Ejemplos con hallaré

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al contrario, estos preparativos me tranquilizan, hallaré reposo y bienestar en arreglar todas mis cuentas, y para que, después de realizar estos propósitos, tenga descanso mi corazón, es preciso que tú me hagas una solemne promesa.
Cuando recibas ésta me hallaré lejos y jamás volveré a importunarte con mi presencia.
¿Hallaré junto a Donata el apacible y durable encanto de amor, o tendré que salir un día gritando: Quién me compra una odalisca?.
Yo me hallaré aquí para socorrerla y animarla.
A las ocho mandé la chalupa que fuese en la vuelta del E a reconocer, y yo me embarqué en el bote y salí de la vuelta del O con cinco dias de viveres, estando el tiempo mas bonancible, a fin de hallar parage a donde desembarcar en tierra firme, pues considero que el Colorado está muy cerca, y pudiendo llegar a tierra, precisamente lo hallaré, o a lo menos conoceré en la calidad del campo, a que distancia me hallo de él, por haberlo ya transitado.
Leí luego las razones de la cédula, vilas firmes y valederas, y que no podian faltar en la fe que publicaban, y aunque a ellas como a cosa sagrada se acogiera mi esperanza, en cayendo en la cuenta de la sospechosa compañía que Marco Antonio llevaba consigo, daba con todas ellas en el suelo: maltraté mi rostro, arranqué mis cabellos, maldije mi suerte, y lo que mas sentia era no poder hacer estos sacrificios a todas horas, por la forzosa presencia de mi padre: en fin, por acabar de quejarme sin impedimento o por acabar la vida, que es lo mas cierto, determiné dejar la casa de mi padre, y como para poner por obra un mal pensamiento parece que la ocasion facilita y allana todos los inconvenientes, sin temor alguno hurté a un paje de mi padre sus vestidos, y a mi padre mucha cantidad de dineros, y una noche, cubierta con su negra capa, salí de casa, y a pié caminé algunas leguas, y llegué a un lugar que se llama Osuna, y acomodándome en un carro, de allí a dos dias entré en Sevilla, que fué haber entrado en la seguridad posible para no ser hallada, aunque me buscasen: allí compré otros vestidos y una mula, y con unos caballeros que venian a Barcelona con priesa por no perder la comodidad de unas galeras que pasaban a Italia, caminé hasta ayer, que me sucedió lo que ya habréis sabido de los bandoleros que me quitaron cuanto traia, y entre otras cosas la joya que sustentaba mi salud y aliviaba la carga de mis trabajos, que fué la cédula de Marco Antonio, que pensaba con ella pasar a Italia, y hallando Marco Antonio presentársela por testigo de su poca fe, y a mí por abono de mi mucha firmeza, y hacer de suerte que me cumpliese la promesa, pero juntamente con esto he considerado que con facilidad negará las palabras que en un papel están escritas, el que niega las obligaciones que debian estar grabadas en el alma: que claro está, que si él tiene en su compañía a la sin par Teodosia, no ha de querer mirar a la desdichada Leocadia: aunque con todo esto pienso morir, o ponerme en la presencia de los dos, para que mi vista los turbe su sosiego: no piense aquella enemiga de mi descanso gozar tan a poca costa lo que es mio: yo la buscaré, yo la hallaré y yo la quitaré la vida, si puedo.
Buena dueña, templad vuestras lágrimas, o, por mejor decir, enjugadlas y ahorrad de vuestros suspiros, que yo tomo a mi cargo el remedio de vuestra hija, a la cual le hubiera estado mejor no haber sido tan fácil en creer promesas de enamorados, las cuales, por la mayor parte, son ligeras de prometer y muy pesadas de cumplir, y así, con licencia del duque mi señor, yo me partiré luego en busca dese desalmado mancebo, y le hallaré, y le desafiaré, y le mataré cada y cuando que se escusare de cumplir la prometida palabra, que el principal asumpto de mi profesión es perdonar a los humildes y castigar a los soberbios, quiero decir: acorrer a los miserables y destruir a los rigurosos.
La paciencia con que Zoraida lleva las incomodidades que la pobreza trae consigo, y el deseo que muestra tener de verse ya cristiana es tanto y tal, que me admira y me mueve a servirla todo el tiempo de mi vida, puesto que el gusto que tengo de verme suyo y de que ella sea mía me lo turba y deshace no saber si hallaré en mi tierra algún rincón donde recogella, y si habrán hecho el tiempo y la muerte tal mudanza en la hacienda y vida de mi padre y hermanos que apenas halle quien me conozca, si ellos faltan.
, ¡pero te hallaré!.
Claro está que si yo estuviese siempre reconcentrado en el Uno, no la amaría, pero, volviéndome, y no puedo menos de volverme, al mundo exterior, ¿qué hallaré en todo él que represente mejor al Bien y al Uno mismo? ¿Qué imagen, qué trasunto, qué destello de la belleza increada descubrirá el sabio que valga más que la mujer hermosa? Cuando el artista quiere representar a la ciencia, a la poesía, a la virtud, ¿no les da forma de mujer?.
Y allí, como si consultaras, a través del aire límpido, la profundidad del horizonte, pregúntate sin miedo: -¿Es verdad, verdad honda, que yo crea en esto que profeso creer? Tal convicción que adquirí un día y en la que, desde entonces, descanso, ¿resistirá ahora a que, en este centro de verdad, la traiga ante mis ojos? Tal sentimiento que considero vivo aún, porque alguna vez lo estuvo ¿no le hallaré muerto si me acerco a moverle? ¿No vivirá mi fe de la inercia de un impulso pasado? ¿Me he detenido a probar si cabe dentro de ella lo que he sabido después, por obra del tiempo? Cuando la afirmo, ¿la afirmación es sólo una costumbre de mis labios, o es cada vez, cual debe serlo, nuevo parto de mi corazón? Si ahora hubiera de decidir mi modo de pensar por vez primera, si no existiesen las vinculaciones que he formado, las palabras que he dicho, los lazos y respetos del mundo, ¿elegiría este campo en que milito?.
-¿Dónde hallaré otra mujer como ésa?.
Mi tío el Cardenal es más deudo que ellos, y por esto está más caliente la sangre y porque no espera lo que los demás: en él hallaré amparo para restaurar la perdida o tiranizada libertad, que este nombre merece cosa que yo no di de grado.
esas dos víctimas de tus tenebrosas maquinaciones, de que también es víctima Ataulfo, dime, ¿qué ha sido de ellos? ¿Dónde los hallaré, si es que existen?.
en vuestros goces hallaré consuelo».
No hallaré respuesta.
¡ya veremos! Siempre hallaré cómo salvar el pellejo.
Yo me hallaré aquí para socorrerla y animarla.
¿Hallaré junto a Donata el apacible y durable encanto de amor, o tendré que salir un día gritando: Quién me compra una odalisca?.
—Según eso, la Verdad me lo dirá —dijo él—, pero ¿dónde la hallaré? Más dificultoso.
- Agora dexemos los muertos e las herencias, que si poco me dexaron, poco hallaré, hablemos en los presentes negocios, que nos va más que en traer los passados a la memoria.
-En efecto -respondió don Valentín:- en día estamos de grandes noticias, y esto me hace creer que no te hallaré, como otras veces, mano sobre mano.
-Sea -dijo Beauchamp-, si queréis que baje a la tierra de nuevo, bajaré, si queréis buscar a un enemigo, lo buscaré con vos, y lo hallaré, porque tengo tanto interés en ello como vos, porque mi honor exige también que lo hallemos.
-Un millón de gracias por vuestra bondad, vizconde -dijo Montecristo-, pero presumo que el señor Bertuccio habrá empleado las cuatro horas y media que acabo de dejarle y que hallaré en la puerta un carruaje preparado.
Ibrahim sintió una gran envidia, y se dijo: ¿Por qué he de apartarme de ellos, cuando puedo disfrutar de su compañía? ¿Cuándo me hallaré en otra fiesta tan encantadora como la de ver a estos dos admirables jóvenes que parecen dos lunas?.
-Y México-¿no hallará modo sagaz, efectivo e inmediato, de auxiliar, a tiempo, a quien lo defiende? Sí lo hallará, -o yo se lo hallaré.
Mañana, ¿dónde le hallaré? No sé su casa.

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