Ejemplos con habladores

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Muy apreciada como mascota,por su sociabilidad con humanos, su inteligencia, además de ser poco ruidosos y medianamente habladores.
En situaciones como circulos cerrados de amigos pueden ser tan animados y habladores como los extravertidos.
El uno fue la plática larguísima del señor moro , uno de los hombres más habladores que he visto en mi vida.
Entre los comensales descollaba como número uno de los habladores el tal D.
Pero como sale dentro de unos días para el Norte a mandar el , es fácil que sea sustituido por otro, quizás perteneciente a la clase civil, a esa echadura de abogados habladores que la Nación empolla para sacar ministros.
Sus ojos eran tan expresivos, que parecían habladores, su boca tenía sonrisas entre mimosas y burlonas, y en conjunto, por su talle y rostro recordaba los tipos de aquellas muchachas diabólicamente hermosas que algunos pintores han trazado en torno de los santos combatidos de voluptuosas tentaciones.
A su tienda iban los habladores más frenéticos, porque el vicio llama al vicio.
Unos habladores se iban y venían otros.
Era tan fuerte el ansia de charla y de trato social, se lo pedía el cuerpo y el alma con tal vehemencia, que si no iban habladores a la tienda no podía resistir la comezón del vicio, echaba la llave, se la metía en el bolsillo y se iba a otra tienda en busca de aquel licor palabrero con que se embriagaba.
Pero el aburrimiento de su enfermedad le hizo desear la compañía de alguno de estos habladores mudos que llamamos libros.
Y el baile en el atrio lleno de luz, el templo sembrado de hojas de hinojos y espadaña que magullaron los pisotones, alumbrado, más que por los cirios, por el sol que puerta y ventanas dejaban entrar a torrentes, los curas jadeantes, pero satisfechos y habladores, el santo tan currutaco y lindo, muy risueño en sus andas, con una pierna casi en el aire para empezar un minueto y la cándida palomita pronta a abrir las alas, todo era alegre, terrenal, nada inspiraba la augusta melancolía que suele imperar en las ceremonias religiosas.
No era de los más habladores: sólo los entendimientos de ideas inseguras y de movedizo criterio propenden a la verbosidad.
recobrará sus divinos atributos, usurpados por una turba de habladores sin honor ni nobleza.
¡Si supieras qué útiles son! Amantes de la libertad, habladores, impetuosos, entusiastas.
¿Ves? ¡Así castiga el pueblo a los que le engañan! ¡Oh! Así deberían perecer los habladores.
¡Ya se ve! el bueno de Mauricio había conocido por una extraña casualidad a una hija del tal griego, que tenía los ojos más negros y más habladores del mundo, y, sin duda, por casualidad había encontrado también el medio de introducirse de noche en los jardines del griego.
Y, finalmente, quiero decir, y os digo, que si no queréis venir a merced conmigo y correr la suerte que yo corriere, que Dios quede con vos y os haga un santo, que a mí no me faltarán escuderos más obedientes, más solícitos, y no tan empachados ni tan habladores como vos.
Había habladores secos y habladores que llaman del río o del rocío y de la espuma, gente que graniza de perdigones.
Había otros habladores nadadores, que hablan nadando con los brazos hacia todas partes y tirando manotadas y coces.
-Dime -dije yo-: ¿qué significan estos que te acompañan, y por qué van, siendo tú la muerte, más cerca de tu persona los enfadosos y habladores que los médicos?.
-Mucha más gente enferma de los enfadosos que de los tabardillos y calenturas, y mucha más gente matan los habladores y entremetidos que los médicos.
Aquí estoy, y digo más, y avisad desto a los habladores de allá, que yo apelo deste refrán con las mil y quinientas.
-Duélete de mí, y si eres buen cristiano, sácame de poder de los cuentos de los habladores y de los ignorantes que no me dejan descansar, y méteme donde quisieres.
-Así es verdad -dijo Lanzarote-, que a mí me tienen esos consumido a puro lanzarotar con si viene o no viene de Bretaña, y son tan grandes habladores, que viendo que mi romance dice:.
Pongámosle, al contrario, como cada uno un ladrillito más con nuestras propias manos, vivamos entre nuestras cuatro paredes, sin disputar vanamente si nos ha de sorprender la muerte como a los carneros de Casti, asados o cocidos, y si del otro lado imaginan algunos que está la felicidad, que nosotros no vemos en el mundo por ninguna parte, Dios se la tenga muchos años por allá, y se la dé a quien más le convenga, pues ya está visto que a nosotros, pobrecitos habladores, no nos debe en manera alguna de convenir.
Después, los fondos del escenario en que descollaba tan gentil figura: antes desnudos, fríos, yertos, encharcados en agua o amortajados en nieve, ahora la Naturaleza riente y vestida con la pompa de sus mejores galas, los prados verdes y lozanos, los montes frondosos y habladores con el rumor de las brisas jugueteando en su follaje y esparciendo por todo el valle la fragancia más exquisita.
¡Con qué tristeza pensaba la niña, sin querer pensarlo, que los amigos de su padre eran personas poco delicadas, habladores temerarios! Y su mismo papá, esto era lo peor, y había que pensarlo también, su querido papá que era un hombre de talento, capaz de inventar la pólvora, un reloj, el telégrafo, cualquier cosa, se iba volviendo loco a fuerza de filosofar, y no sabía vivir con una hija que ya entendía más que él de asuntos religiosos.
Estos me dijeron que eran habladores de diluvios, sin escampar de día ni de noche, gente que habla entre sueños y que madruga a hablar.
Los primeros eran habladores, parecían azudas en conversación, cuya música era peor que la de órganos destemplados.

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