Ejemplos con insistió

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Muchas gracias, tío Ventolera! Este insistió con su vocecita, que llegaba a través del aire como el vagido lejano de una criatura.
¡Bah! Cuatro piedras viejas, que se caían cansadas de existir, un monte inculto, que sólo tendría algún valor trabajado por el payés Pero éste insistió.
La vieja servidora insistió en su desprecio al labriego cultivador de , predio que constituía la última fortuna de la casa.
La Piernavieja insistió en balde.
Su odio era una cobardía, pero insistió en él, como si en su interior se hubiese despertado otra alma, una segunda personalidad que le causaba espanto.
Julio insistió en sus sospechas: Decididamente, este Tchernoff está borracho.
Y tanto insistió en sus cartas, que los Desnoyers hicieron el viaje.
Pero Julio insistió, adivinando en su firme negativa el agrietamiento de una primera vacilación.
Durante cuatro días insistió en sus pesquisas, sin resultado alguno.
No aún si usted almorzase aquí, me animaría tal vez, insistió ella con tenacidad de niña voluntariosa.
El comisionista insistió en su remordimiento.
Y con impulsiva exageración, insistió en proclamar la grandeza alemana y su espíritu inventivo, como si le correspondiese una parte de esta gloria mecánica y destructora.
Kaledine, tal vez por vivir en Nápoles, insistió con predilección en la parte mediterránea comprendida entre la Cerdeña, la Italia del Sur y la Sicilia, o sea lo que los antiguos habían llamado el mar Tirreno ¿Conocía el capitán Ferragut las islas poco frecuentadas y casi perdidas enfrente de Sicilia?.
La piadosa señora lamentaba cristianamente la desaparición de su cuñado, dedicándole una parte de sus rezos, pero insistió con cierta crueldad en el relato de su triste fin.
¿Qué generosidad era aquella? El alemán insistió en su negativa.
Quiero verle , insistió el viejo.
Don Acisclo insistió en sacar el título, pero la niña se opuso cada vez con más ahínco.
Doña Luz insistió en irse a su casa, pero D.
Como no me viese a su gusto, insistió impaciente:.
¡Dios mío! ¡qué gente aquélla! ¿Y era su hermana la joven que permanecía tranquila ante suposiciones ofensivas para su dignidad? Insistió, cada vez más escandalizado, pero Conchita cortó rudamente sus recriminaciones:.
No insistió la anciana, sospechó, tal vez, que motivos muy justos me obligaban a no visitar a mi amigo, y se limitó a decirme:.
Era preciso moralizar la administración provincial, desterrar abusos, sobre todo, en el destierro de los abusos insistió mucho.
Insistió en dar el dinero, insistió más la otra en dejarlo en manos que tan bien lo sabían aumentar, y así quedó el asunto.
Maximiliano insistió en que había sido una gran falta pedir amparo al mismo Juanito Santa Cruz, a aquel infame, cuando volvió ella a Madrid y le cayó su niño enfermo.
Maximiliano no insistió en emplear vocablos muy expresivos.
Don Eugenio, como si no entendiese, insistió, repitiendo cuanto acaba de oír en la cartería de Cebre, donde se bordaban con escandalosos comentarios las noticias dadas por Trampeta al gobernador de la provincia.
Atropellándose al hablar, de pura rabia y despecho, insistió en que nadie imaginaría que el marqués de Ulloa, un señorito que sólo pensaba en cazar, se echase a político, que, a pesar de la gran influencia de la casa y de ejercer su nombre bastante prestigio entre los paisanos, la aristocracia montañesa y los curas, la tentativa importaría un comino si no la hubiese tomado de su cuenta Barbacana y no le ayudase un poderoso cacique subalterno, que antes fluctuaba entre el partido de Barbacana y el de Trampeta, pero en esta ocasión se había decidido, y era el mismo mayordomo de los Pazos, hombre resuelto y sutil como un zorro, que disponía de numerosos votos seguros, pues muchísima gente le debía cuartos que tenía esquilmada la casa de Ulloa a cuyas expensas se enriquecía con disimulo y que este solemne bribón, al arrimo del gran encausador Barbacana, se alzaría con el distrito, si no se llevaba el asunto a rajatabla y sin contemplaciones.
Al cabo, tanto insistió don Eugenio, que hubo de prometer, aplazando para el último día.
No insistió el tío, pensando para su chaleco: Ya Julián me lo contará.

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