Ejemplos con jubilosa

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En el caso de Esther Granados hizo del canto una celebración jubilosa y su tono, a diferencia de Jesús Vásquez, era jaranista.
Lo testimonia esta multitud inmensa, y pacífica, jubilosa y esperanzada.
A continuación se produce la jubilosa llegada del Duque Don Alfonso a Ferrara el cual tras conocer la situación ordena inmediatamente la puesta en libertad del poeta.
La poesía de Valentín Arteaga es muy elaborada formalmente, con abundante imaginería espiritual, transmite una jubilosa exaltación.
No hay que decir que cuando entraron en el puerto los que se llamaban vencedores se repitieron las inevitables alharacas y la greguería jubilosa.
Éste se escapaba de la realidad, lanzándose con avidez jubilosa a navegar por el insondable océano ultraterreno.
, fué grandísima, al par que noble y jubilosa, con muy escasas excepciones.
Y el ensueño del reparto era una secreta alegría más, en la jubilosa y fresca luminosidad de la mañana.
Tras de lo cual hice mis abluciones, y con el alma jubilosa y el pecho dilatado por encontrarme al fin en la ilustre Bagdad, cima de mis deseos y envidia de todas las ciudades, me vestí con mis vestiduras más hermosas y salí para pasearme a la ventura por las calles más frecuentadas.
-pronunció en alto, con jubilosa entonación.
-Ábrese de repente la puerta, aparece el italiano, y la dama lanza un grito de jubilosa.
Por el contrario, si el hombre bajo un cielo azul y sereno se arroja con jubilosa audacia y.
¡Cuán magnífico espectáculo, cuán jubilosa voluptad puede el espíritu.
deseo vivísimo de gozar también de la embriaguez jubilosa de la danza y de la música.
Con sorprendente agilidad, dado su tamaño, trepó por la escalerilla y se escurrió en el desván, un instante después, oímos su voz jubilosa, anunciando que había encontrado la trampilla.
-Ya estoy lista- exclamó jubilosa la chiquilla mientras que con un peine se acomodaba el cabello.
El reflejo de la lumbre le atrajo y sonrió, entre sus lágrimas, a la llama jubilosa, divertida, movible.
No es de extrañar que don Cipriano saliese hacia Proenza de humor perruno, al paso que su hija Ermitas iba jubilosa, a lomos de su pollina gris enjamugada de terciopelo granate y con frontelera de lucios cascabeles.

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