Ejemplos con extrañeza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ignacio Arteguipronunció él con visos de extrañeza.
¿Qué quieres decir?preguntó Luna con extrañeza.
Todo lo encontraba natural, nada le sorprendía, la vuelta de Sagrario al hogar no le había causado la menor extrañeza.
¿Pero ella es?preguntó con extrañeza Gabriel.
Al escribir el para los funerales de doña Bárbara de Braganza, presintiendo la extrañeza de instrumentistas y cantantes ante su música revolucionaria, puso en el margen de las : Se advierte que este papel no está equivocado.
Las bóvedas causaban en Gabriel una impresión de extrañeza.
¿También Sagrario ha muerto?preguntó, Gabriel con extrañeza.
Mirábanse unos a otros con indecisión y extrañeza, hurgábanse las narices por hacer algo y acabaron todos por imitar a la madre, llorando sobre el arroz.
Decididamente, gustaba a todos este nuevo individuo de la familia, que hociqueaba el pesebre con extrañeza, como si encontrase en él algún lejano olor del compañero muerto.
Y su propia voz le causaba extrañeza, como si fuera de otro.
La familia, consternada, apenas si mostró extrañeza por la presentación de estas dos mujeres en aquella casa donde nadie había entrado durante seis meses.
Pero a lo lejos sonaban voces y llamamientos: la noticia se transmitía a grito pelado de un campo a otro campo, y un estremecimiento de alarma, de extrañeza, de indignación, corría por toda la vega, como si no hubiesen transcurrido los siglos y circulara el aviso de que en la playa acababa de aparecer una galera argelina buscando cargamento de carne blanca.
Enrique, por su parte, no manifestaba la menor extrañeza por los favores que de doña Luz recibía.
Rafaelito habíase retirado a su cuarto en la madrugada, y las hermanas permanecían clavadas en sus sillas, bostezando de cansancio, con un gesto de extrañeza y de miedo, como si presintieran que la muerte rondaba por la puerta de la alcoba.
¡Eh! ¿Qué era aquello? Pero la extrañeza del joven duró muy poco, pues el señor Cuadros hablaba con la verbosidad de la desesperación.
Iba al despacho del poderoso Morte, a aquella Meca de la fortuna, y sentía una inmensa extrañeza al ver que la gente no mostraba la menor impresión, que el cielo estaba azul, que todo se hallaba como siempre y no surgía la más leve señal exterior para hacer saber al mundo que el gran genio se había equivocado por primera vez aconsejando la baja.
Cuando a fin de mes, cobraba las diferencias , decíase con extrañeza:.
Lo que más extrañeza le causaba era que se mostrasen ahora en ella tan terribles escrúpulos, cuando a raíz de su primera viudez había caído fácil e insensiblemente en los brazos de Pajares.
Doña Manuela experimentó gran extrañeza al tropezar con una tenacidad que nunca había supuesto en su hijo.
Ahora la recuerdo con cierta extrañeza y no menos envidia.
¡Y el diario paseo por la Alameda! ¡Dios, qué sonrojo! Tenía ella empeño en entablar grandes amistades, y no pasaba cerca de su berlina autoridad o persona conocida sin que Melchor le saludase solemnemente con un sombrerazo hasta las rodillas, ruborizándose muchas veces al ver el gesto de extrañeza con que aquellas personas contestaban a la reverencia de un ente desconocido.
Pero, a decir lo cierto, no me causaron extrañeza ni las palabras de Angelina, ni el tono de su carta.
Nada de eso me ha causado extrañeza, me lo esperaba yo.
No me causaba extrañeza la singular discreción de mis tías.
Lo menos había media legua desde la puerta al altar Y mientras más andaba, más lejos, más lejos Llegó por fin y subió los dos, tres, cuatro escalones, y le causaba tanta extrañeza verse en aquel sitio mirando de cerca la mesa aquella cubierta con finísimo y albo lienzo, que un rato estuvo sin poder dar el último paso.
Su descompuesto rostro daba miedo, y su ahilada voz excitaba la mayor extrañeza.
La idea continuaba teniendo para ella una extrañeza dolorosa, pero después de lo que oyó al buen amigo no le parecía tan absurda.
Discurría sobre la extrañeza de aquellos conceptos de la viuda, que parecía dispuesta a ciertos temperamentos indulgentes en caso de que se la consultara, y de que se la tuviera por dispensadora infalible de protección y por sancionadora de las acciones.
La conversación pasó de Maximiliano a , mostrando Fortunata gran extrañeza de que Aurora no se acordase de ella.
Lo que más extrañeza y susto le causó fue observar que Primitivo, después del suceso, no se recataba ya para mirarle con fijeza terrible, midiéndole con una ojeada que equivalía a una declaración de guerra.

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