Ejemplos con jornalera

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pronto Ángelo toma el control de la casa asesinando a Griselda y despidiendo a la jornalera que hacía el trabajo doméstico, quedándose Klaus y su hija Rena a su merced.
El municipio de Marinaleda tiene una larga tradición de lucha jornalera, lo que ha influido decisivamente en la consecución de diversos avances políticos y sociales.
Casi todas las tierras han sido adaptadas a los nuevos productos, mucho más rentables, y eso ha repercutido en la mejora de la situación general de la población agrícola y jornalera.
A un lado, frente al río, grandes edificios y aceras con arcadas, bajo las cuales hormigueaba la muchedumbre jornalera.
Los de la administraciónpor exceso de celo y por antipatía instintiva hacia la masa jornalera, que vivía sin acordarse de la religión, hablando a todas horas de sus derechos,inventaban a cada paso nuevas reglamentaciones para cercenar algunos céntimos de los jornales o aumentar el trabajo en unos cuantos minutos.
Eran unas señoras de las que viven con verdadero lujo, sin apelar a costureras ni a adornos caseros, tenían carruaje en fin, esto subrayado por una expresión entre admirativa y respetuosa, y no era justo ni legal que ella, una pobre jornalera, aspirase a tanto.
Suscitáronse en la ausencia de Solón nuevos alborotos, estando al frente de los de la tierra llana Licurgo, de los litorales, Megacles de Alcmeón, y Pisístrato, de los de las montañas, en cuya facción se comprendía la turba jornalera, que era la más desafecta a los ricos: de manera que todavía regían en la ciudad las mismas leyes, pero se esperaban novedades en los negocios y se deseaba por todos nuevo trastorno, aguardando, no ya una igualdad, sino salir cada uno mejor librado en la mudanza, y dominar a los de los otros partidos.
Mas Pericles persuadía al pueblo que de aquellos caudales ninguna cuenta tenían que dar a los aliados, pues los Atenienses combatían en su favor y rechazaban a los bárbaros, sin que aquellos pusiesen ni un caballo, ni una nave, ni un soldado, sino solamente aquel dinero, que ya no era de los que lo daban, sino de los que lo recibían, una vez que cumplían con aquello por que se les entregaba, y puesto que la ciudad proveía abundantemente de lo necesario para la guerra, era muy justo que su opulencia se emplease en tales obras, que, después de hechas, le adquirieran una gloria eterna, y que dieran de comer a todos mientras se hacían, proporcionando toda especie de trabajo y una infinidad de ocupaciones, las cuales, despertando todas las artes, y poniendo en movimiento todas las manos, asalariaran, digámoslo así, toda la ciudad, que a un mismo tiempo se embellecería y se mantendría a sí misma, Porque los de buena edad y robustos tomaban en los ejércitos del público erario lo que para pasarlo bien habían menester, y, respecto de la demás muchedumbre ruda y jornalera, no queriendo que dejase de participar de aquellos fondos, ni que los percibiese descansada y ociosa, introdujo con ardor en el pueblo gran diferencia de trabajos y obras, que hubiesen de emplear muchas artes y consumir mucho tiempo, para que no menos que los que navegaban, o militaban, o estaban en guarnición, tuvieran motivo los que quedaban en casa de participar y recibir auxilio de los caudales públicos.
Congregado el pueblo, ya desde luego hubo la novedad de que se obtuvo a la fuerza por los tribunos que la votación se hiciese, no por curias, sino por tribus, consiguiendo con esto que sobre los hombres acomodados, conocidos y compañeros de Marcio en el ejército, prevaleciera en sufragios una muchedumbre pobre, jornalera y poco cuidadosa del decoro.
Cuéntase uno de ellos en esta forma: había un Tito Latino, hombre poco conocido, no de la clase jornalera, sino medianamente acomodado, libre de toda superstición y más todavía de ostentación y jactancia.
Muerto Léntulo y sus secuaces, como César se acogiese al pueblo con motivo de la delación y acusación producida contra él en el Senado, y conmoviese y atrajese a sí todo lo viciado y corrompido de la república, concibió temor Catón, y propuso al Senado que ganara a la muchedumbre indigente y jornalera con una distribución de granos que vendría a tenerle de costa al año mil doscientos y cincuenta talentos.
Al atravesar el recinto minero, alumbrado por la luz violeta de la aurora, fue la curiosidad del nuevo cortador atraída por el espectáculo de la colmena jornalera, que zumbando y arremolinándose a la entrada del coto, la salvaba en montón para dividirse después en grupos que tomaban direcciones varias, según el lugar y faena a ellos correspondientes.
¡Ya ves tú si sería bueno! Aquel hombre se tropezó en la calle con una mujer, una jornalera como él, se enamoraron y se fueron a vivir juntos a una casa honrá, de esas donde, como antes decías tú, se vive tan ricamente y tan en paz.
Y al oírme decir pueblo ¡oh Casiana mía! no entiendas que hablo de la muchedumbre jornalera de chaqueta y alpargata, que esos, mal o bien, viven del trabajo de sus manos.

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