Ejemplos con espléndido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En un ínterin vuelven a Argentina, para actuar en el Teatro Espléndido y en el Teatro Ateneo de Buenos Aires, donde dan el primer Concierto de Danza.
Además és un mirador espléndido de las cimas de los Pirineos de Puigmal al Canigó.
Espléndido aislamiento es un término que hace referencia a la política exterior que mantuvo el Imperio Británico a finales del siglo XIX.
Su memoria nunca debe perderse, todavía hoy existe la necesidad de subir la moral de los/as anarquistas, que deben reacionar contra el egoísmo y la brutalidad que nos invade, para volver a la abnegación, al espíritu de sacrificio, al sentimiento de fraternidad del que Carlo era un ejemplo tan sumamente espléndido.
Rumores, comidillas de la corte y retratos de personajes célebres alimentaron sus epístolas, escritas con un espléndido estilo, vivo, mordaz y picante, tal y como eran las conversaciones de salón de su época, que fue, entre todas, la época de la conversación elevada a la categoría de arte.
El edificio tiene planta rectangular, con un simple cuanto espléndido transepto constituido de tres ábsides que comunican con la gran cúpula central.
es un artificio espléndido que nos libra, siquiera de manera fugaz, de la intolerable opresión de lo sucesivo.
Ubicado en la solana del valle del Tormes, en lo alto de la ladera y a mitad de camino entre La Aliseda y La Lastra del Cano, Horcajo de la Ribera es un espléndido mirador sobre Gredos.
Se celebró un espléndido funeral.
Teresa y su hija María serían ambas abadesas del espléndido Convento de Monjas Dominicas de Santo Domingo el Real de Toledo, auténtico imperio de silenciosas intrigas políticas femeninas de casi todo el Siglo XV castellano.
Los rumanos de su siglo solían cantar tefan Vod , gran señor, sin semejanza en el mundo, más que el espléndido sol.
Por otra parte, el personaje del rey Arturo es, como en la obra de Geoffrey de Monmouth, un guerrero y conquistador ante todo, lejos de la imagen cortesana, de espléndido anfitrión justiciero, pero ocioso, que tendrá en la novela cortés, a partir de Chrétien de Troyes.
El elegante comedor de la estación de Hendaya, alhajado con el gusto y esmero especial que despliegan los franceses para obsequiar, atraer y exprimir al parroquiano, convidaba a la intimidad, con sus altos y discretos cortinajes de colores mortecinos su revestimiento de madera obscura, su enorme chimenea de bronce y mármol, su aparador espléndido, que dominaba una pareja de anchos y barrigudos tibores japoneses, rameados de plantas y aves exóticas, fulgurante de argentería Ruolz, y cargado con montones de vajillas de china opaca.
Profundo estremecimiento, precursor del invierno, atravesaba por la Naturaleza toda, y dijérase que antes de morir, quería vestirse sus más ricas galas: así la viña virgen tenía tan espléndido traje de púrpura, y el álamo blanco elevaba con tal coquetería el penacho de cándidos airones de su copa, así la coralina se adornaba con innumerables sartas y zarcillos de sangriento coral, y las cinias recorrían toda la escala de los colores vivos con sus festoneadas enaguas.
El matrimonio la había embellecido dándole la plenitud amable de la forma femenina, convirtiendo su hermosa primavera en dorado y espléndido estío.
Árboles corpulentos de espléndido ramaje, pero torcidos e inclinados a la tierra.
No le faltaban elementos por su conocimiento de la realidad del mundo y sus pasiones, anhelos y torturas, le sobraba fantasía para hacerla resaltar, espléndido lenguaje con que exponerla.
Entonces tuvo una idea felicísima: hacer con aquel dinero un espléndido donativo al papa Pío IX, cuando fuera a visitarlo a Roma, a principios de otoño.
Y lo que más la complacía era pensar en todos aquellos millones como en un espléndido presente, poco menos que llovido del cielo, que ella iba a hacer a su D.
Acisclo era espléndido y acaudalado.
¡Singular alegría la de aquel valle! ¡Espléndido panorama el de aquel paisaje en que se mezclan y confunden la serenidades de la tierra fría con la vegetación abrumadora de las regiones cálidas! Pero ¡ay! no busquéis en los habitantes de Villaverde una alegría placentera, como pudierais esperarla, en harmonía con la naturaleza, no busquéis allí caracteres regocijados, espíritus afables y risueños.
¡La vida! ¡Un crepúsculo espléndido que dura unos cuantos minutos! Después sombras y obscuridad.
¡Hermosa tarde! ¡Quién pudiera trasladar al papel el espléndido cuadro que tenemos delante! Usted está triste ¿por qué? Nosotras deseamos verle contento.
Miras el porvenir triste y sombrío, y te dices: ¡No hay esperanza! ¿Y quién te asegura que esa obscuridad no se tornará mañana en espléndido día? Aunque crees que en la vida no hay más que tinieblas, la idea de plácido crepúsculo te hace sonreir, y cuando sueñas con días mejores, ya no piensas en tu Linilla, en la huérfana desventurada.
De codos en la verja contemplábamos nosotros el espectáculo arrobador de aquel espléndido crepúsculo, el panorama de Villaverde alumbrado por los rojos fulgores del naciente día que incendiaba con reflejos de hornaza los celajes que bogaban en el horizonte.
Orión fulguraba espléndido, Sirio brillaba apacible como una lágrima de oro, Aldebarán ardía purpúreo, la cerúlea Capella parpadeaba melancólica, y allá por el Sud, joya sin par de las regiones australes, resplandecía Canopo con irradiaciones azules, blancas y rojas.
Esto me lo dice mi razón, amigo Ballester, mi razón, que hoy, gracias a Dios, vuelve a iluminarme como un faro espléndido.
Allí la puerta de Toledo ¡qué soberbia arquitectura! A la otra parte la fábrica del gas ¡oh prodigios de la industria! Luego el cielo espléndido y aquellos lejos de Carabanchel, perdiéndose en la inmensidad, con remedos y aun con murmullos de Océano ¡sublimidades de la Naturaleza! Andando, andando, le entró de improviso un celo tan vehemente por la instrucción pública, que le faltó poco para caerse de espaldas ante los estólidos letreros que veía por todas partes.
Espléndido sol doraba los campos.
Todos los caballeros tienen sus particulares ejercicios: sirva a las damas el cortesano, autorice la corte de su rey con libreas, sustente los caballeros pobres con el espléndido plato de su mesa, concierte justas, mantenga torneos y muéstrese grande, liberal y magnífico, y buen cristiano, sobre todo, y desta manera cumplirá con sus precisas obligaciones.

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