—depositaria de las cenizas de mis padres, que en plazo no muy remoto lo será también de las mías.
Las reuniones literarias, tan de moda este año, vuelven a sus honestos recreos.
¡Qué viajes tan útiles y tan aprovechados haríamos juntos! ¡Cómo emplearía en el bien la influencia que mis cien millones me darían cerca del Gobierno! ¡Qué periódico tan independiente fundaría, que dijese la verdad al público! ¡Cuántas feas me deberían su dote, su casamiento y su felicidad! ¡Qué conciertos, qué comidas, qué reuniones literarias, qué concursos, qué torneos, qué de maravillas habría en mi casa!.
En el largo trayecto de la Cava al cementerio, que era uno de los del Sur, Segismundo contó al buen Ponce todo lo que sabía de la historia de Fortunata, que no era poco, sin omitir lo último, que era sin duda lo mejor, a lo que dijo el eximio sentenciador de obras literarias, que había allí elementos para un drama o novela, aunque a su parecer, el tejido artístico no resultaría vistoso sino introduciendo ciertas urdimbres de todo punto necesarias para que la vulgaridad de la vida pudiese convertirse en materia estética.
Pero después de aquella sacudida que el amor le dio, entrole tal gusto por las grandes creaciones literarias, que se embebecía leyéndolas.
Algunos de sus compañeros solían llevar al aula, para leer a escondidas, obras literarias de las más famosas.
Llamó al criado para que acompañara al desventurado corredor de obras literarias.

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