Ejemplos con engañas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿No serás tú el que me engañas? Mira, Germán, voy a pedirte un favor y es que me hables con toda franqueza.
La engañas un tantico, y nada más.
-Farsante, impostor, hilandero de frases galanas con palabras floridas, no pienses que me engañas o que me adormeces con tu hablada música traidora.
-Si me engañas, , si no te veo mañana, al otro día encontrarás muerto al que quiere ser tu preceptor.
Te engañas cuando dices que a nada aspiras, que nada ambicionas.
Te engañas: muchos pobres se han casado con ricas, y se han casado sin que su nombre pierda lo más mínimo.
Tú me engañas, tú me engañasreplicó la joven en actitud de Dolorosa.
¿Que es sagrada, dices? ¿Entonces, para qué la engañas? ¡Sagrada! Ahora sales con eso.
Desazón, que si tú, que si yo, que no me quieres, que sí, que tira, que afloja, que vira, que vuelta, que me engañas, que no, que tú más, y hemos concluido, y adiós, y allá va la lagrimita.
Si siempre has de negarlo Pero no, no me engañas más.
¡Sí, porque me engañas tú a mí! A buena parte vienes Sé más de lo que te crees.
Comendador, ten sangre fría, mira que te engañas.
Amparo, hija míala dijetu gran corazón te atormenta: ¡crees que he hecho un sacrificio inmenso que te he sacrificado mi libertad! no te engañas: estoy muerto para el amor, para ese amor ardiente que nos embriaga y nos arroja a los pies de una mujer no, hija mía, no, eres demasiado pura para que mi corazón, gastado ya, pueda amarte más que con ese otro amor desinteresado de la amistad, si no hubieras pretendido entrar en un convento, yo nada te hubiera propuesto: te hubiera tratado como un hermano y nada más: el día en que te hubieras casado con un hombre de tu elección hubiera sido completamente feliz.
Te engañas, Amparola dijeyo no soy feliz, bajo el punto de vista que tú crees.
Te engañas, dijo Leonardo alarmado por el hermoso retrato que acababa de trazar Cecilia de José Dolores Pimienta.
Desde ahora te digo que te engañas.
Pero te engañas, y lo peor es que te contradices a las claras.
Te engañas, sueñas, María de Regla.
—Jamas pensé ni pude imaginar, hermosa Leonisa, que cosa que me pidieras trujera consigo imposible de cumplirla, pero la que me pides me ha desengañado: ¿es por ventura la voluntad tan lijera que se pueda mover y llevar donde quisieren llevarla? ¿ó estarle ha bien al varon honrado y verdadero fingir en cosas de tanto peso? Si a tí te parece que alguna destas cosas se debe o puede hacer, haz lo que mas gustares, pues eres señora de mi voluntad, mas ya sé que tambien me engañas en esto, pues jamas la has conocido, y así no sabes lo que has de hacer della, pero a trueco que no digas que en la primera cosa que me mandaste dejaste de ser obedecida, yo perderé del derecho que debo a ser quien soy, y satisfaré tu deseo y el de Halima fingidamente como dices, si es que se ha de granjear con esto el bien de verte, y así finge tú las respuestas a tu gusto, que desde aquí las firma y confirma mi fingida voluntad: y en pago desto que por tí hago, que es lo mas que a mi parecer podré hacer aunque de nuevo te dé el alma que tantas veces te he dado, te ruego que brevemente me digas cómo escapaste de las manos de los cosarios, y cómo veniste a las del judío que te vendió.
Juan, que habia de ser Andres Caballero, que en todo aciertas, sino en el temor que tienes, que no debo de ser muy verdadero, que en esto te engañas sin alguna duda: la palabra que yo doy en el campo, la cumpliré en la ciudad, y adonde quiera, sin serme pedida, pues no se puede preciar de caballero quien toca en el vicio de mentiroso: mi padre te dará limosna por Dios y por mí, que en verdad que esta mañana di cuanto tenia a unas damas, que a ser tan lisonjeras como hermosas, especialmente una dellas, no me arriendo la ganancia.
¿Es por ventura la voluntad tan ligera que se pueda mover y llevar donde quisieren llevarla, o estarle ha bien al varón honrado y verdadero fingir en cosas de tanto peso? Si a ti te parece que alguna destas cosas se debe o puede hacer, haz lo que más gustares, pues eres señora de mi voluntad, mas ya sé que también me engañas en esto, pues jamás la has conocido, y así no sabes lo que has de hacer della.
Yo soy contento de hacer lo que dices, Sancho hermano replicó don Quijote, y cuando tú veas coyuntura de poner en obra mi libertad, yo te obedeceré en todo y por todo, pero tú, Sancho, verás como te engañas en el conocimiento de mi desgracia.
Y si a ti te parece que ese demonio que dices huele a ámbar, o tú te engañas, o él quiere engañarte con hacer que no le tengas por demonio.
¡Ah! dijo Anselmo, Lotario, Lotario, y cuán mal correspondes a lo que me debes y a lo mucho que de ti confío! Ahora te he estado mirando por el lugar que concede la entrada desta llave, y he visto que no has dicho palabra a Camila, por donde me doy a entender que aun las primeras le tienes por decir, y si esto es así, como sin duda lo es, ¿para qué me engañas, o por qué quieres quitarme con tu industria los medios que yo podría hallar para conseguir mi deseo?.
-Vas a principiar por decirme desde cuándo engañas a la gente con esa infame superchería de la mano pegada.
-Cabo -agregué, fingiendo enojo-, ¿por qué me engañas? ¿a mí me mientes?.
-¡Ya lo creo que es árabe! Pero quiero saber qué dice, y, si no me engañas, te haré un buen regalo.
-Concedido que no me engañas en eso que dices.
-¡Mi negro, si eres el más bueno de los maridos! -decía fuera de sí Dorotea-, ¿no es cierto que no me engañas?.
-Te engañas.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba