Ejemplos con infanzona

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El Casal de Arasanz, otra vivienda con estructuras defensivas perteneciente igualmente a otra familia infanzona del siglo XVI.
Pertenecía a una familia infanzona de la localidad, desempeñó cargos políticos a lo largo de su vida que le hicieron merecedor del aprecio de sus vecinos.
Mí hermano no era tu padre, que se te quite eso de la cabeza, mi hermano no era nada tuyo, no tienes sangre infanzona, eres hija de padres desconocidos .
No se conocía en todo el contorno, ni acaso en toda la provincia, casa infanzona más linajuda ni más vieja, y a cuyo nombre añadiesen los labriegos con acento más respetuoso el calificativo de , , reservado a las moradas hidalgas.
No trabajó las tierras con sus manos, pero pagó el trabajo de otros para vivir él de sus productos, y en su casa y en las accesorias de ella, donde siempre había reinado el silencio enervante de la holganza y de los grandes fastidios de la vanidad infanzona, comenzaron a oírse y a respirarse los ruidos de la actividad campesina, el cencerro del ganado y la fragancia vivificante y regeneradora de los frutos sazonados de la tierra.
Osmunda estaba entusiasmada con don Gonzalo, porque don Gonzalo en su primera visita le había dejado, con su retrato, una tarjeta azul celeste con letras de color de fuego, tintas en las cuales había leído la infanzona: «celos y amor vehemente».
Ni siquiera visitaba a Osmunda, o lo hacía muy de tarde en tarde, motivo por el cual hasta la infanzona había puesto freno a su lengua y hecho un alto en su fiebre difamadora.
No la tomaría por esposa, pero explotaría en beneficio de sus intentos aquella fervorosa adhesión con que le distinguía y abrumaba la infanzona.
La infanzona echó fuego por los ojos, y tembló de placer sobre la silla.
-Voy a darte una noticia -le dijo la infanzona, que ya le tuteaba- El domingo se proclama Magdalena.
-Este hombre -dijo la infanzona al quedarse sola, es un animal, pero tiene dinero, y ha de ser pronto mi marido, o acabará Coteruco hecho pavesas.
Sintió la infanzona gran pesadumbre al considerar que volvía a verse sola en la inmensidad de aquel triste calabozo, pero nada dijo a su hermano, cuya prosperidad no la pesaba, límite máximo de sus más entrañables sentimientos.
En el amor de la infanzona hallaría él la fuerza que necesitaba y los consuelos de que carecía.
-¡Ingrato! -dijo la infanzona en cuanto le tuvo junto a sí.
La marquesa, que, antes de serlo por su casamiento, no pasaba de ser una infanzona tronada con amagos de hambrienta, no era mucho más joven que su marido, y como él se conservaba, aunque con el auxilio de ciertas mistificaciones, rechoncha y bien parecida.
Pero a pesar de la ruindad del suelo, la procesión marchaba con orden perfecto, sin que fuera estorbo la mucha gente que había en ella: hombres y mujeres de la villa, del campo y de la mar, creyentes los unos, tocados de la mácula del siglo los otros, astutos aldeanos, honrados y sencillos marineros, toda la grey díscola y ladina de aquellas verdes montañas, todos los ejemplares de vanidad infanzona, de gárrula presunción, de socarrona travesura, de solapada codicia, de graciosa sencillez, de castellana hidalguía y de ruda generosidad trasladados por Pereda con arte maravilloso al museo de sus célebres libros montañeses.
Apenas hay aldea en la Montaña que no tenga su ''Casa'' correspondiente, casa infanzona y de prosapia, no siempre rica, pero muy a menudo tan rica como empingorotada.

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