Ejemplos con envanece

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
La gratitud de estos nobles amigos me envanece más que si hubiera yo ganado laureles de los que vivamente halagan el amor propio.
En cambio escribe por Iturzaeta con envidiable perfección, sus trazos son tan elegantes que casi invaden los regios dominios del arte, y su rúbrica, pieza de grandísimo mérito, le envanece, no sin motivo, hasta el extremo de que no pierde ocasión de lucirla.
El sabio se complace en la narración de los prodigios de su saber, el ignorante se saborea en sus necedades, el valiente cuenta sus hazañas, el galán sus aventuras, el avariento ensalza sus talentos económicos, el pródigo su generosidad, el ligero pondera su viveza, el tardío su aplomo, el libertino se envanece por sus desórdenes y el austero se deleita en que su semblante muestre a los hombres la mortificación y el ayuno.
Sabe mandar y obedecer, jamás se envanece porque ha aprendido a ser sencillo y humilde en el cosmos.
Contempla las escabrosidades por donde acaba de atravesar, y se envanece de su temeraria osadía.
El éxito envanece al tonto, nunca al excelente.
¿Quizá resistes por soberbia a reparar tu error, a abandonar tu parapeto de sofismas? ¿Quizá te envanece tu permanencia inalterable allí donde te puso tu primer vislumbre de las cosas, o donde acaso te encerraron, sin mediación de tu discernimiento, sugestiones del mundo, que tú, ciego, confundes con raíces de convicción y de fe?.
la confusión que me causan vuestras bondades llevadas hasta una prodigalidad que me envanece, ni alcanzo tampoco a reputar mis pobres méritos militares dignos de aspirar a esa alta honra por parte de un príncipe como vos, tan poderoso y magnánimo, respecto a un triste soldado sin nombre, aventurero y sin otro lustre que su espada, puesta siempre a su servicio.
-Veo, señor conde, que vos por vuestra parte, aun a trueque de la impertinencia y del ridículo en que pudierais incurrir con pesar mío, que os estimo en cuanto valéis, volvéis de nuevo al terreno de esa eterna lisonja que me envanece y que ha llegado a ser el tema obligado de vuestro entusiasmo.
-Basta de hipérbolas, Ataulfo, veo que lleváis vuestra galantería hasta un extremo tal, que me envanece, y en verdad que no hallo frases con que corresponderos.
¡qué tiempos aquellos! pobre huérfano maldecido, yo te adormecía al arrullo de mis tiernas cantinelas: y tú, inocente niño, respondías a mis caricias con infantil sonrisa, posando en mí esos radiantes ojos, espejo donde se reflejara tu alma purísima, y en cuyo cristal mirábase y aun se mira hoy tu madre adoptiva, tu madre, que no ha renunciado todavía a este título, que la envanece.
Sin más norte que su buen juicio y libre de preocupaciones, Gloria conversando un día con su padre sobre el viejo asunto de las novelas cuya lectura debe permitirse o vedarse a la juventud, dijo que la literatura picaresca de que tanto se envanece España por sus riquezas de estilo, le parecía una literatura deplorable, inmoral, irreverente y en suma anti-religiosa, porque en ella se hace la apología de las malas costumbres, de la holgazanería ingeniosa y truhanesca, de todas las malas artes y travesuras groseras que degradan a un pueblo.
Es notable el rápido estudio de Pereda, y me envanece ver a tan experto crítico, como demuestra serlo M.
Pero ¿quién no se envanece si se habla del siglo anterior, en que todo español era un soldado respetable? Del siglo en que nuestras armas conquistaban las dos Américas y las islas de Asia, aterraban a África e incomodaban a toda Europa con ejércitos pequeños en número y grandes por su gloria, mantenidos en Italia, Alemania, Francia y Flandes, y cubrían los mares con escuadras y armadas de navíos, galeones y galeras, del siglo en que la academia de Salamanca hacía el primer papel entre las universidades del mundo, del siglo en que nuestro idioma se hablaba por todos los sabios y nobles de Europa.
Para poner el cimiento de esta obra tuve que leer con sumo cuidado nuestras historias, así generales como particulares, y te juro que cada libro era una mina cuya abundancia me envanece.
De esta relación inferirás como yo: primero, que esta península no ha gozado una paz que pueda llamarse tal en cerca de dos mil años, y que por consiguiente es maravilla que aún tengan hierba los campos y aguas sus fuentes, ponderación que suele hacer Nuño cuando se habla de su actual estado, segundo, que habiendo sido la religión motivo de tantas guerras contra los descendientes de Tarif, no es mucho que sea objeto de todas sus acciones, tercero, que la continuación de estar con las armas en la mano les haya hecho mirar con desprecio el comercio e industria mecánica, cuarto, que de esto mismo nazca lo mucho que cada noble en España se envanece de su nobleza, quinto, que los muchos caudales adquiridos rápidamente en las Indias distraen a muchos de cultivar las artes mecánicas en la península y de aumentar su población.
Pedro recorrió la América que aún se envanece con la lengua y la fe de Castilla, su noble madre.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba