Ejemplos con formalísima

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mandé tallar el brillante, y quedó como usted ve -añadió, haciendo resaltar sobre su pecho el medallón, que resplandeció, encendiendo en un rayo solar irisadas luces-. Mientras viajé, no me acordé del conjuro de Baraní, porque mis amores eran de días, de horas, de minutos. Pero cuando me retiré, con un caudal regular, a mi tierra, y me entró deseo de casarme y de tener chiquillos -la vejez en soledad no siempre es alegre, ¡se acuerda uno de tantas cosas cuando está solo!-, se me vino a la memoria, no sé por qué, lo que me había dicho la salvaje... Claro es que lo consideraba una tontería, pero frecuentemente pensaba en ello. Y será casual, o serán artes del diablo, pero no se explican sólo con hablar de coincidencias. Mi primera novia, que era sobrina carnal mía, hija de mi hermano Rafael, enfermó y murió tísica apenas se concertó la unión. ¡Muchacha más angelical! Mi segunda novia, nieta de un arrendador, ¡una chiquilla formalísima!, se escapó de su casa, tres o cuatro días antes de la boda, con un hijo de un fondista, que se la llevó a América. Mi tercera novia fue una viuda guapa, que tenía fincas en Santander, y la mejor reputación, y próximo también nuestro enlace, hasta que se averigua que vivía el primer marido... Mi cuarta novia era mi criada, una muchacha como un pino, montañesa, estaba entusiasmada con lo de ascender a señora... Y, sin causa conocida, la entra un histérico, y se vuelve loca, pero de atar, en Ciempozuelos la tiene usted aún... Ya desesperando de noviazgos, busqué otros consuelos, otros arrimos..., aventurillas, ¡qué sé yo! Y lo propio: no hubo cosa que me durase quince días, parecía que una mano invisible rompía los hilos... Mire usted que se lo digo en serio: llegó a hacerme cavilar, ¡recontratoño! Claro es que todo podía atribuirse a lo más natural!, ¡pero tantas veces! ¡No conseguir lo que cualquiera consigue: un hijo, una mujer!
Por lo capaz se adelantó el hombre a los brutos, y los ángeles al hombre, y aun presume constituir en su primera formalísima infinidad a la misma divina esencia.
- ¡Formalísima.

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