Ejemplos con envolvía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Miróse el pueblo montañés en tal espejo, y no sólo vió admirablemente reproducida su propia imagen, sino realzada y transfigurada por obra del arte, y se encontró más poético de lo que nunca había imaginado, y le pareció más hermosa y más rica de armonías y de ocultos tesoros la naturaleza que cariñosamente le envolvía, y aprendió que en sus repuestos valles, y en la casa de su vecino, y en las arenas de su playa, había ignorados dramas, los cuales sólo aguardaban que viniera tan soberano intérprete de la realidad humana a sacarlos a las tablas y exponerlos a la contemplación de la muchedumbre.
Vestía una finísima camisa adornada con encajes, según el estilo del país, enaguas de seda de color obscuro, llevaba una pañoleta de seda encarnada sobre el pecho, y se envolvía en un rebozo fino, de seda también, con larguísimos flecos morados.
Prefería la realidad: aquel silencio de la catedral que le envolvía en una dulce caricia, la calma augusta del templo, inmenso monte de piedra labrada que parecía pesar sobre él aplastándolo, ocultando para siempre su debilidad de perseguido.
Mientras tanto, Fritz y la casera acudían al caído en el momento en que, desembarazándose este del que le envolvía y sentándose en el suelo, dejaba ver la granujienta faz de Diógenes, azorada, reflejando todavía la colosal borrachera que se había tomado la víspera, mirando a todas partes con aire de extrañeza, sin acertar a explicarse cómo, habiéndose dormido en lo alto de una banqueta del , despertaba sentado en el suelo en mitad de un camino.
Y mientras se calzaba las pantuflas y se envolvía en una bata de abrigo muy bien enguatada, iba discurriendo que el modo seguro de averiguar de cierto lo que sobre el particular hubiera, era preguntar al tío Frasquito lo que había hecho de aquellos tres sellos que en el le había regalado.
Y doña Manuela, animada por estas ilusiones que garantizaban su futura tranquilidad, envolvía la mesa y sus comensales en una mirada infinita de benevolencia y cariño.
Iban donde va la gente que no quiere gastar dinero, y se les veía por el pretil del río, camino de Monte-Olivete, los dos jóvenes delante, hablando tranquilamente, mientras se acariciaban con la mirada, y detrás Micaela, con aire de inconsciente, abismada en el crepúsculo eterno que la envolvía y levantando la cabeza, sin sentir la menor molestia por los rayos del sol que se quebraban en sus ojazos hermosos y muertos.
Tenía por suyo el paseo, la calma de la noche, el puro silencio que le envolvía, la impúdica invasión de libertinos callejeros y mercenarias ambulantes causábale el efecto de un atentado contra su propiedad.
Y, por último, ver a los hombres caminar incesantemente, como hormigas, desde Málaga hacia aquel otro pueblecito de mármol que está detrás de la ciudad,—el Cementerio—, y en que mi era más ancho que aquel horizonte y que aquellas estrechas vidas de la capital, más ancho que el tiempo y que la distancia, tan inconmensurable como el cielo que nos envolvía a mí y a la Tierra en su ilimitado manto azul.
Durante la breve pausa que siguió a los últimos conceptos de Guillermina, el infeliz hombre cayó en su conciencia como en un pozo, y allí se vio tal cual era realmente, despojado de los trapos de oropel en que su amor propio le envolvía, pensó lo que otras veces había pensado, y se dijo en sustancia: Si soy un verídico mulo, un buen Juan que no sabe matar un mosquito, y esta diabla de santa tiene dentro el cuerpo al Pae Eterno.
Era como una red que la envolvía, y como pensara escabullirse por algún lado, se encontraba otra vez cogida.
Uno se le subía por la manta que le envolvía las piernas, otro estaba en su regazo sentado sobre los cuartos traseros, refregándose las patas con la lengua y el hocico con la pata, y un tercero se le había subido a un hombro y allí seguía con vivaracha atención los brincos de la bola del , marcándolos con la pata en el aire.
Después Moreno advirtió el profundísimo silencio que le envolvía, y la idea de la soledad sucedió en su mente a las impresiones musicales.
Fue como una aureola de inspiración que le envolvía toda la cara.
Esta salió al pasillo, recibió de manos de Rossini la sagrada imagen, y quitándole el pañuelo de seda que la envolvía, entró con ella en la sala, pareciéndose mucho, en tal momento, a una verdadera santa escapada del Año Cristiano para recibir culto en el pintoresco altar, que simbolizaba la ingenua sencillez y firmeza de las creencias del pueblo.
Lo primero que se notaba en él era la gran bufanda que le envolvía el cuello subiendo en sus vueltas hasta más arriba de las orejas, y descendiendo hasta el pecho.
Pues por esta vezcontestaba el arcipreste, manoteando y bufando para desenredarse de la esclavina del montecristo, que el viento le envolvía alrededor de la cara, por esta vez, les hemos de hacer tragar saliva.

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