Ejemplos con librándome

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y si con lo dicho les basta para conocerme, no se hable más, y socórranme, librándome de que la Guardia civil nos fusile, o de que un juez de manga estrecha nos meta en el pudridero de una cárcel.
Al ser conmutada mi pena, me desterraron a Madrid, sin duda para tenerme el gobierno de entonces más al alcance de su vigilancia, y finalmente, el pueblo de Valencia me eligió diputado, librándome así de nuevas persecuciones gracias a la inmunidad parlamentaria.
Cerca de tres años de mortificaciones, de ejercicios, de penitencias, de vigilias, de rigores, de dormir en campo raso y comer berraza y jaramagos crudos, si han fortalecido mi espíritu, librándome de aquellas vaguedades voluptuosas que al principio ponían al borde del precipicio mi santidad, no me han librado de los continuos asaltos del ángel infernal, que un día y otro, señor, en el campo y bajo techo, en la dulce oscuridad de la alta y triste noche, lo mismo que a la luz deslumbradora del sol, me pone ante los ojos la imagen de la persona que adoré en el siglo.
librándome de la leva, y desde entonces quedé a su servicio.
Este negocio es exclusivamente mío, tan mío como si yo existiera solo en el mundo, nadie morirá por mí, nadie se pondrá en mi lugar en la otra vida privándome del bien o librándome del mal.
El rey, manifestándole su aprecio, dio orden a los médicos para que no omitiesen nada en su asistencia y remedio, pero curado por esta diligencia aquel valiente, ya no era arrojado ni pronto en los combates, tanto, que Antígono se lo echó en cara, admirándose de semejante mudanza, él no le negó la causa, diciéndole: “Tú ¡oh rey! eres quien me has hecho menos determinado librándome de aquellos males por los que menospreciaba la vida”.
Y si con lo dicho les basta para conocerme, no se hable más, y socórranme, librándome de que la Guardia civil nos fusile, o de que un juez de manga estrecha nos meta en el pudridero de una cárcel.
-¡Ea, guardias! gritó con una voz de trueno, y refiriéndose a los soldados con imperativo ademán, conducid a esa mujer a su prisión, redoblad la vigilancia de ese monstruo, y despachad presto, librándome de su odiosa presencia.
El viudo, más alegre que unas pascuas, decía aquella misma noche a sus amigos: «Dios me ha venido a ver, librándome de esa serpiente de cascabel».
¿No decidí pocos días antes escapar, por haberme marcado un camino el paso de don Segundo? Pues esa vez me iría detrás de la tropa, librándome de peligros lugareños con sólo mudar de pago.
Obligábame a pasar a Cádiz un día asunto de familia, y librándome a fuerza de voluntad del encanto con que en Sevilla me retenía la sociedad del duque, me embarqué con mis compañeros en un vapor que descendía el Guadalquivir.
deseo íntimo de que alguien me capturara y, librándome de Alicia, me.

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