Ejemplos con incrédulo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El analizado no refiere acordarse de haber sido desafiante e incrédulo frente a la autoridad de los padres, en cambio, se coporta de esa manera frente al médico.
Gutsman está estancado en el estereotipo de Entre más grande más fuerte y por lo tanto, reaccionó incrédulo al constatar que Megaman podía vencerlo.
Fiel a sus principios de toda una vida, se mantuvo incrédulo hasta la hora final, rodeado de sus amigos y su familia.
Todavía Tulio se mostraba incrédulo por la existencia del ente hasta que éste aparece, y cuenta que las almas de varios fantasmas vagan sobre el mundo, supuestamente porque tienen asuntos pendientes por cumplir, hasta que todos descubren que Eusebio Manguera es quién les juega una broma a sus empleados, ya después todos descubren que el famoso nochero es el alma del maravilloso Scanabini, quien les cuenta a Tulio y demás que su muerte ocurrió años atrás, cuando el estudio del canal era el set de emisiones del Show del Tío Horacio, y éste lo tira de una torre de bicicletas donde estaba tocando una canción con el metalófono provocándole la muerte, y esto por quererse salir con la suya.
¡Sí tenía cualidades el monstruo! frío en la represión, constante en el rencor y el odio, tozudo en sus decisiones negativas, incrédulo ante la amenaza del desprestigio, violento en el castigo y la venganza, igual que su medio y su época, desconfiado ante la luz ajena, egocentrista, absoluto, desdeñoso de la cultura en su más amplio sentido, escaso en su información sociológica, audaz en sus pretensiones de creador, de ideas explosivas altanero en su papel de jefe, así era Tomás Garrido Canabal.
El chico, llamado Honda Takara, se muestra totalmente ofendido e incrédulo frente a sus acusaciones y Hikaru se avergüenza al notar que el chico, aunque idéntico en apariencia al príncipe pervertido, tene un carácter y maneras distintos.
El naturalismo típico de Caravaggio se hace presente aquí, al mostrar al santo como un incrédulo.
Incrédulo el rey ofrece su mano a los presentes pero nadie quiere estrecharla.
Él se muestra incrédulo pero ve cómo un empleado del restaurante es succionado por la tubería del lavaplatos por la Mancha.
Andrews determinó que nada se podía ya hacer y que el Titanic se hundiría literalmente en, a lo mucho, dos horas, diciendo que se iría al fondo del Océano y se lo comunicó al incrédulo capitán Edward John Smith.
En Londres, Howell mira, incrédulo, cómo la ola impacta la ciudad de Nueva York.
Y entró en los detalles de instalación, mientras Pep sonreía con aire incrédulo.
Si no un incrédulo, cuando menos era un tibio.
¿Qué era aquel hombre que ante mí estaba, deglutiendo y raciocinando al propio tiempo, masticando y discurriendo, con tanta frialdad, escrúpulo y elegancia, vestido como un hombre de sociedad, sin una insinuación sensible del estado eclesiástico a que pertenecía, y que, de vez en vez, según hablaba, se asía con la mirada al retrato de una mujer a quien él mismo había empujado a la anónima sima prostibularia? ¿Qué era aquel hombre? ¿Un hedonista? ¿Un incrédulo? ¿Un hipócrita y un sofista, para consigo mismo y los demás? ¿Un desengañado? ¿Un atormentado? Lo que menos me interesaba era la explicación que me había ofrecido.
Casi se irritó contra el incrédulo Argensola, que seguía mirando al profesor insolentemente y repetía con los ojos: Está loco: loco de orgullo.
Lo que el Padre Urtazu llamaría un incrédulo.
Y el obrero de las ciudades, incrédulo y burlón, el labriego egoísta, el pastor solitario, todos se mueven al conjuro de esta palabra, comprendiéndola instantáneamente, sin previas enseñanzas.
Maltrana, malicioso e incrédulo, pensaba que la hermosa viajera comercial no debía llevar con ella otras muestras que los propios sombreros, un poco fatigados.
¿Acaso las faltas del marido, por extremadas que sean, autorizan a la esposa desgraciada a buscar la felicidad con otros hombres? Si piensa usted en que el sentimiento de este deber existía en ella reforzado por el empeño de demostrar a ese incrédulo el poder de los escrúpulos escarnecidos por él, reconocerá que la muerte debía presentársele de nuevo y fatalmente como el término de su desventura.
¿Es que la has visto y la has hablado? ¿Es que está en Toledo? ¿La has traído acaso, con tu audacia de incrédulo, a la misma catedral?.
Las sienes coronadas de espinas están sobriamente ensangrentadas, el tórax, vientre y piernas de impecable forma, crean una vertical que expresa serenidad absoluta, la tirantez del peso no desgarra las palmas taladradas por los clavos, los pies al caminar no se han manchado en las losas de Jerusalén ni en los pedregales del Calvario, ni los clavos han podido desbaratar su delicada estructura, el tormento no ha desfigurado un músculo, el dolor no ha alterado una línea, aquel cuerpo, por donde resbalan unas cuantas gotas de sangre, esmaltándolo con sutiles hilos de púrpura, sería verdaderamente apolino con pagana hermosura si la cabeza aureolada de vago resplandor celeste, caída como flor tronchada, no diese idea del sacrificio sobrehumano y misterioso: el martirio ha profanado la belleza sin poder afearla, y cubriendo la mitad del rostro cae un ancho mechón de la melena que ensombrece la faz cual si el artista esquivara por imposible representar el último suspiro de una agonía en que quien es inmortal muriendo dignifica la muerte: ante esta imagen el creyente se humilla y el incrédulo se apiada, es triunfo soberano del arte donde se confunden en emoción intensa la poesía de la fe y el culto a la belleza.
Si esto pensaba el adversario y el incrédulo, ¿qué no pensarían los creyentes, los que profesaban las mismas ideas, aquellos en cuyo favor el P.
Quedoles el convencimiento de que en el mundo había algo que les era común y propio por igual, algo que todo lo perturba y equipara: el Dolor, deidad suprema que puede sembrar la duda en el espíritu del creyente y hacer que brote la esperanza en el pensamiento del incrédulo, pero alejado el peligro renació en su corazón la intransigencia, y ni Luciano atribuyó poder a su oración, ni Marcelo creyó en la eficacia del remedio.
Porras fué llevado a una reunión extraordinaria, especialmente convocada para que el incrédulo Canta Claro saliera de allí vencido por los hechos.
Pepe sabía que la religión es, con respecto del incrédulo, lo que la seducción respecto a la mujer: el primer favor, la primera condescendencia, es prenda de vencimiento inevitable.
Estrechó suavemente a la santa contra su pecho, diciéndole: Es que lo uno no quita lo otro, y aunque yo sea incrédulo, quiero tener contenta a mi , por lo que pudiera tronar.
Tanta ingenuidad, ya conocida del incrédulo Delfín, era una de las cosas que más le encantaban en ella.
Al oír esto, Feijoo se mostraba benévolamente incrédulo y decía: Pidámosle a Dios que no te busque, por si acaso, que a Segura llevan preso.
Tan despreciable es a mis ojos el incrédulo que finge devoción, cuanto es infame el creyente que blasfema de lo que tiene por santo.
Fadrique por muy amigo, aunque incrédulo, como él me tiene por muy amigo, aunque fraile.

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