Ejemplos con juzgues

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La idea es que lo analices y juzgues por ti mismo lo que pueda significar para ti.
No me juzgues peor de lo que soy.
Opinión larga hallarás en mis renglones, sabio y prudente señor, para que juzgues por ti mismo lo que aquí sucede.
Vaya, hija, pues ahora con la cabeza despejada, voy a decirte dos palabritas para que no me juzgues por peor de lo que soy.
-Cállate, no juzgues lo que no conoces todavía.
No me juzgues mal, yo quiero ser honrada.
Algunos maldicientes susurraban que el primo Guillermo Emilio combinaba el robo con la caza, y yo no diré que sí ni que no, porque bien claro lo dicen las Sagradas Escrituras: No juzgues si no quieres ser juzgado.
Permíteme que te adore con fervor religioso, y no juzgues que llego al templo del Amor sin ofrenda, quo estoy dispuesto a sacrificarte mi querido.
no me juzgues más pérfido que uno de los silbatos.
- No me juzgues peor de lo que soy.
Si ya entrado en la vía de tu conversión, si encaminada tu voluntad en un sentido nuevo, te encuentras alguna vez volviendo a lo antiguo y reparas en que uno de tus pensamientos o tus actos se atraviesa en el curso de aquel propósito, acude sin demora a rectificar ese pensamiento o ese acto, pero no desmayes aun cuando tal contrariedad se reproduzca, ni juzgues perdido el esfuerzo que hayas hecho por abandonar la manera de vida anterior.
-No juzgues temerariamente, mi caro amigo, te ruego que deseches tus recelos y temores, y.
Rompe tus cadenas mentales, le dice el anarquismo al hombre, porque, no va a ser hasta que tu pienses y juzgues por tí mismo, que saldrás del dominio de la obscuridad, el mayor obstáculo para todo progreso.
Opinión larga hallarás en mis renglones, sabio y prudente señor, para que juzgues por ti mismo lo que aquí sucede.
-No juzgues de lo que no conoces -dijo sordamente-.
A nadie confesaría esto, pero a ti sí, para que me juzgues como quieras.
Fíjate tú bien para que juzgues, porque, sin entender de estas cosas, tienes bastante buen sentido para apreciarlas.
Toda la doctrina del Tractado puede decirse que está compendiada en estas palabras del acto primero: «Has de saber, Pármeno, que Calisto anda de amor quexoso, e no le juzgues por esso por flaco, que el amor impervio todas las cosas vence, e sabe, si no sabes, que dos conclusiones son verdaderas.
¡No me juzgues mal!.
Pero no me juzgues, por esto, pesimista, sino canto, creo en el progreso, lo que niego es que hayamos llegado, así, en masa, como obra social, al altruismo sincero.
¡Reténle, pues, en tanto que voy yo a tantear el ánimo del califa! Y contestó el eunuco Sándalo: ¡Oh mi señor, haré lo que juzgues oportuno! ¡Y Alah te conserve y te guarde por siempre como sostén, pilar y piedra angular del imperio y de la dinastía del Emir de los Creyentes! ¡Y caiga sobre ti y sobre ella la sombra protectora del Altísimo! ¡Y ojalá la rama, el tronco y la raíz permanezcan intactos durante siglos!.
-Quizá depende ello exclusivamente de como tú pienses y juzgues.
Estas palabras tuvieron el don de convencer a Abdalmalek, que dijo a 'Taleb en el instante: ¿Y quién mejor que tú ¡oh Taleb! será capaz de ir con celeridad al país del Moghreb, con el fin de llevar esa carta a mi lugarteniente el emir Muza? Te otorgo plenos poderes para que tomes de mi tesoro lo que juzgues necesario para gastos de viaje, y para que lleves cuantos hombres te hagan falta en calidad de escolta.
Vende tus cuartillas, y cuenta tus monedas, mas no juzgues que lo que creaste cesa de ser tuyo, ni que ese dinero pasó a serlo.
E pues este es su más cierto vso e costumbre, no juzgues la bondad e hermosura de Melibea por esso ser la que afirmas.
E no lo juzgues por eso por flaco, que el amor imperuio todas las cosas vence.
::¡Oh juez! ¡Nunca juzgues con dureza, y encontrarás misericordia cuando te toque el turno fatal!.
No te pido que, en virtud de estas declaraciones, me abras las puertas de tu casa y vuelvan las cosas al estado en que se hallaban hace un año: pero te suplico, de rodillas si es necesario, por el amor que inunda mi alma, por el que aún late en tu pecho, que me oigas una vez siquiera con oídos humanos, que me juzgues con la razón fría y desapasionada.
No te juzgues incompleto porque no responden a tus ternuras:.
Hay que tener más valor y decir que sólo es mi cuerpo lo que entierras y entiérralo como te plazca y de la manera que juzgues más conforme con las leyes.

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