Ejemplos con generoso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero, concretándose a aquella localidad, ¿quién, entre todos ellos, era bastante rico, bastante abnegado, bastante generoso, y aun bastante elocuente, para aceptar tamaño compromiso con buen éxito, y capaz de abandonar, sin partírsele el alma, la dirección de los propios negocios y las comodidades de su casa?.
Y en , aquella misma robusta inspiración que había dado perpetua vida a , al y a , ha roto el estrecho marco del cuadro de género y penetrado en el ancho y generoso cerco de la gran pintura, poniendo con entera franqueza a sus héroes entre cielo y mar, y haciéndoles verdaderos protagonistas de una acción trágica, que llega y toca a lo más alto de la pasión humana, acentuada aquí en vigoroso contraste con una naturaleza bravía y rebelde.
Miranda, a cuenta de un empréstito que negoció contando satisfacerlo después a expensas del generoso suegro, hizo venir de la corte lindas finezas, un aderezo de brillantes, un cajón atestado de lucidas galas, envío de renombrado sastre de señoras.
Así y todo, a no asegurarme Colmenar que usted es persona desinteresada y de ánimo generoso, no me decidiera nunca.
A tener Miranda alma mejor templada, ganaría con el amor el corazón abierto y generoso de la niña leonesa, pero no parece sino que le inspiraba el diablo para hacer todo lo más inoportuno.
Este generoso tío escuchó con sensatez mi manifestación, y se apresuró a colocarme con arreglo a mis inclinaciones.
Pues bienexclamó doña Luz en voz muy baja, pero con extraordinaria vehemencia, la causa de mi mal es que he descubierto, a los quince días de casada, que el hombre que yo imaginé tan noble, tan generoso, tan enamorado de mí, tan digno en todos conceptos de que yo le amara, y a quien di mi corazón y mi mano, y a quien entregué mi ser y mi vida, es un miserable sin alma.
Pagaba además con rumbo generoso a los cuarenta o cincuenta ganapanes que habían llevado en hombros las andas, y en las andas la mesa, con Cristo, Apóstoles y , empresa titánica, de la cual no pocos quedaban derrengados y con feroces ampollas, a pesar de las almohadillas.
Enrique, decía cuanto se le antojaba, pero como todo corazón generoso lleva ingénitamente en su centro la buena crianza, aunque no se la hayan dado, D.
Jaime hacía por ella, el desprendimiento generoso y el sacrificio desmedido que representaba aquel regalo, en proporción a la fortuna de D.
Y no porque la envidia o el orgullo fuesen causa de ello, que tales pasiones no tenían morada en aquel corazón generoso y sencillo, sino porque debido a las torpes murmuraciones villaverdinas o a presentimientos y recelos, muy naturales en una niña que ama y cree que es amada, la pobre Linilla temió, aun antes de corresponder a mi amor, que yo me prendara de Gabriela, cuya belleza y elegancia, no podían ser vistas sin interés por ningún mozo de mi edad.
Perdóname, y no pienses mal de mí, serías injusto, y la injusticia no cabe ni cabrá nunca en un corazón tan noble y tan generoso como el tuyo.
Mi generoso rival cayó en la red, y se casó con Teresa.
¡Otro a quien han engañado! , decían los dependientes desde sus mostradores, adivinando lo ocurrido, y nunca faltaba un comerciante generoso que, por ser de la tierra y recordando los principios de su carrera, tomase bajo su protección al abandonado y lo metiese en su casa, aunque no le faltase.
No gustaba de parecer generoso, pero no era mezquino ni avaro.
Andrés, generoso como siempre, acudió en mi auxilio.
De buena gana me hubiera yo negado a recibirlos, a pretexto de generoso desprendimiento, pero aquel dinero me era necesario, era pan y vida alegre para algunos días.
que este rasgo de malignidad lugareña, que esta calumnia de vecindad, que esta conjuración de comadres es indigna de un pueblo culto,—así como propia de gentes degradadas y ociosas, sin ambición ni porvenir, impotentes y nulas para todo lo grande y generoso.
— ¡Generoso corazón, ensánchate! ¡Toma mi alma, que vale menos que la tuya!.
Repitió sus ofrecimientos y se fue, dejando a Fortunata la impresión de que no estaba tan sola como creía, y de que el tal Segismundo era, en medio de sus tonterías y extravagancias, un corazón generoso y leal.
Ballester era el corazón más honrado y generoso del mundo, y tenía cierta vanidad en tomar sobre sí el cumplimiento de los deberes que correspondían a otros y que estos otros olvidaban.
Manuel Moreno-Isla, el hombre más bueno y más generoso del mundo, y con un capital ¡qué capital! Y vea usted, es soltero y se pasa la vida en Londres aburriéndose Lo que yo digo, podría haber hecho feliz a una joven, de las muchas que hay en la familia Siempre que viene a verme, le largo un como él dice, él se ríe, se ríe.
Juan Pablo no era de estos, y se ponía gustoso, con respecto a su generoso , en ese estado de subordinación moral, propio del insolvente a quien se le dan todas las largas que él quiere tomarse.
A Fortunata se le humedecieron los ojos, porque era muy accesible a la emoción, y siempre que se le hablaba con solemnidad y con un sentido generoso, se conmovía aunque no entendiera bien ciertos conceptos.
El generoso galán veía los más sublimes problemas morales en la frente de aquella infeliz mujer, y resolverlos en sentido del bien parecíale la más grande empresa de la voluntad humana.
A fuer de hábil financiero, sabía pasar por generoso cuando el caso lo exigía.
En aquella excursión por el campo instructivo de la industria, su generoso corazón se desbordaba en sentimientos filantrópicos, y su claro juicio sabía mirar cara a cara los problemas sociales.
No es de los antiguos Curcios, Gayos y Cipiones romanos, ni de los modernos Colonas y Ursinos, ni de los Moncadas y Requesenes de Cataluña, ni menos de los Rebellas y Villanovas de Valencia, Palafoxes, Nuzas, Rocabertis, Corellas, Lunas, Alagones, Urreas, Foces y Gurreas de Aragón, Cerdas, Manriques, Mendozas y Guzmanes de Castilla, Alencastros, Pallas y Meneses de Portogal, pero es de los del Toboso de la Mancha, linaje, aunque moderno, tal, que puede dar generoso principio a las más ilustres familias de los venideros siglos.
Que considerase que, no acaso, como parecía, sino con particular providencia del cielo, se habían todos juntado en lugar donde menos ninguno pensaba, y que advirtiese dijo el cura que sola la muerte podía apartar a Luscinda de Cardenio, y, aunque los dividiesen filos de alguna espada, ellos tendrían por felicísima su muerte, y que en los lazos inremediables era suma cordura, forzándose y venciéndose a sí mismo, mostrar un generoso pecho, permitiendo que por sola su voluntad los dos gozasen el bien que el cielo ya les había concedido, que pusiese los ojos ansimesmo en la beldad de Dorotea, y vería que pocas o ninguna se le podían igualar, cuanto más hacerle ventaja, y que juntase a su hermosura su humildad y el estremo del amor que le tenía, y, sobre todo, advirtiese que si se preciaba de caballero y de cristiano, que no podía hacer otra cosa que cumplille la palabra dada, y que, cumpliéndosela, cumpliría con Dios y satisfaría a las gentes discretas, las cuales saben y conocen que es prerrogativa de la hermosura, aunque esté en sujeto humilde, como se acompañe con la honestidad, poder levantarse e igualarse a cualquiera alteza, sin nota de menoscabo del que la levanta e iguala a sí mismo, y, cuando se cumplen las fuertes leyes del gusto, como en ello no intervenga pecado, no debe de ser culpado el que las sigue.
Fin, por cierto, generoso y alto y digno de grande alabanza, pero no de tanta como merece aquel a que las armas atienden, las cuales tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.

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