Ejemplos con juzgaremos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y consiste todo en que los críticos madrileños y yo juzgaremos siempre a Pereda desde puntos de vista muy distintos.
-Tomad, pues, el timón -dijo el patrón-, y juzgaremos de vuestros conocimientos.
Imaginémonos que el lance desagradable no ha pasado con nosotros, sino con una persona que nos sea indiferente, aun cuando las circunstancias sean las mismas, aun cuando las relaciones entre el amigo ofensor y la persona ofendida sean tan afectuosas y estrechas como las que mediaban entre él y nosotros, ¿sacaremos del hecho las mismas consecuencias? Es seguro que no, conoceremos que ha obrado mal, se lo diremos quizá con libertad y entereza, habremos tal vez descubierto una mala cualidad de su índole que se nos había ocultado, pero no dejaremos por esto de reconocer las demás prendas que le adornan, no le juzgaremos indigno de nuestro aprecio, proseguiremos ligados con él con los mismos vínculos de amistad.
Timoleón, de resultas de lo sucedido con el hermano, bien fuese de pesar por su muerte, o bien de rubor a causa de la madre, quedó tan quebrantado y decaído de ánimo, que en unos veinte años no tomó parte en negocio ninguno público o de alguna consecuencia, mas llegado el caso de ser propuesto y de recibirlo bien el pueblo e interponer su autoridad, Teleclides, que entonces sobresalía en la ciudad, en poder y nombradía, se levantó en la junta y exhortó a Timoleón a mostrarse varón recto y generoso en sus acciones, “porque si te conduces bien- dijo-, juzgaremos que fue a un tirano a quien concurriste a dar la muerte, pero si te conduces mal, a tu hermano”.
Éforo dice que, habiendo intentado sobornar a la Pitia, y después ganar, por medio de Ferecles, a las Dodónidas, como hubiese salido mal en una y otra tentativa, partió al templo de Amón y quiso también corromper con grandes dádivas a aquellos ciudadanos, los cuales, ofendidos de ello, enviaron a Esparta algunos que le acusasen, y que, como fuese absuelto, dijeron los Africanos al tiempo de retirarse a su país: “Mejor juzgaremos nosotros ¡oh Espartanos! cuando vengáis a habitar entre nosotros en el África”, porque se suponía haber un oráculo antiguo sobre que habían de trasladar su residencia al África los Lacedemonios.
¿Continuaremos cantando las excelencias del número, de la suprema ciencia y de la suprema razón de los más? ¿Juzgaremos aún poco menos que temerario poner en duda los derechos limitados o ilimitados de la mayoría?.

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