Ejemplos con espolazo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La dama volvió a leer la carta y comprendió entonces una sola cosa, pero una cosa para ella inverosímil, que vino a despertar en su ánimo el movimiento de ira, de sorpresa, de rabia desesperada que causa al potro bravío el primer espolazo que desgarra sus ijares, el primer serretazo que le hace detener su voluntariosa carrera, anunciándole que hay alguien que puede, y quiere, y debe sujetarle y humillarle ¡Comprendió que por primera vez en su vida le cerraban una puerta, y que era el que se la cerraba un hombre desconocido, un pobre fraile, un Pedro Fernández! ¡La fuentecilla que corría allí al lado murmurando llegó a los oídos de Currita como el eco de la sarcástica carcajada que había de soltar el mundo al verla vencida por Pedro Fernández!.
Y tanto hubo de martillar el Borricote, que al fin decidióse aquélla a darle gusto, y todavía no había acabado Antoñuelo de ver a Rosarito vestida de largo, cuando sintiendo más hondo que ningún día el espolazo del deseo, fuese a su casa y penetró en la carnicería, donde su ilustre progenitor, repatingado en su gran sillón de aneas, desabrochado el pantalón, del que pugnaba por salírsele el crecidísimo abdomen, desabrochado el cuello de la camisa, que dejaba ver la garganta corta y apoplética, y oseandose a manotadas las moscas que interrumpían su sueño al posarse en su cabeza monda y lironda, vengábase del madrugón de todos los días dormitando en el a la sazón solitario establecimiento.
-¡Camará, padrino, y cómo me ha llegao el espolazo a lo más rejondo der corazón! -le dijo con voz vibrante.
Arreó luego un espolazo con la pierna buena al cuadrúpedo, y comenzó a bajar por el sendero de Coteruco.
Una bata blanca llena de encajes ceñíase dúctil y tentadora a su cuerpo, donde cada curva era un espolazo en los sentidos para todo el que en ella posaba sus ojos, de nácar parecía su semblante oval y de graciosa expresión, y de azabache parecían sus ojos grandes y adormilados, sus cejas pobladísimas y la reluciente crencha que rizábasele sobre la tersa frente.
El desbande fue todavía más rápido que de costumbre, pues de repente el gaucho se encontró con que nadie le hacía frente, sujetó entonces el caballo, blandió el facón y la guitarra y haciendo, de un espolazo, revolear el mancarrón, cuyos movimientos seguía su cuerpo flexible, ablandado por la borrachera, como si hubiera sido una bolsa de estopa, empezó a insultar a gritos «a esos maulas que siempre disparaban».
Éste fue el mayor espolazo que haya recibido mi ambición, desde entonces pronta a desbocarse.
Dieron al fin espolazo a los bridones sin hablar palabra ambos guerreros, y pronto dejaron a sus espaldas el misterioso alcázar que acababan de admirar.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba