Ejemplos con escondí

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Quizá era la policía, avisada, me escondí a un lado de la carretera.
Lloré yo mi miseria y escondí mi rostro, creyendo que para mí había concluido el reino de la luz.
Por la calle Mayor adelante, pensaba yo que no poseía en aquel momento más peculio que el dobloncito de mi madre, aún no recogido del ordinario, y antes que se me olvidara fui al parador, donde puntualmente me entregaron moneda y chorizos, todo lo cual llevé a mi casa con gran respeto, como si llevara el Viático, y después de partir con religiosa equidad entre las dos familias los embutidos, miré y acaricié y escondí mi doblón bajo llave, precaviendo de este modo la probable ignominia de ponerlo a una carta.
Yo escondí la caja de los recibos, por temor a que creyéndola llena de dinero, me la quisieran quitar, pero no me fue posible permanecer allí mucho tiempo.
¡Oh! ¡No soy yo tan bobo que me entregue nunca con armas y bagajes! Así es que antes de presentarme en estas tierras escondí el pergamino.
Mientras que la madre husmeaba alrededor de los pajares, me escondí tras un montón de arena.
-Supe que lo iban a asesinar esos maulas -respondió Moreira riendo siempre y estrechando con efusión la mano que se le tendía y yo también me escondí para darle una manita y para que la cosa no fuese tan despareja.
Me escondí en la casa de Pedro y Marcelino y les encargué que te hiciesen creer, cuando fueses a preguntar por mí, que me había ido en lo que llamaban en el pueblo el coche misterioso.
Sentándome en silencio en el quicio de la puerta de la casa de Dolores, escondí la cara entre las manos.
Me escondí.
Lloré yo mi miseria y escondí mi rostro, creyendo que para mí había concluido el reino de la luz.
-Un esclavo, señor: mi amo acaba de huir del puerto, y yo me escondí para tomar partido a bordo de los buques ingleses, hace dos días, señor, que salió un navío que llevaba mucha plata, vaya su merced a alcanzarlo: va con poca gente y no es ligero.
— Yo escondí al capitán en un carromato durante ocho días —dijo Mila— y no le permitía salir más que de noche.
- Sin duda me porté de un modo raro aquel día, cuando me escondí para presenciar la pelea.
Cuando vi que su lancha nos iba a alcanzar, escondí el botín en lugar seguro.
y escondí mi leyenda rebordando antifaces.
-Mi comandante, cuando los demás se retiraron con la bandera, viendo yo que nadie me recogía, porque no me oían o no me veían, me arrastré como pude, y me escondí en unas pajas a ver si en la noche me podía escapar.
Saqué del cinto el revólver, que escondí, sin soltarlo, en el vasto bolsillo de mi sobretodo y crucé a enterarme del origen de aquella pelea.

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