Ejemplos con improvisador

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Durante su estancia en San Sebastián a la vez que estudiaba se dedicó a tocar el piano en teatros y cines, lo que le permitió adquirir una gran destreza como improvisador, algo que explotaría durante toda su vida como músico.
Reconocido como un gran improvisador en el piano, su vida se vinculó con grandes personalidades de la época, como.
No es de estrañar, pues, que Händel, como Bach, haya sido un notable improvisador al teclado, y su música para clave tiene un aspecto libre y espontáneo, al igual que el resto de su música instrumental.
Músico muy dotado fue un virtuoso pianista y también un excelente improvisador al órgano , espíritu curioso por todo, escritor, caricaturista, gran viajero, Saint-Saëns desempeñó un papel excepcional en la renovación de la música francesa, tanto por su enseñanza tuvo como alumnos, entre otros, a Fauré y Messager , como, sobre todo, por su actividad en favor de la música nueva fue uno de los fundadores de la Société Nationale de Musique , destinada a tocar y difundir la música francesa.
En principio no está permitido que un mismo improvisador se presente a dos semifinales simultáneamente en un mismo país, aunque son dos casos los que se han dado.
El trompetista Cristián Cuturrufo estableció su nombre y un prestigio en la escena desarrollando una honesta y muy sólida reformulación de la música bebop a través de sus grandiosos dotes de solista e improvisador.
Pedro Lopez, percusionista e improvisador natural de Madrid, es miembro fundador de dos de los grupos españoles más emblématicos en la historia de la electroacústica : Modisti y del Jazz : Zyklus.
Organista de formación, Sweelinck fue un gran improvisador, y sus contemporáneos dieron en llamarlo el Orfeo de Ámsterdam.
Pero a los pocos versos ya no habló el improvisador de las en general, sino de una sola, ambiciosa y sin corazón.
Favorable, porque se iba haciendo conocido y famoso, como personaje pintoresco e improvisador de aleluyas, en la ciudad y en otros pueblos de la provincia, en donde alguna vez se concertaban riñas de gallos interurbanas.
Era Rodrigo Ansúrez un improvisador fecundo, que sólo con abandonarse a la habitual acción de ambas manos con el arco y las cuerdas, lanzaba al exterior los sucesivos estados de su espíritu.
Rápidamente, con aquella presteza de juicio del artista improvisador, hizo su composición, y allá te van las confidencias Jacinta se había de quedar tamañita.
Cuando refiere sus proezas o las de algún afamado malévolo, parécese al improvisador napolitano, desarreglado, prosaico de ordinario, elevándose a la altura poética por momentos, para caer de nuevo al recitado insípido y casi sin versificación.
Un aplauso estrepitoso acogió la bien repiqueteada décima, y el satirizado pretendiente, aunque tragando saliva, tuvo que sonreír y dar un ¡bravo! al improvisador.
¡Las majadas del Plata!, ¡qué fortunas se han hecho con ellas, en medio siglo! y ¡qué salto!, ¡desde las ovejas criollas, hijas degeneradas de las famosas merinas españolas, andarines como cabras y casi sin lana, cuyos rebaños recorrían la pampa desierta, sin más obstáculo que algún repunte indolente y tardío, más o menos como si hubiesen sido vacas, que sólo se esquilaban cuando algún acopiador improvisador se atrevía a hacerlo por su propia cuenta, tomando en pago la mitad de la lana y pagando por el resto un precio irrisorio, hasta las Rambouillet y las Lincoln de hoy!.
Nuestro alfarero era, como cierto soldado, gran repentista o improvisador de coplas que, tomado prisionero por un coronel español, éste como por burla o para hacerlo renegar de su bandera le dijo:.
Como improvisador, he sido y soy detestable.
Era Rodrigo Ansúrez un improvisador fecundo, que sólo con abandonarse a la habitual acción de ambas manos con el arco y las cuerdas, lanzaba al exterior los sucesivos estados de su espíritu.
Entre los concurrentes al café Plombier, buenos y decididos muchachos - pintores, escultores, poetas - sí, ¡todos buscando el viejo laurel verde! ninguno más querido que aquel pobre Garcín, triste casi siempre, buen bebedor de ajenjo, soñador que nunca se emborrachaba, y, como bohemio intachable, bravo improvisador.
Fama han dejado en el Cuzco las agudezas del nonagenario obispo, que era gran improvisador de copias y muy dado a jugar con los vocablos.

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