Ejemplos con intitulándola

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De lo mucho que de Timón podría decirse, nos ha parecido escoger esto poco. En cuanto a Antonio, llegó el mismo Canidio a ser portador de la noticia de haberse perdido el ejército de Accio, por otras partes supo que Herodes, rey de Judea, que tenía algunas legiones y cohortes, se había pasado a César y que todos los demás potentados le habían abandonado igualmente, sin que le hubiese quedado nada fuera del Egipto. Mas no por esto se mostró alterado, sino que aun pareció que se alegraba de deponer la esperanza, para deponer también el cuidado. Dejó asimismo aquella habitación marítima, a que había dado el nombre de Timoneo, y arrastrado por Cleopatra al palacio, hizo renacer en la ciudad el gusto a los banquetes, el beber y a la distribución de donativos, con motivo de empadronar entre los mozos al hijo de Cleopatra y César y de vestir la toga viril a su hijo Antilo, tenido en Fulvia, pues con esta ocasión estuvo Alejandría entregada por muchos días a los festines, francachelas y fiestas. Habían ya disuelto aquella confraternidad que llamaban de la inimitable vida, e instituyeron otra que no cedía a ésta en el lujo, en el regalo y en la suntuosidad, intitulándola la de los que mueren juntos, porque se suscribían los amigos para morir a un tiempo y lo pasaban alegremente en banquetes que se daban por turno. Cleopatra juntó diferentes suertes de venenos mortales, y para probar el grado de dolor con que cada uno ocasionaba la muerte los hizo propinar a los presos de causas capitales, mas habiendo visto que los que eran prontos causaban la muerte acompañados de dolores, y que los más benignos obraban con lentitud, quiso hacer experiencia de los animales ponzoñosos, viendo ella por sí misma cuándo se picaban unos a otros, lo que ejecutaba todos los días. Encontró, pues, que entre todos sólo la picadura del áspid producía sin convulsiones ni sollozos un sopor dulce y una especie de desmayo, en virtud del que, con un blando sudor del rostro y amortiguamiento de los sentidos, perdían poco a poco la vida los que habían sido picados, sin que fuera fácil despertarlos y hacerles volver en sí, a manera de los que tienen un sueño profundo.

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