Ejemplos con goloso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Así se fueron otras dos joyas que don Manuel había estimado mucho, y mostraba con la fruición de un goloso que se complace traviesamente en hacer gustar a sus amigos un plato cuya receta está decidido a no dejarles conocer jamás: un estudio en madera de la cabeza de San Francisco, de Alonso Cano, y un dibujo de Goya, con lápiz rojo, dulce como una cabeza del mismo Rafael.
La tierra cantaba de alegría con un goloso glu-glu que les llegaba al corazón a todos ellos.
En torno de la mesa, husmeando con aire goloso, estaba una diminuta perra inglesa, que, con su piel de porcelana, sus ojillos de cristal y las patas de alambre, parecía escapada de una tienda de juguetes.
Revueltos con ellos, iban los disfraces de siempre: mamarrachos con arrugadas chisteras y levitas adornadas con arabescos de naipes, bebés que asomaban la poblada barba bajo la careta y al compás del sonajero decían cínicas enormidades, diablos verdes silbando con furia y azotando con el rabo a los papanatas, gitanos con un burro moribundo y sarnoso tintado a fajas como una cebra, payasos ágiles, viejas haraposas con una repugnante escoba al hombro, y los tíos de ¡al higuí! golpeando la caña y haciendo saltar el cebo ante el escuadrón goloso de muchachos con la boca abierta.
¿Te parece ni medio decente que una mujer que te da su cuerpecito de estarse siempre pidiendo como chico goloso? Tú quieres mucho mimo por poco trigo.
Es que Juanito era un pillín, y un goloso y un atrevido.
Era una la de comerse las obleas, que con su provocativa blancura y encendido rojo le estaban convidando desde un bote de hojalata, y aun cuando sería más glorioso para nuestro héroe vencer el goloso capricho, la sinceridad obliga a declarar que alargó el dedo humedecido en saliva, y fue pescando una, dos, tres, hasta zamparse cuantas encerraba el bote.
Por estas y otras razones se dispuso la voluntad de Rodolfo de cumplir la de su padre, el cual le dió crédito de muchos dineros para Barcelona, Génova, Roma y Nápoles, y él con dos de sus camaradas se partió luego, goloso de lo que habia oido decir a algunos soldados de la abundancia de las hosterías de Italia y Francia, y de la libertad que en los alojamientos tenian los españoles.
Deso es lo que yo reniego, señor Sansón dijo a este punto Sancho, que así acomete mi señor a cien hombres armados como un muchacho goloso a media docena de badeas.
No, señor, no es así respondió Sancho, porque tengo más de limpio que de goloso, y mi señor don Quijote, que está delante, sabe bien que con un puño de bellotas, o de nueces, nos solemos pasar entrambos ocho días.
E puede bien este mesmo convenir exemplo al del mercador estado, que deve desordenada cobdiçia, sobejanía e rapina e aun goloso bevir arredrar de sí, biviendo lealmente e llana en la mercaduría, si quiere que d'él en su estado fíen.
En el calor de estos sucesos, el Estudiante, que no había abandonado el proyecto de llevar la revolución a todo el valle, enviaba a Barriluco de pueblo en pueblo, esparciendo proclamas adquiridas en la ciudad, pero el emisario, cuando no volvía cojeando, traía la cabeza entrapajada, o se rascaba las costillas, porque aquí le apedreaban y allí le molían, y de todas partes le echaban como a perro goloso, siendo griego para aquellas gentes el estilo, el fin y la ocasión de tales papelejos.
Una gata vieja, experimentada profesora, con los anteojos bien asentados sobre la ñata, explicaba a toda una aula de gatitos que era muy feo el mentir, que un gatito bien educado nunca debía robar la leche, que era un gran pecado el ser goloso, y que si era muy bien el cazar lauchas y aun comerlas, se debía evitar en lo posible hacerlas sufrir inútilmente, como lo solían hacer tantos gatos chicos y grandes.
Al levantar la cabeza, vio a cien metros de él al buey corneta, que, mirándolo con sus grandes ojos indiferentes, comía, con mil precauciones para no pincharse, y con toda la atención de un goloso que prueba un bocado elegido, la alcachofa de uno de los pocos cardos de Castilla que, todavía escasos, crecían cerca de las poblaciones.
Luciano era un niño muy goloso y, lo que es peor, demasiado aficionado al vino.
Había de todo: la muñeca soñada por una niña pobre, el caballo de cartón que deseaba un pequeñuelo, el vestido de seda para otra muchacha, los dulces para un goloso, las armas para un futuro militar.
-La verdá que el dinero es goloso, y como que ostés lo traen, pues, cuando tuvimos yo y mi compare la notisia de que iban ostés a enramarse por estos vericuetos, el Bizco me propuso que saliéramos al camino y recogiéramos, de una vez, y pa nosotros solos, la limosna que ha de repartirse entre tantos.
Disfrutaban padre e hijo de tales premios con la glotonería del gastrónomo goloso y tragaldabas.
Su señoría era también goloso de la fruta del paraíso, y en la imperial villa se murmuraba mucho acerca de sus trapisondas mujeriegas.
E Periteo adelantóse e quexó de entrar e fue muerto por el dicho can, e oviera esso mesmo fecho a Theseo sinon que Ércules le acorrió, apretando la del goloso can sangrienta garganta, sacándolo fuera del guardado castillo e atando en manera que non pudiesse nuzir nin ladrar.
Y yo, no atreviéndome nunca a responder abiertamente que no, pero resuelto a ejecutarlo, aguardaba un momento oportuno para encasquetarme la gorra y echar por la escalera abajo como perro goloso.
Desconcertado como niño goloso a quien su madre sorprende robando los bizcochos, no sabe qué cara poner al zapatero para disimular mejor la violencia en que se halla su ánimo.
Pero el cocinero, por casualidad, es borracho y goloso y nada limpio, y no conoce cuenta ni razón, roba si le dan mucho dinero, y si se lo tasan, también, compra lo que a él le gusta, y lo guisa como más le agrada: los gustos de su amo no se tienen en cuenta para nada en aquella cocina.
Ricardo, poeta lírico que andaba a caza de cuadros, estaba allí, con la satisfacción de un goloso que paladea cosas exquisitas.
Quiero pasar en silencio, por no molestar al lector y porque no me tilde de prolijo y tal vez de goloso, los hojaldres hechos de flor de harina y manteca de cerdo en pella, los multiformes bizcochos, entre los cuales sobresale la torta ó bollo maimón, los nuégados, los polvorones, las sopaipas, los almíbares y las perrunas, exquisitas, á pesar de lo poco simpático del nombre que llevan.
Aunque sea ordinaria comparación, así como puede conjeturarse y preverse que el sitio más apropósito de hallar a un goloso es una buena confitería, así Poldy conjeturaba que de seguro volvería a hallar a la cigüeña a orillas de la laguna donde la halló por vez primera.
Pero el goloso prisionero, que ya se da por muerto, tira uno de retortijón a cada mano de su carcelero, y toma pipa por el corral afuera, relamiéndose de gusto.
-¿Conque tras que usted se comió la miel por no dármela, encima me levanta un falso testimonio? Goloso y maldiciente, ¿no se le cae a usted el hocico de vergüenza?.
Mientras mi compadre se desocupaba, no faltó quien me obsequiara con mate, Hilarión me pasó una torta riquísima hecha al rescoldo y a hurtadillas, lo mismo que un niño mimado y goloso delante de las visitas, me la manduqué.

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