Ejemplos con juguemos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Comienzan, además, los primeros juegos simbólicos del tipo juguemos a que.
Promovió a cantantes y festivales como OTI, Valores Juveniles, Juguemos a Cantar, el Acapulco y el Ranchero, entre otros.
Su carrera comenzó cuando ganó el festival Juguemos a Cantar, donde obtuvo el segundo lugar con la canción Mi grupo toca Rock, lanzada más tarde por Orfeón Records.
Son instantes en que el pasado o el presente se hace insostenible, en los que aquellos que nos rodean pueden ser amigos incondicionales o enemigos absolutos y en los que decidimos jugarnos el todo por el todo sin importar que con ello profundicemos en el error, arrasemos con los demás o nos juguemos la vida.
Pues todo es para ti, para que juegues, para que juguemos los dos y nos divirtamos mucho.
Me va usted a llamar sinvergüenza, pero, en fin juguemos a cartas vistas y cada cual atienda a su juego.
¿Quiere usted que la juguemos a cara o sello?.
Sin embargo, eso no quiere decir que no juguemos, por lo contrario, también se hace necesaria la distracción, pero sin tomarse a pecho esos heroísmos inútiles que sólo nos comparan al animal triunfador en un combate por dominar la manada de bestias.
- Juguemos a los desatinos.
, no juguemos con armas peligrosas.
Conque así, no juguemos a la pizpirigaña, ni andemos por caballetes de tejado, no sea que la candela se hiele en la chimenea y resulte peor lo roto que lo descosido Déjese querer, maestro, que no todo ha de ser lo que tase un sastre, y véngase conmigo en haz y en paz a lo de sus señorías los alcaldes.
Entonces le dijo ella: ¡Juguemos todo tu oro contra todo el mío! Aceptó él, y perdió.
¡Juguemos una apuesta más fuerte! ¡A mil dinares la partida! Pero Anís, a pesar de la suma empeñada, no se condujo mejor, y perdió la partida.
Pues todo es para ti, para que juegues, para que juguemos los dos y nos divirtamos mucho.
-¡Adiós! ¡Ponte buena, que juguemos mucho!.
-¿Quién resiste a tantas ponderaciones? Iré, pero todavía es muy temprano: juguemos un poco y después saldremos.
-No, hombre -respondió el boticario-, es muy temprano: juguemos un poco y después veremos, aunque yo estoy con un dolorcito a la espalda que no me hace mucha gracia: debería acostarme temprano.
mírelas usted bien y juguemos limpio.
-¡Vaya usted a los mismísimos diablos! ¡Generala! ¡Condesa! ¡Llame usted a su hija y dígale que no me queme la sangre! En fin, ¡mejor es que no juguemos al tute! Conozco que no puedo con usted.

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