Ejemplos con envalentonándome

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-Sí, señor-, respondí envalentonándome cada vez más-.
«Mire usted, Irene -le dije envalentonándome mucho y empleando ese acento, esa seguridad que siempre tengo cuando generalizo-. Lo que usted acaba de decirme no me sorprende mucho. Yo, sin comprender bien lo que usted pensaba, advertía que el fondo difería muchísimo de la superficie. Tenemos cierta práctica en estas cosas, ¿me entiende usted? Así es que a todos los engañaría usted menos a mí... La antipatía a los libros de enseñanza no estaba tan bien disimulada como otros secretos de usted más o menos tremendos. Y tanto lo creo así, que me parece podría seguir y marcar, sin equivocarme, la evolución, así decimos, de su pensamiento. Usted nació con delicados gustos, con instintos de señora principal, con aptitudes de esas que llamo sociales, y que constituyen el arte de agradar, de vivir bien, de conversar, de hacer honores y de recibirlos, todo con exquisita gracia y delicadeza. Faltan las condiciones atmosféricas para desarrollar esos instintos y esas aptitudes, y por lo mismo que le faltan, usted las desea, aspira a ellas, sueña con ellas... y véase por qué inesperado camino se las depara la Providencia. Cumple usted fatalmente la ley asignada a la juventud y a la belleza, usted cae en eso que antes se llamaba las redes del amor... cosa muy natural, pero que, a más de natural, resulta ahora oportunísima, porque... Hablemos con claridad. Si Manuel se casa con Irene, como creo, y tal es su deber, tendrá Irene lo que desea, será usted lo que debe ser... vaya usted contando: esposa de un hombre notable, señora de una excelente casa, donde podrá darse toda la importancia que quiera, dueña de mil comodidades, coche, criados, palco...».

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