Ejemplos con extremeñas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El habla de Navasfrías, como las de las poblaciones limítrofes que conforman la comarca del El rebollar -Navasfrías, El Payo, Peñaparda, Villasrubias y Robleda- es de estirpe astur-leonesa y tiene evidente parentesco con la totalidad de las hablas extremeñas y leonesas en general.
Las diferentes localidades integradas en la cuenca se reparten por las provincias castellano-manchegas de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, las extremeñas de Badajoz y Cáceres y las andaluzas de Córdoba y Huelva.
El río ha dado nombre a la Denominación de origen Ribera del Guadiana, que da cobertura a la producción vitivinícola de las comarcas extremeñas de Tierra de Barros, Montánchez, Ribera Alta, Ribera Baja, Matanegra y Cañamero.
Pero entonces, a pesar de que vislumbraba acertadas soluciones, mal momento escogía para exponer estos negocios pobladores, ya que Felipe II andaba con el ejército por tierras extremeñas para defender y afianzar sus derechos sobre la Corona de Portugal.
Tras la llegada del mundo romano a tierras extremeñas en el siglo II a.
Son famosos y de gran calidad los jamones y embutidos de cerdos ibéricos, aunque venidos en buena parte de las dehesas extremeñas y andaluzas, encuentran aquí el lugar idóneo para su curación, gracias a un característico clima frío y seco.
La dedicación de los vecinos a la trashumancia originó el cambio, puesto que éstos marchaban con sus rebaños a pasar el invierno en tierras extremeñas, quedando el pueblo sin hombres que pudieran protagonizar la fiesta.
A partir de ese momento empezó a aportar agua en los cultivos de regadío de las vegas extremeñas.
Su historia está ligada al ferrocarril, siendo un importante nudo de comunicaciones en el pasado y de las estaciones extremeñas más importantes en carga.
Mientras se encuentra fuera de Santa Cruz por trabajo, muestra su preocupación por elogiar su tierra natal y desea plasmar en su obra el amor hacia las personas que allí viven, en especial a las mujeres extremeñas.
Además, trabajó como retablista en el retablo mayor de la catedral de Plasencia, donde Gregorio Fernández hizo lo propio con la escultura, dejando en tierras extremeñas alguna obra como la traza del retablo mayor de la iglesia parroquial de Acebo.
En tierras extremeñas desarrolló el marqués su afán de coleccionista y estudioso de la historia.
Se trata de un peculiar elemento de la medicina popular hurdana que alcanza en alguna ocasión a zonas extremeñas colindantes, que establece el origen de un mal en la emanación maligna del espíritu de los animales salvajes.
Cuenta la tradición que la imagen fue hallada por unos pastores de Yanguas en tierras extremeñas, las cuales se la entregaron a un señor, un Castejón, que posteriormente la entronizó en la iglesia de San Martín.
Todo menos esos gordos capones que traen del campo y a los cuales él les pasa con amor y veneración la mano por el buche, todo menos esos sólidos jamones que chorrean bermejo adobo, o penden colgados del humero, todo menos esos largos salchichones aforrados en plata que él sospesa en la mano y vuelve a sospesar como diciendo: Sí, éste tiene tres libras , todo menos esas opulentas empanadas de repulgos preciosos, atiborradas de mil cosas pintorescas, todo menos esas chacinas extremeñas, todo menos esos morteruelos gustosos, todo menos esas deleznables mantecadas, menos esos retesados alfajores, menos esos sequillos, esos turrones, esos mazapanes, esos pestiños, esas hojuelas, esos almendrados, esos piñonates, esas sopaipas, esos diacitrones, esos arropes, esos mostillos, esas compotas.
Las extremeñas damas allí presentes, que aún vestían por la última moda de Badajoz, o por las retrasadas de Madrid, no quitaban los ojos de la vestimenta y accesorios de la manchega, reparando todo lo que llevaba.
Las damas extremeñas, del antiguo tipo de señoras, calladitas y vergonzosas, no hacían más que sonreír, abanicarse con pausado ritmo, y apoyar las exclamaciones de los más próximos con algún término de su cortísimo vocabulario social, con un Si antes admiraron y repararon el atavío de la bella manchega, cuando la oyeron despotricar con tan picante y hombruno desenfado, no volvían de su asombro, y la diputaban mujer de poco seso, contaminada de la chocarrería francesa.
Improvisaron unas volutas, que parecían tener por modelo las morcillas extremeñas, y las clavaron, pintándolas después de amarillo.
Improvisaron unas volutas, que parecían tener por modelo las morcillas extremeñas, y las clavaron, pintándolas después de amarillo.
Las damas extremeñas, del antiguo tipo de señoras, calladitas y vergonzosas, no hacían más que sonreír, abanicarse con pausado ritmo, y apoyar las exclamaciones de los más próximos con algún término de su cortísimo vocabulario social, con un ¡enteramente!.
Las extremeñas damas allí presentes, que aún vestían por la última moda de Badajoz, o por las retrasadas de Madrid, no quitaban los ojos de la vestimenta y accesorios de la manchega, reparando todo lo que llevaba.
Cada uno de los poemas que forman este libro significa una modalidad espiritual de las composiciones extremeñas.

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