Ejemplos con incrédula

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando se le declara, ella se muestra incrédula a causa de la desigualdad social entre ellas.
Jerry sorprendido lanza golpes para defenderze, haceindo que el huevo se escurra y Tom sale de su escondite con una cara incrédula.
Contemplándolo incrédula, Mai se da cuenta de que Sadako tiene más poder del que se pensaban y cada vez se hace más fuerte.
Ésta le pregunta incrédula ¿cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos ante lo que el escorpión se disculpa no he tenido elección, es mi naturaleza.
La Fuerza Desencadenada, pero fue distribuido en España como El Poder de la Fuerza, lo cual es una traducción bastante irreal e incrédula debido a la trama del videojuego.
Incrédula de la versión de suicidio Helen Bessolo, madre de Reeves, empleó al abogado Jerry Geisler, así como la Agencia de detectives Nick Harris.
¿Por mi dicha? interrogó incrédula Carmen.
La niña, incrédula, pero fascinada, sonreía.
Esta suposición absurda que Ulises formuló mentalmente, con incrédula y triste sonrisa, se repitió al mismo tiempo en el pensamiento simple de muchas gentes de la Marina.
Ojeda acogió con incrédula sonrisa las consideraciones de su amigo acerca de la superioridad de una raza sobre otra por la finura de las extremidades.
-¿Y quién le dice a usted, incrédula, que la de la Paloma, de quien soy yo también muy devoto, no le inspiró la idea de venir a dar conmigo y contarme su conflicto?.
Las damas del batallón de Santa Bárbara no se daban punto de reposo, anhelando probar con sus incansables idas y venidas que eran el alma de la defensa, los chicos gritaban mucho, creyendo que de este modo se parecían a los hombres, y los viejos, muy viejos, que fueran eliminados de la defensa por el gobernador, movían la cabeza con incrédula y desdeñosa expresión, dando a entender que nada podría hacerse sin ellos.
Pero Jacinta era muy incrédula en este particular, y miraba tristemente a la pareja cuando pasaba.
¿Pero de veras nos mandará el talón? preguntó Jacinta, incrédula.
Diciendo esto, los labios de Mariquilla se contrajeron con una sonrisa entre incrédula y desdeñosa.
Mostrábase mi amiga incrédula de las cosas sobrenaturales que su tía le contaba.
¿Pues cómo puede haber hombre que se muera de repente en el mundo, si siempre lo andan avisando tantas cosas? No os habéis de llamar, no, gente que murió de repente, sino gente que murió incrédula de que podía morir así, sabiendo con cuán secretos pies entra la muerte en la mayor mocedad, y que en una misma hora en dar bien y mal suele ser madre y madrastra.
El Bellotero miró al desconocido con expresión incrédula, aquello de la fábrica de tapones habíale sonado a quea, y rascándose sin necesidad la cabeza, exclamó con acento lleno de ironía:.
Antes que la moderna civilización en forma de locomotora asomara las narices a la puerta de esta capital, cuando el alípedo genio de la plaza, acostumbrado a vivir, como la péndola de un reloj, entre dos puntos fijos, perdía el tino sacándole de una carreta de bueyes o de la bodega de un buque mercante, cuando su enlace con las artes y la industria le parecía una utopía, y un sueño el poder que algunos le atribuían de llevar la vida, el movimiento y la riqueza a un páramo desierto y miserable, cuando, desconociendo los tesoros que germinaban bajo su estéril caduceo, los cotizaba con dinero encima, sin reparar que sutiles zahoríes los atisbaban desde extrañas naciones, y que más tarde los habían de explotar con tan pingüe resultado, que con sus residuos había de enriquecerse él, cuando miraba con incrédula sonrisa arrojar pedruscos al fondo de la bahía, cuando, en fin, la aglomeración de estos pedruscos aún no había llegado a la superficie, ni él advertido que se trataba de improvisar un pueblo grande, bello y rico, el Muelle de las Naos, o como decía y sigue diciendo el vulgo, el ''Muelle Anaos'', era una región de la que se hablaba en el centro de Santander como de Fernando Póo o del Cabo de Hornos.
-¿Y eso se puée creer con los ojitos cerraos? -preguntó, mirando con incrédula expresión, el señor Curro el Tulipa.
-¡Eso no se sabe! -exclamó el tabernero con acento irónico e incrédula expresión.
Cosa inverosímil en verdad era que él pusiese su planta en aquellos lugares, y así, cuando el fámulo le rogó que esperase en la desnuda y pobre sala destinada a locutorio, tuvo tiempo de echar sobre esta y sobre sí mismo incrédula mirada, sacando en consecuencia que una de las dos cosas, o él o la sala, eran pura ilusión de la fantasía.
- ¿Allí? -sorprendida, como incrédula, exclamó la anciana.
-Don Ramiro lo veía con mirada incrédula, Don José meditaba, Doña Pilar miraba hacia el piso.
-¡Eso no puée ser, hombre! -exclamó con expresión incrédula el Butibamba.
-Desearía yo verlo, -añadió Momo con incrédula sonrisa.
-¡Revelación divina! -exclamaron a la vez Elvira y Plácida con incrédula sonrisa.
Y como ella, ante las alpargatas rotas, el pantalón con flecos y la chaquetilla mugrienta, pareciese incrédula, arrancose la gorra que cubría las revueltas greñas, y mostró triunfalmente una larga coleta.
Incrédula, la joven miraba al que había sido su novio, al que por fin iba a ser su.

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